El pasado febrero la ciudad de Toledo se quedaba fuera de lograr financiación para implantar un sistema de control de accesos, señalización y gestión de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), para poner en marcha un Sistema Integral de Movilidad Urbana Sostenible y Eficiente (SIMUSET) y para implantar medidores de calidad del aire y aforo de vehículos por no cumplir los requisitos de las bases de la convocatoria para el que solicitaba casi 2,8 millones de euros.
Ahora se acoge a un convenio con la Junta de Castilla-La Mancha para desarrollar su proyecto. “Mientras tanto hemos estado trabajando en un modelo de desarrollo sostenible y en una ordenanza. Es un problema trasversal que afecta a la movilidad, pero también al urbanismo, dentro de un compromiso para reducir las emisiones de efecto invernadero”, señala el concejal delegado de Fondos Europeos, Empleo y Régimen Interior, Francisco Rueda.
“Lo contemplamos como un proyecto de ciudad. No es una mera ordenanza restrictiva, aunque eso sea de lo que más se hable”, asegura el edil quien detalla que la puesta en marcha de la ZBE en Toledo se ejecutará, previsiblemente, a través de “dos ordenanzas relacionadas con el control de emisiones y la movilidad o en todo caso una que combine ambas cosas. Está ya muy avanzado” y los ciudadanos podrán opinar. “Habrá diálogo y participación”.
En Toledo la ZBE va a afectar “a toda la ciudad porque no tiene ningún sentido poner limitaciones en Azucaica, por decir algo, y no hacerlo en el Polígono”. La experiencia ya ha comenzado en el Casco Histórico, intramuros. “De alguna forma ya es una zona de bajas emisiones que ya está delimitada”, comenta el edil.
Reordenación del tráfico en Reyes Católicos
De hecho, la reordenación del tráfico en el Casco Histórico ya está en marcha, aprovechando las obras que se realizaron en la calle Reyes Católicos y eso ha generado críticas ciudadanas. El edil reconoce que “se ha generado polémica, pero en realidad es una especie de banco de pruebas” para el futuro de la movilidad en Toledo.
“La primera conclusión que saco es que quizá hemos dado poca información o no ha sido la adecuada. También me llama la atención que la información que ofrece el ayuntamiento sobre el tráfico en tiempo real en la ciudad es una gran desconocida por parte de la ciudadanía”. Así, asegura, de cara a la implantación de la ZBE “hace falta comunicación, comunicación y comunicación”.
Estaciones para medir la calidad del aire
El proyecto recién firmado con el Gobierno regional incluye cuatro estaciones de medición de la calidad del aire (Polígono, Azucaica, Buenavista y Casco Histórico-Bisagra) para complementar la información de la única que ahora existe y que depende de la Junta de Castilla-La Mancha.
El ayuntamiento está elaborando el plan de inversiones “para que no sea papel mojado” que comenzarán a ejecutarse en primavera. Se aumentará la digitalización del tráfico, la instalación de cámaras para el reconocimiento de etiquetas y matrículas de los vehículos, la reforma del centro municipal de tráfico ‘Juanelo Turriano’ y se creará una plataforma informática de movilidad, no solo para el control de la situación, sino que incluya información al ciudadano. “El compromiso es que esté operativo en 2024”.
"Esto no es Madrid Central, la calidad del aire no es la misma"
Francisco Rueda matiza que “no se trata de que nadie pueda entrar a ningún sitio con el coche ni tampoco se trata de cambiar de coche quien no quiera hacerlo a corto plazo. No contemplamos restricciones al tráfico. Esto no es Madrid Central entre otras cosas porque la calidad del aire no es la misma y porque las emisiones, por ejemplo, en el Casco Histórico, son bajas debido a la escasa intensidad de tráfico. Otra cosa es que en algún momento haya alertas por contaminación que requieran medidas allí o en otras zonas de la ciudad”.
Cabe recordar que desde el 1 de enero de 2023, todos los municipios españoles de más de 50.000 habitantes, los territorios insulares y los que tengan una población de más de 20.000 personas (si exceden los límites de contaminación regulada) deben poner en marcha las ZBE en sus territorios.
La realidad es que solo 20 de las aproximadamente 150 ciudades españolas que deben hacerlo han presentado ya las medidas para las ZBE, según datos de Asociación Nacional Empresarial de Vehículos de Alquiler (ANEVAL). Ninguna en Castilla-La Mancha. Los respectivos ayuntamientos esgrimen que decidieron “esperar” a la publicación del Real Decreto que las regula que se produjo el 28 de diciembre, apenas cuatro días antes de su, en teoría, obligada entrada en vigor.
Talavera de la Reina
En este sentido, la otra ciudad de la provincia con más de 50.000 habitantes, Talavera de la Reina, consiguió más de 2,5 millones para reducir la contaminación. El ayuntamiento anunció que antes de poner en marcha la ZBE llevará a cabo un proyecto piloto en la calle Trinidad como punto de partida para el diseño integral de esta zona de bajas emisiones. La intención es que pueda estar implantado a comienzos de este año 2023.