En marzo de 2020, la parcela anexa a la estación de tren de Toledo, frente a las vías, era todavía de propiedad municipal y los vecinos del barrio la usaban junto a sus mascotas como espacio de esparcimiento. Había arbolado, zonas de sombra en las que poder sentarse sobre bancos hechos con restos de troncos o incluso algunos juegos de agilidad para perros.
No había papeleras ni el mobiliario urbano que se pueda encontrar en un parque o paseo de una zona urbana acondicionada. El cuidado del espacio lo autogestionaban los propios usuarios del mismo. Como ejemplo: de la rama gruesa de un árbol se colgaba una bolsa de plástico en la que se depositaba la basura que se generaba y que se llevaba después a un contenedor.
Aun sin estar adecuado ni habilitado, era un espacio de disfrute al que se cerró el acceso por el confinamiento decretado en la pandemia. Dos años antes, el Ayuntamiento había intentando vender el terreno hasta en dos ocasiones. No lo consiguió hasta la tercera enajenación que licitó, formalizando en marzo de 2021 la venta del mismo a Diseño del Tajo SL por 1.125.300 euros.
El contrato incluía la urbanización de esta parcela en el paseo de la Rosa -destinada a la construcción de 60 viviendas-, otra anexa de Adif -en la que levantar 68 viviendas- y el terrizo que hay entre la rotonda del Hortelano y el puente de Azarquiel, que ahora se usa como aparcamiento.
Todo este espacio es el que se delimita en la Unidad de Actuación (UA1) de la modificación puntual nº19 del Plan General de Ordenación Urbana de Toledo de 1986, el documento urbanístico actualmente en vigor en la capital castellanomanchega.
Dos prórrogas para urbanizar sin revertir los terrenos
En su oferta, Diseño del Tajo se comprometió a urbanizar en 26 meses todo el terreno previsto en este proyecto, ubicado en zona inundable y que es fruto de un convenio entre el Ayuntamiento y Adif. De esta manera, su ejecución tendría que haber finalizado en junio de 2023.
El agente urbanizador impulsó en 2021 una promoción de 60 viviendas -Mirador de Galiana- que llegó a comercializar con precios de entre 200.000 y 600.000 euros pero que se paralizó, por la crisis que había en el sector y por los elevados precios de la misma, y no llegó a ejecutarse.
Sí que llegó a hacer movimiento de tierras, estableciendo una de las vías de tráfico y dejando un enorme agujero -donde se ubicaría el bloque de viviendas y sus garajes- y una grúa instalada que aún se mantiene. La idea del constructor a finales de 2022, con la obra ya paralizada, era reestructurar el proyecto de viviendas para hacerlas más pequeñas y asequibles, pero no hubo más noticias de esta intención.
Según el contrato establecido, la obligación de urbanizar la UA1 era independiente de construir o no el mencionado bloque de viviendas. No hacerlo era también causa de resolución del mismo, por lo que incluso el Consistorio podría haber revertido la titularidad de los terrenos y que estos pasaron de nuevo a ser municipales.
Sin embargo, el Ayuntamiento concedió al promotor la ampliación del plazo previsto hasta diciembre de 2025 en una primera prórroga en la que no se han llevado a cabo tareas más allá de vallar de nuevo algunos tramos de la zona a urbanizar o limpiar el espacio en el que se habilitó una oficina para comercializar las viviendas que no se hicieron.
Nueva constructora
Esta situación generó que el gobierno municipal haya mediado entre la promotora y una nueva empresa constructora -Cotolma- que va a pasar a hacerse cargo de la urbanización del espacio y de la construcción de las 60 viviendas, aunque Diseño del Tajo continuará siendo el agente urbanizador.
Por ello, el Ayuntamiento aprobó la pasada semana una nueva ampliación del plazo para urbanizar todo este espacio. La nueva fecha de fin que se ha fijado para ejecutar las obras es el 31 de agosto de 2027, conceder 20 meses más de tiempo, que alcanzará los seis años desde que se sellase la venta de los terrenos.
Para ejecutar esta actuación, según trasladan a este medio fuentes de la Concejalía de Planeamiento Urbanístico, se ha redefinido el proyecto con el objetivo de hacer viviendas "más accesibles y más pequeñas" que las que se plantearon en un principio en una parcela que está actualmente sin desbrozar.