La Consejería de Desarrollo Sostenible ha dado el visto bueno ambiental al proyecto del vial entre los barrios del Polígono y Azucaica, una infraestructura impulsada por el Gobierno local de PP y Vox de Toledo. Su objetivo, tal como trasladó el alcalde, Carlos Velázquez, es que las obras puedan iniciarse esta legislatura, sin embargo, la iniciativa está a la espera de poder conseguir la financiación que requeriría: unos 14 millones de euros.
En concreto, según el informe ambiental estratégico de la Dirección General de Calidad sobre este Plan Especial de Infraestructuras (PEI), se ha seleccionado la alternativa -de entre las cuatro propuestas- que presenta "menor afección potencial sobre el territorio atravesado". Partirá desde la calle Gravera, junto a Río Jarama en el Polígono industrial, y llegará a la glorieta de la CM-4001, a la calle Cañada de Azucaica.
Este vial contará con una distancia total de 2.410 metros, de los cuales 492 corresponden con la longitud del viaducto sobre el río Tajo. Antes de llegar al puente, cruzará la la línea de alta velocidad La Sagra-Toledo mediante un paso inferior. Después se trazan dos curvas sucesivas, adaptadas a velocidades de entre 70 y 80 km/h, para facilitar la integración con la red vial existente.

Este PEI se plantea como solución a la demanda actual de conexiones y a la problemática existente en el municipio derivada del incremento significativo del tráfico en el barrio del Polígono como consecuencia de la apertura del Hospital Universitario de Toledo, el incremento poblacional y el traslado de dependencias relacionadas con la Administración regional.
Un carril para cada sentido y otro para movilidad sostenible
El vial, que pretende en concreto "descongestionar la A-42 y la TO-23", contará con una única calzada de doble sentido, con dos carriles para vehículos de 3,5 metros cada uno. Además habrá un carril lateral al este (aguas arriba) destinado a movilidad alternativa sostenible de hasta 5 metros de ancho en zonas de desmonte y terraplén, y de 2 metros en el viaducto.
La creación de este vial implica la construcción de una intersección mediante glorieta en la carretera comarcal CM-4001, en el barrio de Azucaica, tal y como recoge la resolución emitida sobre el denominado 'Plan Especial de Infraestructuras del vial de conexión de los barrios de Azucaica y el polígono de Santa María de Benquerencia'.
En este documento se indica que el plan "no necesita someterse a una evaluación ambiental estratégica ordinaria por estimarse que no tiene efectos significativos en el medio ambiente, siempre que se cumplan las medidas ambientales y de seguimiento que propone el promotor y los requisitos ambientales que se desprenden del informe ambiental estratégico".

Alternativas estudiadas de trazado del nuevo vial entre el Polígono y Azucaica / Imagen: Plan Especial de Infraestructuras
Área afectada y efectos ambientales
En la zona de actuación no existe ningún área protegida -las más próximas se sitúan a 9 kilómetros del ámbito de estudio-, zona sensible, hábitats ni elementos geomorfológicos de protección especial. Sí se ve afectada la vía pecuaria 'Cordel de Mocejón', actualmente ocupada por la CM-4001, y una zona de matorrales.
La actuación intercepta el río Tajo y el arroyo de Villagómez y el ámbito del PEI se corresponde con la llanura de meandros del río Tajo, que se extiende hacia el este del municipio. Por ello, la construcción del vial y el viaducto provocará "una alteración notable en el paisaje de la zona y, en gran medida, irreversible", expone el informe.
Por otro lado, el vial de conexión originará una fragmentación del territorio en cuanto al tránsito de fauna, pudiendo verse afectadas, además, la vegetación natural y los hábitats asociados al río Tajo. Además, advierte de que tendrá intersecciones próximas a zonas habitadas, lo que podría generar molestias a la población derivadas de los niveles de ruido.
Evitar inundaciones en el vial y en Azucaica
El informe ambiental estratégico recoge también medidas preventivas, correctoras o compensatorias para la integración ambiental del plan o programa. Entre ellas, destaca las que incluye la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) que apunta que, en el diseño de la infraestructura viaria, se deberá prestar especial atención a los estudios hidrológicos, con el fin de garantizar la capacidad de la infraestructura para permitir el paso de avenidas extraordinarias, evitando el efecto barrera y el riesgo de inundaciones.
Asimismo, se procurará que las excavaciones no afecten negativamente a los niveles freáticos ni a las zonas de recarga de acuíferos, evitando así alternaciones del sistema hidrogeológico. Además, la escorrentía superficial se controlará mediante la construcción de un drenaje perimetral, conectado a una balsa de sedimentación. También podrán instalarse barreras de sedimentos para evitar el arrastre de materiales hacía los cauces.
La CHT advierte también de que el movimiento de tierras durante la fase de obras puede provocar un incremento del aporte de sólidos a los cauces como consecuencia del arrastre pluvial de los materiales removidos. Por ello, indica que deberán adoptarse las medidas necesarias para evitarlo, por ejemplo, instalando barreras móviles y otros elementos de contención que impidan el arrastre de sedimentos hacía los cauces.
De otro lado, el informe indica que el cruce del vial y la implantación de la glorieta en la carretera CM-4001, en el barrio de Azucaica, afectan a la conducción principal Sagra Este, y a su servidumbre de paso-acueducto, perteneciente al Sistema de Abastecimiento Picadas-Almoguera. La solución del Ayuntamiento de Toledo, como promotor del PEI, es la construcción de una galería transitable mediante la ejecución de una obra de fábrica de tipo cajón visitable en el tramo de la conducción afectada por el nuevo vial.
Además, dado que existen diversos problemas de capacidad en el sistema de drenaje de Azucaica, donde se producen inundaciones con cierta frecuencia, y teniendo en cuenta las recientes obras proyectadas para adecuar la entrada a la canalización del arroyo Villagómez, advierten que el vial planteado en el PEI podría interferir y condicionar en gran medida las futuras actuaciones necesarias para mejorar la capacidad de drenaje en dicho barrio. Por ello, tanto en el PEI, como el proyecto que desarrolle las obras del vial de conexión, se deberán contemplar las actuaciones necesarias en materia de drenaje que garanticen la continuidad en la evacuación de aguas pluviales.
Flora, fauna y recursos naturales
De su lado, el Servicio de Medio Natural de Toledo, en un informe emitido el pasado mes de febrero, señala que el desarrollo del PEI podría tener afección sobre la vegetación natural y los hábitats protegidos asociados al río Tajo. Asimismo, advierte de la posible pérdida de hábitats de alimentación de aves de ardeidas y moritos, que se desplazan a la zona afectada por el plan.
Por otra parte, subraya que la ejecución del PEI podría suponer la eliminación de arbolado con posibles funciones de nidificación, así como la generación de molestias a las aves nidificantes que habitan en la ribera del río durante la fase de obras. Por ello, en la documentación ambiental del proyecto de desarrollo del PEI deberá incorporarse un estudio de fauna específico.
La oposición en contra y otro puente que unirá ambos barrios
Los partidos de la oposición en el Ayuntamiento de Toledo han mostrado en los últimos meses su disconformidad con este proyecto. El PSOE reprocha que "no tiene financiación ni apoyo vecinal" y cree que "tampoco solucionará los problemas de tráfico". De su lado, Izquierda Unida-Podemos calificó de "entelequia" este proyecto que a su juicio "no tiene ningún viso de que se desarrolle".
Por su parte, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible licitó el pasado mes de diciembre la redacción del proyecto de trazado y construcción del ramal de conexión entre las carreteras TO-22 y TO-23, perteneciente al tramo Toledo-Ocaña de la autovía A-40, en la provincia de Toledo. Este tramo conectaría también los barrios del Polígono y Azucaica, como el vial planteado por el Ayuntamiento.
La actuación, de 4,34 km de longitud aproximadamente, comenzará en el km 6,10 de la carretera TO-23, a la altura del cruce de ésta con la calle Ventalomar del Polígono de Toledo, y finalizará en el p.k.4,75 de la TO-22 mediante un enlace tipo trompeta.