El alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, ha avanzado que las fiestas de agosto de la ciudad se estrenan con el primero de los vertidos al Tajo eliminado, dando así cumplimiento a una de sus promesas electorales.
Según ha indicado en una entrevista con Europa Press, por primera vez este año los baños públicos del recinto ferial no verterán las aguas residuales en el cauce del río, algo que según ha defendido venía ocurriendo y que resultaba "llamativo".
Estas fiestas, ha dicho, "se va a dejar de contaminar el río Tajo" gracias a varios sistemas, desde un camión en la ampliación del recinto donde se ubican los establecimientos hosteleros y se dan los conciertos, a una fosa séptica para tratar las aguas residuales o "una cantidad importante de aseos químicos" que no viertan.
Será, ha dicho, el punto de partida a su denominado Plan de Vertidos Cero que quiere presentar el próximo otoño para seguir atajando la contaminación del río a su paso por la Ciudad Imperial.
En todo caso, Velázquez ha apuntado que desde el Ayuntamiento que preside y en materia de defensa del río Tajo tiene la intención de estar "en las pancartas y en las manifestaciones", pero también con actuaciones y hechos que contribuyan a mejorar el estado del cauce del río.
Entre esos hechos, apunta a mejoras en la depuradora del Polígono, por ejemplo, para evitar las reiteradas sanciones impuestas por la Confederación Hidrográfica del Tajo.
Un punto de vertido al Tajo por cada kilómetro del río
Este punto es una de las 90 presiones que tiene el río Tajo a su paso por la ciudad de Toledo en un tramo de unos 23 kilómetros (entre las depuradoras del Polígono y Estiviel). Así lo recoge el estudio que realizó la Cátedra del Tajo Soliss-UCLM a través de la herramienta de investigación ciudadana InvesTAJO.
En el mapa que registran todas estas anomalías incluyen también los 26 puntos de vertido que hay en la ciudad de Toledo, de los que solo 10 están autorizados, tal y como dieron a conocer el pasado mes de junio.