
El incendio forestal originado en Méntrida visto desde la localidad madrileña de Navalcarnero. - A. Pérez Meca - Europa Press
Alrededor de 3.500 hectáreas de terreno forestal, llegando a impactar en viviendas de algunas urbanizaciones, son las que se calculan que han arrasado los tres incendios registrados en los últimos días en el entorno de la A-5 a su paso por la provincia de Toledo.Se trata de incendios que ya “preocupan” al Gobierno de Castilla-La Mancha y cuyas causas aún se investigan. Todavía no se conoce realmente el daño provocado, aunque se estima que en el incendio de Méntrida se han calcinado unas 3.000 hectáreas, en el de La Torre de Esteban Hambrán unas 120 hectáreas y en Maqueda, otras 300.
“La verdad es que estamos muy preocupados desde el Gobierno de Castilla La Mancha, dado que en muy corto espacio de tiempo hemos tenido al menos hasta 5 incendios concentrados en una zona muy concreta a lo largo de la A 5 en distintos municipios”, advertía la consejera de Desarrollo Sostenible regional, Mercedes Gómez.
A esto se añade la evacuación preventiva que hubo que llevar a cabo en los casos de Méntrida y La Torre de Esteban Hambrán, que afectó a decenas de personas tanto de Castilla-La Mancha como de la vecina Comunidad de Madrid.

¿Qué ha propiciado esta sucesión de fuegos? El ingeniero Emilio Braojos, técnico que dirige la asistencia de incendios forestales en Castilla-La Mancha, explica que son varios los factores que han marcado el origen de estos incendios forestales, más allá de la responsabilidad humana que puede comenzar con una simple colilla de cigarro mal apagada. Braojos recuerda que existe una gran diferencia en referencia a campañas de extinción de otros años: las abundantes lluvias primaverales.
“Hemos tenido muchísima lluvia en los meses de atrás, que ha dejado pastos muy altos. La vegetación con el calor del verano se seca y está mejor para arder”, explica el experto. A esto, añade la masa de aire sahariano de finales de junio y los vientos que llegaron con ella. El resultado de toda esta ecuación: incendios muy rápidos, que contaban no solo con abundante vegetación herbácea, sino también con matorrales y encinares. Fue este el caso de Méntrida. “Se suman las llamas de alta intensidad con esta sequedad y la acumulación de pasto alto que tiene la capacidad de atravesar caminos”, señala.
En el caso del incendio de Méntrida, que obligó a confinar la urbanización de Calypo Fado en la que viven unas 2.500 personas y la evacuación de varias decenas de personas, las llamas se propagaban a una velocidad de entre 3 o 4 kilómetros por hora. En La Torre de Esteban Hambrán, un kilómetro por hora. “Que ya es bastante”, explica Braojos.
200 incendios solo en la provincia de Toledo
Este era el principal factor al que se enfrentaban los retenes de extinción de incendios, la velocidad a la que se propagaban. “Son incendios muy rápidos y es un reto, trabajar desde la cola hasta la cabeza para evitar reposicionamento de los flancos. Porque si cambia un poco la dirección del viento, se cae el flanco y avanza hacia la cabeza y todo el trabajo puede que no valga para nada”, explica el experto. Por eso destaca el trabajo que hizo la maquinaria pesada -bulldozers- que han permitido hacer del fuego un trabajo “mucho más sencillo”. El incendio se dio por extinguido el pasado domingo 20 de julio, y se declaró en la tarde del jueves. Esa misma noche hubo que evacuar a personas de sus viviendas, de manera preventiva.
Es precisamente por tratarse de incendios muy rápidos que hubo que tomar medidas de prevención de forma muy diligente. “Cuando tenemos un incendio, solemos tener varias horas para evacuar una población, cortar una carretera o confinar una localidad. Pero en estas velocidades, es muy sobrevenido y resulta difícil organizar estas tareas para refugiar a las poblaciones”, explica el experto.
La realidad es que aunque han saltado a las noticias solo algunos incendios, la realidad es que en la actual campaña de extinción de incendios se han registrado ya 200, solo en la provincia de Toledo. “Tenemos avisos todos los días”. En la zona de la A-5 señala que existen “todo tipo de casuísticas”. “Se llegan a juntar factores que ayudan mucho a su propagación”, resalta Braojos. En el caso de Maqueda, Méntrida o La Torre de Esteban Hambrán, insiste, se juntaron las masas de aire sahariano con el fuerte viento y entonces los fuegos dejaron de ser un conato para volverse incendio. “Y no es lo mismo”, recalca.
Lo normal, destaca, es que haya hasta cinco avisos de incendios o fuegos en la provincia de Toledo al día en esta época. “Muchos quedan en pequeños conatos y no trascienden”, señala. Pero están ahí. El mismo día del incendio de Méntrida, el pasado jueves 17 de julio, el servicio recibió otro aviso por un pequeño fuego surgido en una cuneta en el que se quemó algo de hojarasca. La causa: una colilla. “Cuando el índice de propagación potencial es alto o extremo es muy fácil que cualquier chispa se asiente y genere un gran fuego”, remata Emilio Braojos.