
Creación de los 'Arcos de Resurrección' durante la Semana Santa Gálvez en una imagen del siglo XX Imagen: Ayuntamiento de Gálvez
Para los galveños, especialmente para los quintos -aquellos jóvenes que este año se convierten en mayores de edad-, la llegada de la Semana Santa trae un acontecimiento que esperan con ilusión, porque en ella son los principales protagonistas. Esta costumbre tradicional de este pueblo toledano es la recogida y confección de los 'Arcos de Resurrección', que realizan en la plaza del pueblo desde hace décadas.
Este rito popular, que mezcla simbolismo religioso, participación vecinal y cultura festiva, tiene lugar cada año durante el Domingo de Resurrección, aunque los preparativos comienzan mucho antes. Desde la madrugada del jueves, los quintos se movilizan para recoger romero en los montes cercanos al municipio. Con uno o varios remolques de romero, y la colaboración de familiares y vecinos, construyen un habitáculo con base hexagonal formado por grandes maderos cubiertos de romero. Esta se levanta en la Plaza del Ayuntamiento para acoger la ceremonia más esperada del fin de semana: el Encuentro entre el Resucitado y la Virgen María.
Esta estructura se cubre y embellece con mantones de Manila, mantillas, sábanas bordadas y pañuelos tradicionales, elementos cedidos por familias galveñas que se implican activamente en la decoración de los Arcos. En lo alto ondean las banderas de Gálvez y de España, símbolo de orgullo local y de identidad compartida. Todo el conjunto queda dispuesto para acoger uno de los momentos más emotivos de la Semana Santa: el Encuentro entre el Resucitado y la Virgen de los Dolores, justo después de la misa del Domingo de Resurrección.

'Arcos de Resurrección' durante la Semana Santa de Gálvez en la actualidad. Imagen: Ayuntamiento de Gálvez.
Durante el acto, la figura del Cristo Resucitado se acerca corriendo desde una esquina de la plaza mientras la Virgen lo espera. El momento en que ambas imágenes se encuentran, bajo los Arcos decorados, desata el júbilo de vecinos y visitantes. Este encuentro no solo representa el final del luto y el inicio de la esperanza cristiana, sino también el culmen simbólico de una Semana Santa cargada de emoción popular.
Pero la tradición no termina ahí. Horas después, se lleva a cabo la quema del Judas, que tiene lugar también en los Arcos. Esta figura representa al traidor, y su incineración simboliza una forma de purificación, una catarsis colectiva con la que se cierra el ciclo pasional y se renueva la comunidad. Esta celebración, entre pólvora, música y fuego, pone punto final a una semana de actos religiosos y festivos que llenan las calles de Gálvez de emoción y vida.