"Todo el mundo imagina qué es una guerra pero se desconoce el punto de vista de las mujeres locales que sufren esas situaciones extremas". Esta es la principal razón por la que asistir este martes, 11 de octubre, a la conferencia 'Mujer en guerra. Violencia sobre la violencia', que ofrecerá la periodista Rosa María Calaf en la Biblioteca regional situada en el Alcázar de Toledo.
Hablamos con una de las corresponsales de guerra más importantes de nuestro país, con más de 25 años de carrera en el exterior. Es una de las periodistas con más larga trayectoria en TVE, abrió la corresponsalía de Moscú en 1987 y ha sido corresponsal de Roma, de los países del Este-Balcanes, de la región Asia-Pacífico y para Estados Unidos y Canadá. Además, reestructuró la corresponsalía de Buenos Aires para América del Sur.
Todo ello en una época en la que eran muy pocas las periodistas en conflictos bélicos. "He pasado miedo muchas veces porque sabes que si te pillan lo vas a pasar peor que tus compañeros", afirma en una entrevista con Toledodiario.es. "Es mucho más complicado pero al mismo tiempo tiene una parte muy positiva: puedes entrar como mujer en el ámbito de las mujeres".
Calaf ha sido una de esas profesionales que ha cambiado la comunicación bélica visibilizando la violencia de género y el machismo que se acentúa durante los conflictos armados. La periodista ha puesto el foco en las mujeres para conocer de cerca "el día a día de las sociedades, es donde se ve lo que realmente está pasando en un conflicto". "La realidad no está en la versión oficial", asegura.
Repasamos con Calaf algunos de los conflictos que marcan la actualidad internacional, como la guerra en Ucrania o las protestas contra la obligatoriedad del hiyab en Irán. Sin embargo, tal y como recuerda la periodista, las mujeres sufren violencias machistas también en situaciones de paz, tanto en Occidente como en Oriente. Es el caso de los feminicidios en América Latina o los abortos de fetos femeninos en la India.
"Todo esto ocurre en la paz y los conflictos lo empeoran utilizando, por ejemplo, la violación como arma de guerra", explica. "Realmente es importante saber detalles porque a groso modo las personas acaban siendo números en la información actual marcada por la rapidez y la búsqueda del impacto" y, por ello, anima a la ciudadanía a acudir a una charla como la de este martes que define como una "oportunidad".
Tu conferencia se titula ‘Mujer en guerra. Violencia sobre la violencia’, ¿a qué haces referencia?
Se ejerce violencia contra la mujer siempre, en mayor o menor medida. No es lo mismo aquí, que lo que pueda estar pasando en Irán. Como norma, lo que he visto al recorrer el mundo es que las mujeres están reprimidas en todas partes pero en niveles diferentes y no solo cuando hay guerra.
La discriminación de género existe en todos los contextos, incluso en los democráticos, por lo que imaginemos hasta donde puede llegar en estados fallidos o en tiempos de guerra. Son situaciones en las que la violencia contra las mujeres se incrementa.
En la conferencia voy a relatar varias estampas de desigualdad violenta. Por ejemplo, en la India, se abortan unos 2 millones de fetos femeninos al año, en Paquistán sabemos que se siguen cometiendo los llamados asesinatos de honor en los que las mujeres son asesinadas por sus propias familias por no cumplir con las normas que exige el patriarcado. Todo esto ocurre en la paz y los conflictos lo empeoran utilizando, por ejemplo, la violación como arma de guerra.
Actualmente vivimos dos conflictos muy mediáticos, la guerra de Ucrania y durante las últimas semanas las protestas en Irán, ¿qué está pasando con las mujeres en estos países?
En Ucrania ellas han tenido que salir y recorrer todo el trágico camino para llegar a un lugar distinto. Pero también están las que se han quedado, son ellas las que mantienen la vida diaria trabajando en fábricas y empresas. Los hombres que están en el frente necesitan que haya detrás ese soporte de la vida, y son las mujeres las que lo están llevando hacia delante.
En casos de conflicto extremo las mujeres normalmente pasan a ocupar papeles que de otra manera no ocuparían, tal y como pasó en las guerras mundiales de Occidente. La guerra fue el salto al mundo laboral que antes les estaba vetado.
Respecto a Irán, nos encontramos una oposición a la discriminación tremenda y permanente que sufren las mujeres iraníes. Son ellas las que están dando el gran salto, lo tienen muy difícil pero veremos qué pasa y el apoyo exterior que debería aislar a este tipo de regiones que practican aberraciones contra los derechos humanos.
El problema es que muchos gobiernos democráticos priman el interés económico que generalmente barre todo intento de proteger los derechos humanos, que lo tienen muy mal frente a los negocios.
Es importante que no se deje de hablar de Irán y de lo que está pasando allí en los medios. Es importante que sigamos presionando desde el exterior.
¿Cómo explicar que en muchos conflictos quienes deberían proteger a las mujeres, como los cascos azules, se convierten en sus agresores?
Las propias tropas de las Naciones Unidas, que deberían proteger, han sido los abusadores, hay muchas historias estremecedoras en cualquier continente. Pero hay cada vez más control y campañas como #stoprapenow.
Otro aspecto importante es conseguir que en los procesos de paz intervengan las mujeres porque normalmente no se las deja intervenir porque son sociedades extremadamente machistas. Hay que eliminar los obstáculos que impiden que las mujeres sean parte de estos procesos. Cada vez la presencia femenina es más activa.
Por otro lado también hay que trabajar para que se modifique la legislación y que las mujeres puedan acceder a la tierra o las herencias y participar en la vida diaria… en el 2014 se consiguió que más de 100 países aprobaran medidas jurídicas y militares para combatir la violencia sexual y la discriminación de género.
Todas las violencias machistas que sufren las mujeres, ¿son visibilizadas por el periodismo de guerra?
Yo me voy a la mirada periodística femenina de la guerra. Hay quien dice que no hay una visión femenina y otra masculina pero yo creo que sí. No quiero decir con eso que sea mejor o peor, sino distinta, aporta visiones que de otra manera quedarían más en segundo plano o ni estarían.
Una periodista de la BBC decía que los hombres se interesan por las máquinas de guerra, los juguetes de su infancia, mientras las mujeres queremos contar cómo la sociedad civil se las apaña para sobrevivir en un contexto bélico durante el cual las ciudadanas se preparan para reconstruir tras el conflicto.
El periodismo de guerra ha cambiado mucho en las últimas generaciones, un cambio que también ha tenido que ver con los periodistas hombres, pero sobre todo con la entrada de un gran número de mujeres en la información bélica. Las fotoperiodistas están haciendo una labor increíble contribuyendo a este cambio de narrativa que incluye mucho más las experiencias de civiles, refugiados y gente común afectada por la acción militar.
¿Has sufrido como corresponsal de guerra esa doble violencia?
Para la mujer periodista siempre es mucho más difícil trabajar en un conflicto bélico y tiene muchas limitaciones porque hay lugares donde no puedes acceder, personas que no quieren que las entrevistes por ser mujer y además las mujeres siempre sufren la sexualización, el acoso, agresiones o violaciones. Yo he pasado miedo muchas veces, lo he pasado mal porque sabes que si te pillan lo vas a pasar peor que tus compañeros.
Es mucho más complicado pero al mismo tiempo tiene una parte muy positiva: puedes entrar como mujer en el ámbito de las mujeres, puedes acercarte a las mujeres que han sufrido violencia y ellas se van a abrir mucho más fácilmente y tú vas a comprender lo que les ha pasado. Esto permite vivir el día a día de las sociedades, que es donde se ve lo que realmente está pasando en un conflicto. La realidad no está en la versión oficial. El verdadero sufrimiento de la población se ve moviéndote en el ámbito femenino.
Tienes muchas más restricciones y la enorme ventaja de poder moverte en el ámbito cotidiano.
Eres una de las corresponsales españolas con más experiencia, ¿cómo viven las mujeres en ese ámbito cotidiano y bélico?
Lo que me ha dolido siempre es ver esa falta de opciones de las mujeres, tan injusta. En algunos lugares absolutas ya que si pelean contra eso las matan. Seguimos ahí en pleno siglo XXI.
Esto frustra mucho pero quiero insistir en que a las mujeres no hay que verlas solo como víctimas. Incluso en las situaciones más tremendas, las mujeres son la columna vertebral que sostiene el día a día, la posibilidad de que la comunidad siga viviendo ya que son las que empujan la reconstrucción y la reconciliación.
La mujer es la víctima, la más vulnerable, pero eso no significa que no tenga una fuerza tremenda para asegurar su futuro. Por ello, hay que valorar la resistencia de las mujeres contra toda forma de exclusión porque está en todas partes y es lo que hace que mantengamos la esperanza.
Las mujeres que estamos en situaciones en las que hemos logrado avanzar, tenemos la obligación de hacer todo lo posible para defender que el resto de las mujeres del mundo puedan hacer lo mismo.