El yacimiento Cerro del Gollino de Corral de Almaguer está siendo objeto de una campaña de excavación que busca documentar con mayor detalle este enclave arqueológico, un extenso hábitat prerromano situado en la localidad que destacan como "uno de los más relevantes de la antigua Carpetania".
Así lo han trasladado en la visita realizada a los trabajos de recuperación que se llevan a cabo en el lugar por la diputada provincial y alcaldesa de Corral de Almaguer, Manuela Lominchar, acompañada por el arqueólogo provincial, Pablo Sánchez de Oro, que dirige esta campaña que impulsó en 2024.
La alcaldesa de Corral de Almaguer ha agradecido el apoyo de la Diputación para poder desarrollar esta segunda campaña de excavación, que está permitiendo sacar a la luz estructuras únicas y valiosísima información histórica".

La Institución provincial respalda con su ayuda económica unas excavaciones que comenzaron en junio de 2024, impulsadas por un proyecto internacional dirigido por la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Edimburgo, con la participación de asociaciones locales como la Asociación de Amigos de Corral de Almaguer.
Esta nueva campaña se centra en documentar con mayor detalle un edificio de dos plantas, destinado probablemente al almacenamiento, con cimientos, tinajas y piedras de molino.
La Diputación de Toledo apoya estas actividades desde el año pasado, colaborando con el Ayuntamiento de Corral de Almaguer, la citada Asociación y las universidades implicadas.
Lominchar destaca esa ayuda y el compromiso de su Ayuntamiento "para trabajar en la recuperación del yacimiento del Cerro del Gollino". "Este proyecto no solo nos conecta con nuestras raíces más profundas, sino que también nos posiciona como referencia arqueológica a nivel nacional e internacional".
Entre 8 y 18 hectáreas entre Cuenca y Ciudad Real
El Cerro del Gollino ocupa entre ocho y dieciocho hectáreas en el límite suroriental de la provincia, lindando con Cuenca y Ciudad Real.
Se trata de un 'oppidum' fortificado que conserva dos recintos amurallados con estructuras de más de cuatro metros de anchura, fechadas entre los siglos III y I a.C., cuando la Carpetania era una región clave de la Meseta sur. Las primeras campañas arqueológicas, llevadas a cabo en los años 1985 y 1986, revelaron la existencia de cerámica indígena e importada (campaniense B, ánforas Dressel I), así como estructuras habitacionales, lo que confirmó la relevancia histórica del enclave.
Las investigaciones más recientes apuntan a una ocupación prolongada del cerro, desde fases antiguas (siglos VIII-VII a.C.), pasando por la ocupación carpetana y la destrucción probable en el contexto de las guerras sertorianas (hacia 74 a.C.), hasta un uso posterior residual en época medieval islámica, con evidencias de una atalaya y enterramientos datados en el siglo XI.
"Es parte de nuestra memoria"
Para Manuela Lominchar "el Cerro del Gollino es mucho más que un yacimiento. Es parte de nuestra memoria y un testigo patrimonial de la importancia que Corral de Almaguer tuvo en sus orígenes".
La Diputación de Toledo colabora en este proyecto junto al Ayuntamiento de Corral de Almaguer y el tejido asociativo y académico implicado, con el objetivo de fomentar la investigación, recuperación y difusión del patrimonio provincial.
Este respaldo permite acciones de prospección, análisis territorial y actividades divulgativas, como jornadas abiertas al público, charlas y visitas guiadas, que buscan acercar la historia a la gente y sensibilizar sobre la importancia del patrimonio arqueológico.
Con estas nuevas actuaciones, el Cerro del Gollino "se consolida como un yacimiento muy significativo de la provincia de Toledo, tanto por su extensión como por su estado de conservación y el potencial histórico y educativo que encierra", destacan.