
Río Tajo a su paso por Toledo, entre los puentes de Azarquiel y Alcántara, el 9 de julio de 2025 / Imagen: Fidel Manjavacas
Ante la súbita bajada del caudal del río Tajo a su paso por Toledo sucedida en la mañana del 8 de junio, la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss ha analizado los datos oficiales disponibles para intentar aclarar qué ha podido suceder o por lo menos poder establecer una hipótesis que nos acerque a la causa.
La variación de los caudales en un río como el Tajo está sujeta a múltiples variables y por ello conviene tener una visión lo más amplia posible de lo que sucede en la cuenca. Por ello, se han recogido los datos de caudales de las diferentes estaciones de control de caudales de la red SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica) que la Confederación Hidrográfica del Tajo tiene situadas a lo largo del tramo medio del río Tajo, entre el embalse de Bolarque y Talavera de la Reina. En total se han analizado 7 estaciones del SAIH, seis de ellas en el río Tajo, más una en el río Jarama, dada la fuerte influencia que tiene este curso.
El análisis de los caudales medios de los últimos diez días (con mediciones cada hora) de cada una de las estaciones nos da una idea de cuál ha sido el comportamiento general del río en estos días. Lo primero que se puede observar es que el comportamiento hidrológico del río está alterado por las distintas presiones que padece. Entre la estación de Almoguera y la de Fuentidueña se produce un aumento de 9 m3/s. Con los datos disponibles, no es posible determinar la causa, ni con seguridad achacarla a las pequeñas aportaciones de arroyos intermedios. A continuación, en la estación de El Embocador, en Aranjuez, se observa un fuerte descenso de los caudales, del 58 %, quedándose en poco más de 10 m3/s. Este descenso se puede achacar a las captaciones agrícolas en plena temporada de riegos.

A continuación, la estación de Algodor muestra un notable incremento de caudales, sin duda causados por los aportes del río Jarama, que suponen en Aranjuez tres veces más cantidad que la que aporta el río Tajo. A continuación, la estación de Toledo vuelve a mostrar un descenso de un 20 %, unos 8 m3/s, muy posiblemente motivados por la presión agrícola en la zona. Por último, la estación de La Portusa, ubicada después de la confluencia del río Guadarrama, recoge los incrementos de caudal proporcionados por este último. Hay que señalar que actualmente no es posible conocer los caudales de la estación situada en Talavera de la Reina dado que la web institucional no aporta estos datos. Como conclusión, se puede señalar que el caudal del río Tajo en cabecera está fuertemente condicionado por las aguas reguladas para abastecer al trasvase Tajo-Segura, a lo que se le añade la fuerte presión que generan las captaciones agrícolas para riegos. Además, el río Jarama ha sido, también en estos diez días analizados, el principal aporte de caudal en el tramo medio.
Una vez conseguida una imagen general del tramo medio, se puede ver qué está sucediendo en cada una de las estaciones del SAIH. Del análisis de los datos horarios de los últimos diez días de cada una de las estaciones (véanse gráficas en anexo) se puede ver que los caudales mínimos ecológicos establecidos para 2027 se están cumpliendo en todo el eje del río Tajo. Es decir, la sentencia de 2025 del Tribunal Supremo (ganada por los colectivos ciudadanos) está siendo cumplida en estos primeros días del mes de julio que han sido analizados. Incluso la bajada de caudal en el día 8 de julio en Toledo estaría respetando el caudal mínimo ecológico de 2027 (13 m3/s en verano).No obstante, la alarma social que ha ocasionado la imagen en Toledo de estos 13 m3/s corrobora lo que ya se sabía, que los caudales mínimos ecológicos establecidos en el actual Plan Hidrológico no iban a suponer un cambio sustancial en la situación del río, como ya indicábamos en 2023.
¿Qué ocurrió en el río Tajo en Toledo el día 8 de julio?
El gráfico nos muestra que ocurrió una bajada súbita de caudal entre las 7.00 y las 10.00 de la mañana, disminuyendo de 30 m3/s a 13,09 m3/s. Así mismo, en las cuatro horas siguientes, se produjo una recuperación brusca del caudal, alcanzando los 44 m3/s a las 14.00 horas. La estación de Puente de Algodor, aguas arriba, nos indica que allí no se produjeron estas sensibles variaciones y, por tanto, la causa hay que buscarla en el tramo entre esta estación y Toledo.
Este comportamiento anómalo nos sugiere que el caudal ha sido retenido en algún punto, para, a continuación, liberar en poco tiempo el agua retenida. Este comportamiento podría ser propio de la actividad de una central hidroeléctrica, siendo, en cualquier caso, descartable que se hubiera producido una captación agraria o una evaporación súbita. En ambos casos no se hubiera producido la restitución del caudal en tan poco tiempo.
¿A qué conclusiones se puede llegar?
Como situación de partida, los datos de los últimos días confirman que el tramo medio del río Tajo ha seguido estando fuertemente alterado hidrológicamente, principalmente debido a la regulación en cabecera, a la actividad hidroeléctrica y a las captaciones para usos agrícolas. Esta dinámica del río difiere enormemente del comportamiento natural del río. Esto supone un estrés a los ecosistemas ribereños y especies acuáticas.
Esto sucede a pesar de estar cumpliéndose los caudales mínimos ecológicos establecidos en el Plan Hidrológico del Tajo y refrendados por la última sentencia del Tribunal Supremo. Estos caudales ecológicos mínimos en los valores fijados y por sí solos no son suficientes, poco pueden aportar al río si no van unidos a una gestión que contemple una visión del comportamiento natural del río y de la conservación de sus especies y ecosistemas.
En este escenario, la causa de la bajada del caudal del día 8 de julio en Toledo hay que buscarla en el tramo inmediato aguas arriba a la ciudad de Toledo: está acotada entre las estaciones del Puente de Algodor y la Casa del Diamantista. Por el comportamiento del caudal, por esa bajada brusca seguida de una subida rápida, se descarta que la causa esté en captaciones agrícolas o en la evaporación del agua ante las altas temperaturas. Solo queda y, por tanto, se sugiere como hipótesis más probable que la causa esté en la actividad hidroeléctrica en ese tramo del río.