Un total de ocho ejemplares de lince ibérico han muerto en Castilla-La Mancha desde el 1 de enero de 2019, a los que habría que sumar el posible fallecimiento de cuatro cachorros al quedar huérfanos tras "el disparo a bocajarro que provocó la muerte de una hembra reproductora", según ha dado a conocer la Consejería de Desarrollo Sostenible. Un caso "especialmente trágico" señala la Consejería ya que los cachorros "presumiblemente no lograron sobrevivir dada la corta edad que tenían".
Un informe elaborado por la Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad apunta a que las causas de la mortalidad de los ejemplares se debieron a un atropello en cuatro de los casos, a muertes provocadas por disparos en dos casos de furtivismo y otros tantos que provocaron la muerte de dos ejemplares por el uso de métodos de captura ilegales, un cepo y posiblemente un lazo.
Los datos se han conocido después de que Ecologistas en Acción haya denunciado "la muerte de al menos cuatro linces a manos de los cazadores". Unos ejemplares que forman parte del programa de reintroducción puesto en marcha por el proyecto Life+Iberlince en la comarca de los Montes de Toledo en lo que va de año.
"La distinta naturaleza de los casos hace aún más preocupante la situación, pues las muertes se han producido en distintas fincas y cotos de caza de los Montes de Toledo, en áreas en teoría sujetas a mayor vigilancia por ser objeto del desarrollo del programa de reintroducción y recuperación de esta especie en peligro de extinción", asegura la organización ecologista que ha remitido un escrito al consejero de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha, José Luis Escudero, pidiendo "transparencia en la información sobre la especie", así como los detalles de los expedientes informativos y sancionadores abiertos por estos u otros casos de mortalidad directa de linces que se hayan producido en este año.
En este sentido el departamento de Desarrollo Sostenible del Gobierno castellanomanchego ha confirmado a eldiarioclm.es que se abrirán expedientes tanto por la vía administrativa como por la vía penal para "los tres últimos casos" de muertes de lince ibérico en Castilla-La Mancha, "que se están investigando", aunque no se ha aclarado la situación administrativa de los otros cinco casos.
Las mismas fuentes han comentado que no hay constancia del escrito remitido por parte de Ecologistas en Acción que también ha aprovechado para reclamar que, ante el inminente inicio de la temporada de caza, se cierren cautelarmente los cotos donde han aparecido los linces muertos hasta que se aclaren los hechos y se recupere la zona del daño causado.
Ecologistas en Acción muestra su "preocupación" porque estos casos no se hayan hecho públicos hasta ahora y pedirá una explicación al respecto. En su opinión, "hasta hace no mucho el proyecto Iberlince y las entidades que participan de él eran muy diligentes a la hora de informar de estas situaciones".
La Junta niega la falta de transparencia y exhibe datos en positivo
Fuentes de la Consejería de Desarrollo Sostenible niegan la falta de transparencia informativa sobre el programa y se remiten al informe facilitado a eldiarioclm.es que incluye datos en positivo del programa.
En concreto, se resalta el hecho de que más de un centenar de cachorros de la especie hayan nacido en libertad durante 2019 en la región. Un "hito", sostienen, en la conservación del lince ibérico desde que en 2014 fueron liberados los primeros ejemplares en las provincias de Toledo y Ciudad Real en el marco del proyecto Life +Iberlince.
El seguimiento de la especie realizado en 2019 por agentes medioambientales, técnicos de la Consejería de Desarrollo Sostenible y de la empresa pública GEACAM, con ayuda "en muchos casos" del personal propio de las fincas, ha permitido detectar un total 37 camadas silvestres con al menos 107 cachorros; 54 en Montes de Toledo, 30 en Sierra Morena oriental y 23 en Sierra Morena occidental, en el otro extremo de la cordillera.
En las áreas de reintroducción actualmente se encuentran asentadas un total de 31 hembras, 19 en el área de Montes de Toledo y 12 en el de Sierra Morena oriental. A lo que habría que sumar las ocho controladas en Sierra Morena occidental, núcleo que ha evolucionado principalmente con ejemplares silvestres, con poco aporte de ejemplares procedentes de los centros de cría en cautividad. En total más de dos centenares de ejemplares de distintas edades viven ya en Castilla-La Mancha.
Otros indicadores positivos, señalan, son el alto porcentaje de ejemplares procedentes de los centros de cría que después de ser liberados se siguen adaptando a la naturaleza y se incorporan a las distintas poblaciones. De los 14 ejemplares liberados este año, siete en Montes de Toledo y siete en Sierra Morena oriental han sido reclutados, en el próximo año regentarán nuevos territorios y serán contabilizados ya como linces territoriales.