En 'Ava', el último documental de Mabel Lozano premiado en los Goya este año como Mejor Cortometraje Documental, la protagonista cuenta la historia de las mujeres y niñas con discapacidad intelectual que son captadas para ser esclavas sexuales. “Se dice que la esclavitud ha desaparecido de la civilización europea, pero no es cierto. Todavía existe, pero solo se aplica a las mujeres y se llama prostitución”, afirmaba la directora toledana en la ceremonia de los premios del cine español. Lozano también decía sobre su trabajo 'Ava' que quería poner sobre la mesa una “terrible realidad” que “siempre” ha existido en la prostitución: la captación de las mujeres con discapacidad intelectual.
El estudio 'Violencia de Género en Mujeres con Discapacidad de Castilla-La Mancha' de 2021, financiado por el Instituto de la Mujer de la región, señala que la discapacidad en la comunidad autónoma “tiene rostro de mujer”, con “especiales dificultades” de integración social. Esta situación hace que “posiblemente sufran un índice mayor de violencia que el resto de colectivos” y apunta a un informe de 2006 de COCEMFE en el que se señalaba que prácticamente una cuarta parte de las mujeres con discapacidad de la región manifestaban haber sufrido algún tipo de violencia de género.
Ante esta realidad, la Asociación Provincial de Familias de Personas con Discapacidad Intelectual y del Desarrollo (APANAS) ha promovido en Toledo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, la charla-coloquio 'Mujeres y niñas con discapacidad: cómo prevenir situaciones de discriminación y violencia'.
“Uno de los objetivos de la asociación es informar a las familias y mostrar aspectos de la realidad para que vean la discriminación que pueden sufrir las mujeres al tener discapacidad”, explican. A la vez, el objetivo es normalizar la presencia de las personas con algún tipo de discapacidad en cualquier ámbito de la sociedad, y conocer su realidad.
El acto comenzó con la proyección de 'Ava', y tenía como principal invitada a la experta Pilar Gómez, socióloga especializada en discapacidad. Con ella hemos hablado. “Las mujeres con discapacidad intelectual son susceptibles a varios factores que hacen que su exposición a situaciones de violencia sea más severa que en el caso de otras mujeres. Esto se acentúa también cuando hablamos de una mujer institucionalizada”, recalca. Las razones para ello son “múltiples”, afirma.
“La sociedad ve a las mujeres con discapacidad intelectual como seres aniñados y se les infantiliza y asexualiza. Desde las propias familias no suelen tomar medidas de prevención, como que conozcan su propio cuerpo y su entorno”, relata. A esto, añade que existen “mitos” que van desde que son mujeres bondadosas a las que es “imposible que les pueda pasar algo” hasta que son mujeres promiscuas. “Existe esta imagen lesiva de la cultura popular de los años 70' de la 'tonta del pueblo' que se iba con todos”.
Para la socióloga, esta falta de información es clave, porque ayuda a que las posibles víctimas “muchas veces” no sean capaces de distinguir que se están enfrentando a una situación de violencia. “Tenemos que recordar que son ante todo mujeres y, por tanto, son objeto de todos los tipos de violencia de la que podemos ser objeto el resto de las mujeres, pero en su caso se encuentran en una posición que las hace ser mucho más vulnerables. No por su discapacidad, sino porque suelen tener menos oportunidades laborales, y cuando tienen trabajo es más precario, con un salario más bajo. Esto hace más difícil salir de una situación de violencia, cuando lo primero que necesitas son recursos económicos”.
Por otro lado, la socióloga señala que a las mujeres con discapacidad se les “niega desde pequeñas” funciones de una mujer, como puede ser tener una pareja o la de poder ser madre. “Entonces cuando tiene acceso a una relación se ven 'normalizadas' y si sufre violencia y decide denunciarla, es una forma de decir 'a lo mejor no merezco tener una pareja'. Es una situación perversa”.
Herramientas de prevención
Lo fundamental a la hora de acabar con todos estos mitos, y paulatinamente también contra la violencia que sufren las mujeres, es la información. “Conocer la realidad de las mujeres con discapacidad intelectual y trabajar para acabar con estas barreras invisibles a las que se enfrentan, que son mucho más dañinas”, explica Pilar Gómez. De este modo, se puede romper con los mitos y normalizar su vida. Esto incluye también a los medios de comunicación, las series de televisión y el cine. “Tenemos que dar una imagen real de estas mujeres y trabajar para romper el paternalismo. Así, las familias entenderán que su obligación es permitir que sus hijas tomen sus decisiones y puedan participar en su vida. Muchas veces, la sobreprotección las sitúa en una tierra de nadie, que las hace más vulnerables”, señala.
Cuando las mujeres pueden decidir sobre sus propios actos, continúa la experta, pueden aprender también a poner límites y a reconocer si sufren o no violencia. “De esta manera, entenderán que hay que poner límites, que hay espacios y tiempos para todo, y sobre todo que no tienen que consentir. Que pueden decir que no”, recalca. De este modo concluye que “la necesidad de formación es mucho más severa, porque sus riesgos son mucho mayores”.
Entre las muchas limitaciones a las que se enfrentan las mujeres con discapacidad intelectual, se encuentra las dificultades a la hora de poner una denuncia. “Es algo que tienen muy asumido”, resalta. Sin embargo, ahora existe la figura del facilitador, una persona que quiere ayudar a atravesar las dificultades de un proceso judicial, con un lenguaje que pueden entender y que funciona como mediador entre la persona que interroga y la denunciante.
La subinspectora de la Policía Nacional de Toledo, Virginia Velasco, que también ha participado en el acto explica que existen documentos en formato de lectura fácil para la toma de denuncia y también para los pasos posteriores en la investigación. Velasco explica que la figura del facilitador se ha creado a través del servicio de asistencia a las familias del cuerpo como un acompañamiento más. “Independiente de que son personas que siempre vienen con un familiar o personas de un centro, o de una asociación del tercer sector”, resalta.
Velasco invita a acercarse al Cuerpo de Policía Nacional, o a cualquiera de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. “Somos personas cercanas, que siempre vamos a intentar ayudar. Que nunca tengan miedo a llamarnos o a acercarse a nosotros, en el caso de que detecten cualquier circunstancia. Porque para eso está la Policía Nacional”, señala.
La subinspectora afirma que desde la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer del Cuerpo en Toledo resaltan la figura de los depredadores o de los 'groomer', personas que se hacen pasar por menores en las redes sociales. “Es la incidencia que más se detecta respecto a mujeres con discapacidad cognitiva”, señala. Contra este tipo de ataques, lo importante es denunciar y no compartir información personal, “en ningún caso”, recalca.
“Debe ser nuestra prioridad”
La directora del Instituto de la Mujer de la región, Lourdes Luna, explica que las políticas públicas de igualdad de Castilla-La Mancha no han “incidido mucho” en las mujeres con discapacidad intelectual. “Pero es una prioridad, lo tengo clarísimo”, puntualiza.
“Tenemos que trabajar en que sean visibles. Es evidente que sufren discriminación múltiple, y tenemos ayudas específicas para la prevención de violencia de género contra las mujeres con discapacidad”, asegura, aunque entiende que no es suficiente. Por eso plantea otro tipo de herramientas, como proyectos específicos para su diagnóstico por parte de las entidades sociales. “Una vez tengamos este diagnóstico, podemos implementar políticas que puedan ayudarlas, no solo a nivel de prevención y sensibilización, sino también con una intervención más directa”, concluye.