La inhalación de un número indeterminado de fibras de amianto puede provocar distintos tipos de enfermedades que llegan a aparecer incluso muchos años después de la exposición inicial al mismo. Cáncer de pulmón, de laringe, vejiga o, de "manera muy particular y concreta", el mesotelioma, son algunas de las patologías asociadas al contacto con este mineral, prohibido desde hace más dos décadas.
Fue uno de los temas tratados en el Congreso Nacional sobre el Amianto, celebrado este sábado en el Centro Cultural San Marcos de la capital toledana, organizado por la Asociación de Vecinos 'El Tajo', en el que ha participado una serie de ponentes, que expusieron la necesidad de respuestas y soluciones a los riesgos para la salud que entrañan las fibras del asbesto.
Gema Ruiz Azaña, coordinadora de la asociación vecinal toledana que en 2025 cumple 50 años, ha recordado durante la inauguración que el problema del amianto no solo es de Toledo, por la cantidad de residuos acumulados, sino que se trata de una problemática nacional. Pero también advirtió, aprovechando la presencia del alcalde de la ciudad, Carlos Velázquez, que es su "obligación" exigir a la Junta de Comunidades un plan para solucionar el problema de los residuos y lamentó que nadie del Gobierno regional quisiese asistir a la cita. "Estáis obligados a hacer la petición", aseveró.
Por su parte, Velázquez anunció que se incorporará una cuantía económica "importante" en los presupuestos de 2025 para realizar el mapa del amianto en la capital y aseguró que aunque no es de su competencia, sí es su "deber". El edil aseguró que "no queremos limitarnos a exigir a otras administraciones" la retirada de los restos, sino que cumplirán "su obligación" como administración local. "Este mapa no lo va a hacer nadie por nosotros. Es nuestro deber", recalcó.
"El mesotelioma no tiene cura"
"El mesotelioma es un cáncer que no existiría si no hubiera amianto", asevera Juan Ruiz Martín, patólogo del Hospital Universitario de Toledo y profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), uno de los expertos que ha inaugurado el Congreso Nacional sobre el Amianto que ha acogido la ciudad de Toledo este fin de semana.
Desde el año 2000, señala Martín en declaraciones a Toledodiario.es, se han detectado un total de 35 casos de mesotelioma en Toledo. "Es un cáncer que no tiene cura. Te mata en un período de entre uno y dos años", expone sobre esta enfermedad que no solo ha afectado directamente a trabajadores de Ibertubo, la extinta empresa que depositó alrededor de 90 mil toneladas de este componente de fibrocemento en distintos puntos del barrio del Polígono.
El Congreso, organizado por la Asociación Vecinal 'El Tajo', ha debatido a través de cuatro mesas redondas -sanitaria, técnica de medio ambiente, jurídica y social- la situación actual de la ciudad y del barrio toledano del Polígono, donde continúan presentes buena parte de los vertidos de amianto.
"Entendemos que el problema del amianto tiene una base científica, sanitaria y social muy importante. Todas esas patas del problema tienen que ser abordadas por igual", expone Ruiz Martín en declaraciones previas a la celebración de un evento que cuenta con "profesionales de primer nivel" y con el que quieren "ofrecer un enfoque con el que el ciudadano sea capaz de entender que tiene un problema a las puertas de su casa".
El patólogo y profesor universitario señala que la afección del amianto en trabajadores de Ibertubo está "muy bien estudiada", pero "lo que no se sabe tanto es cómo afecta a la población en general, ni a las parejas, familiares o vecinos de los trabajadores". "Gracias a trabajos desarrollados por el doctor Josep Tarrés -quien también está presente en la mesa sanitaria del Congreso- sabemos que hay una afectación ambiental y que causa distintos tipos de cánceres".
Por todo ello señala que, además de la parte sanitaria, es esencial también abordar otros aspectos para determinar la magnitud de los problemas que causa el amianto. En este sentido, apunta también Ruiz Martín que la actuación que ha hecho la Administración regional con los vertidos que hay en el Polígono, "el mayor vertido de Europa", han sido "insuficientes".
Actuaciones "insuficientes" en el "mayor vertido de Europa"
"Se ha tapado pero no se ha sellado y no se ha retirado como marca ley que es casi como si fueran residuos radioactivos. Hay que hacer agujeros profundos y sellarlos con cemento. Con las DANAs y tormentas, se ha puesto de manifiesto que que se han roto bolsas que contenían amianto. Se ha retirado la tierra que lo tapaba y están ahí los lodos", advierte el experto.
Ruiz Martín señala que es "complicado" establecer la relación de distintos cánceres a la exposición al mineral. "Las fibras de amianto son microscópicas y no se ven. Es un poco el problema a la hora de mostrar la causa-efecto", apunta, al tiempo que precisa que sí que "se puede saber cuando hay una relación epidemiológica clara". Así, pone como ejemplo el caso de una persona que ha trabajado en contacto con amianto y que no ha fumado nunca pero desarrolla un cáncer de pulmón.
Para poder conocer mejor esa relación, recuerda que desde distintas entidades se han reclamado estudios que todavía no se han llevado a cabo. "Si no conoces la magnitud del problema no puedes actuar de una manera racional", asevera el patólogo.
El amianto en el cuerpo humano también es un residuo
En la mesa técnica del congreso ha intervenido también el ingeniero industrial y sociólogo, Miguel Ángel Figueroa, recientemente doctorado por la Universidad de La Laguna con su trabajo ‘Cultura de seguridad y salud en el trabajo y riesgo de exposición a amianto’. “El amianto en el cuerpo de una persona también es un residuo”, explica el experto, quien resalta que esta situación no es un accidente de trabajo, sino una “enfermedad profesional asociada al residuo”.
“El amianto tiene un periodo de latencia largo de 10, 20 o incluso 40 años”, señala Figueroa, y puede afectar a trabajadores, las personas con las que conviven y también las personas vecinas de los lugares en los que se ha instalado el residuo.
Por ejemplo, apunta a los residuos de la fábrica de Uralita en Cerdanyola, que fue condenada a pagar 3,5 millones de euros a vecinos por la exposición a este material. La exposición, describe, puede provocar una serie de enfermedades, desde cáncer de laringe hasta fibrosis pulmonar.
Figueroa incide especialmente en el tratamiento de los residuos que deja el trabajo con el amianto y explica situaciones en los que la limpieza de edificios con restos de amianto se ha hecho “a lo bestia”, sin tomar las precauciones necesarias, como en el caso de un inmueble en Arona, en 2016, una situación que ha estudiado él mismo.
El sociólogo también ha aplicado el tratamiento de los residuos de amianto a la teoría de la Sociedad del Riesgo, de Ulrich Beck, en la que se habla “fundamentalmente” sobre la distribución de la riqueza que se ha creado gracias al desarrollo industrial. “Se trata de un reparto inversamente proporcional de los riesgos, que afecta más a los trabajadores”, afirma.
“En España existe un hándicap, ya que no es uno de los países más desarrollados de Europa, llegó tarde al desarrollo industrial y también ha llegado tarde a analizar los riesgos del amianto”, explica y recuerda que fue recién a finales del año 2001 cuando se prohibió su utilización y fabricación.
Es por esta tardanza que todavía hay “mucho amianto instalado” y por eso hay que quitarlo “como Dios manda”. “Y claro, este es el problema ahora. Quitarlo”, destaca. Figueroa recuerda que existe un dictamen que sitúa el año 2023 como límite para retirar todo el amianto del continente. “Está a la vuelta de la esquina”.