La Guardia Civil ha dado a conocer una investigación a una empresa cárnica por un presunto delito contra los recursos naturales y el medio ambiente al realizar vertidos que habían producido emanaciones de gas tóxico que han afectado a la salud de las personas y al entorno natural de la localidad toledana de Barcience.
En el mes de octubre de 2022, el Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo tuvo conocimiento a través de diversas llamadas recibidas al 062 de fuertes olores en varias calles de la Urbanización 'La Dehesa de Barcience', tanto en la vía pública como en el interior de algunas de las viviendas.
Algunas de las personas perjudicadas describían el fuerte olor como "a huevo podrido", que venían sufriendo desde hace más de 10 años de forma moderada, pero que en la actualidad "se había convertido en insoportable". "El Cuerpo de Bomberos de Santa Olalla realizó varias mediciones y obtuvo como resultado valores de gas alarmantes, por lo que incluso les habían aconsejado a los vecinos evacuar y ventilar algunos domicilios", explican desde la Comandancia.
Hasta 41 vecinos han resultado afectados. Entre ellos, siete tuvieron que recibir asistencia médica y dos menores llegaron a ser ingresados en el Hospital Universitario de Toledo por crisis asmáticas. Tras estos hechos el Seprona de Toledo dio comienzo a la operación 'Rotten Egg' (huevo podrido).
Durante la investigación, los agentes descubrieron parámetros de ácido sulfhídrico extremadamente (H2S) altos. "Se trata de un gas muy tóxico que se produce por la descomposición de materia orgánica, por lo que en un principio se pensó en alguna fuga o rotura del colector municipal, por lo que el Ayuntamiento de Barcience se ofreció a contratar a una empresa especializada para la inspección de dicho colector", detallan.
Tras varios meses de investigación, inspecciones, mediciones y tomas de muestras para análisis, se logró determinar la relación causa-efecto de las emisiones de gas H2S, con los vertidos realizados por una empresa cárnica al colector municipal, vertido por el que durante varios años había proliferado la aparición del H2S en el colector de la empresa, gas que era arrastrado por los propios vertidos industriales hasta el colector municipal, sobre todo tras periodos de inactividad, y que provocaban olores y afecciones a la salud de la población.
Finalmente la investigación ha concluido en el mes de marzo con la investigación del responsable legal de la empresa cárnica.