Hoy hace un año que se iniciaron los primeros presupuestos participativos de Toledo. No fue fácil. Nada fácil. Ganemos Toledo y Helena Galán, concejala de Participación, se lo tuvo que pelear. Forzamos la máquina y el pacto como si fuera un chicle a ver hasta dónde llegaba porque para nosotras, para Ganemos Toledo, era importante, era nuestra seña y una de nuestras principales razones para entrar en el gobierno: hacer política por y para la gente, contando con ella, con su opinión, claro, pero sobre todo con su participación (algunos confunden una cosa con la otra, ellas y ellos sabrán).
Para nuestro socio, la cosa importaba menos. Bastante menos. Hablar e informar a las asociaciones (algunas, porque hay muchas en Toledo de perfiles muy variados), parecía suficiente para considerar que el tejido social está cubierto. Escuchar su opinión. Decía Tarso Genro, alcalde de Porto Alegre, ciudad referencia mundial en participación ciudadana por su larga experiencia en presupuestos participativos: “El Alcalde de Porto Alegre decide mucho menos que cualquier otro, pero sus decisiones han sido fundadas en decisiones colectivamente articuladas y eso le hace un alcalde mucho más fuerte que los otros.
Renuncia a decidir muchas cosas, pero eso amplía extraordinariamente su representación política". Nosotras, las concejalas y concejales de Ganemos, teníamos eso claro cuando asumimos el cogobierno.
Por eso que a nadie se le olvide. Que nadie se lleve a engaño. La mayoría de Milagros es en parte prestada de los presupuestos participativos de inversiones o de juventud; del arte en la calle, de la poesía en las plazas y de la cultura alternativa cubriendo Toledo; de una cooperación al desarrollo más potente que nunca en el Ayuntamiento y de una implicación absoluta con los vulnerables y desfavorecidos de la ciudad con proyectos alternativos que buscan integrar en la comunidad y no estigmatizar; de contar con niñ@s y mayores en la construcción de Toledo; de impedir el corte de agua, de energía y hasta de viviendas con implicación directa de los concejales; de abrir los servicios públicos y enseñarlos a la ciudadanía para que comparta y controle su gestión, y se avance en la recuperación del control público hasta la gestión pública; de hablar e intervenir con la ciudadanía de forma directa….
Hoy otros presupuestos participativos (luchados hasta la extenuación --creedme que la sufrí-- en la negociación del presupuesto en noviembre/diciembre) están en marcha mientras estamos terminando de ejecutar los del año pasado; pero los siguientes, comprometidos con el dinero de los remanentes, van a necesitar una madrina que los controle. Aviso a navegantes, porque nadie entendería que desapareciera lo que debe seguir creciendo.
Muy bueno ha sido el trabajo de Helena Galán con unas condiciones y recursos muy bajos que no será suficientemente reconocido. Esa pertinaz insistencia ha sido la que ha logrado que los presupuestos participativos sean hoy día una realidad. Valga este artículo para darle las gracias, de corazón, como ciudadana y compañera, por haber estado siempre tan implicada y tan encima. Te echaré de menos y la ciudad también. Pero seguiremos trabajando por que los avances no se pierdan.
Eva Jiménez Rodríguez, concejala en Funciones de Ganemos Toledo y portavoz de Actúa en Toledo