Los restos óseos hallados el pasado mes de febrero por un operario de limpieza de Geacam (Gestión Ambiental de Castilla-La Mancha) corresponden al hombre de esta localidad desaparecido en enero de 2016, Ángel López Barroso, de 46 años de edad.
Así lo ha confirmado el informe de los restos hallados elaborado por el laboratorio de Criminalística de Policía Judicial de la Guardia Civil de Toledo, que envió estos restos al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Ciudad Real y Toledo para realizar un análisis de ADN para verificar la identidad de los mismos.
El operario encontró estos restos óseos el pasado 23 de febrero mientras estaba realizando labores de desbrozado de la carretera TO-1375, dentro del término municipal de Navamorcuende, donde encontró parte de un cráneo humano.
Tras el hallazgo, la Guardia Civil montó un dispositivo de búsqueda para localizar otros posibles restos óseos y consiguió localizar a unos 400 metros del cráneo restos de ropa vieja, que contenía en su interior más huesos de apariencia humana y una cartera con documentación.
El hombre desaparecido, fue visto por último vez el 13 de enero de 2016 en el paraje El Piélago, situado en el mismo municipio y donde se montó un amplío dispositivo de búsqueda con el que no consiguieron encontrar a López Barroso.