La consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha ha aprobado este lunes una resolución con nuevas medidas para los centros, servicios y establecimientos de servicios sociales en el ámbito territorial de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19. Estarán vigentes durante los próximos quince días. En la resolución se señala que a fecha 28 de junio de 2022 había 124 residencias con brotes activo, 30 más que el 7 de junio. Además, en los últimos 14 días se diagnosticaron 941 casos entre residentes y personal, frente a los 554 casos del 7 de junio.
Según los datos de Sanidad, actualizados el pasado viernes 1 de julio, en la provincia de Toledo hay un total de 45 centros sociosanitarios con casos activos de coronavirus. Se trata de la cifra más alta desde el mes de enero, siendo su aumento progresivo durante los últimos 6 meses.
Ante este incremento de casos se ha decidido adoptar estas nuevas medidas. Por ejemplo, se considerará brote una agrupación de 3 o más casos vinculados al centro socio-sanitario. Se considera brote abierto aquel que ha tenido casos en los últimos 20 días, y cerrado aquel sin casos en los últimos 20 días. Se considera brote activo aquel que haya tenido casos en los últimos 10 días. Este brote se notificará de forma urgente a epidemiología.
Los residentes que muestren caso clínico compatible con el coronavirus, se procederá al aislamiento del caso hasta la obtención de resultado de la PDIA. Si el resultado es positivo se mantendrá el aislamiento del caso, y se procederá a estudiar los contactos estrechos. Los casos confirmados realizarán aislamiento de 5 días desde el inicio de síntomas o desde el diagnóstico en los casos asintomáticos finalizando el aislamiento siempre que hayan transcurrido 24 horas tras la resolución de los síntomas. Para aquellas personas con enfermedad grave o inmunosupresión el periodo de aislamiento se adaptará en función del curso clínico.
En el caso del personal, si se confirma la infección, no acudirá a su centro de trabajo durante los primeros 5 días desde el inicio de síntomas o de la fecha de diagnóstico en caso de personas asintomáticas. Pasado este tiempo, y siempre que hayan transcurrido 24 horas de la desaparición de fiebre o mejoría de los síntomas, al personal que tiene contacto directo con los residentes se le realizará una prueba de antígenos y si el resultado es negativo podrá volver a incorporarse a su lugar de trabajo. Si el resultado es positivo se podrá repetir la realización de la misma cada 24 horas. El resto del personal se podrá incorporar a partir del quinto día si han desaparecido los síntomas.
Las visitas se mantendrán con normalidad, pero no podrán presentar un cuadro clínico compatible con la infección por coronavirus. En el caso de las visitas, también se recomienda que la persona residente y el visitante usen mascarilla. En el caso de las personas positivas o con síntomas compatibles, no podrán salir o entrar de los centros.