Pensar en la historia de Toledo nos lleva a recordar ese intercambio cultural, científico, astronómico o literario que ha tenido lugar en la ciudad a lo largo de los siglos. Sin embargo, no nos encontramos ante una tendencia histórica o del pasado. Son numerosos los movimientos vecinales, asociaciones, instituciones o partidos políticos que vienen apostando por construir la ciudad a través de la participación del conjunto de la sociedad.
En esta apuesta se encuentra el propio Ayuntamiento de Toledo que en este 2022 ya ha abierto tres grandes procesos participativos en torno al urbanismo, la cultura y la sostenibilidad: el Consistorio toledano persigue crear el nuevo Plan de Ordenación Municipal (POM) y el Plan Estratégico de Cultura 2030 a partir de las opiniones de la ciudadanía.
Además, tal y como anunciaba la portavoz del equipo de Gobierno, Noelia de la Cruz, esta también será la dinámica para la elaboración del Plan de Agenda Urbana, el conjunto de acciones para alcanzar la sostenibilidad social y medioambiental.
Según el colectivo toledano IntermediAcción, las sociedades actuales ya no pueden limitarse a votar cada cuatro años. “La democracia participativa profundiza en la representativa, lo que busca es no limitarnos a votar”, explica la coordinadora de la entidad, Isabel Ralero.
Pero, ¿por qué participar en estos procesos? ¿Vale para algo? ¿Se tendrá en cuenta realmente la opinión de la población? Hablamos con Ralero, doctora en Antropología, para despejar estas dudas ante una apuesta por la participación ciudadana que define como “una oportunidad única” para toledanos y toledanas.
“Ni la ciudad ni el país había vivido nunca antes un proceso de participación tan abierto y diverso, aunque desde el trabajo comunitario y desde los barrios se haya venido movilizando a gran parte de la población”, afirma.
Centrándonos en el proyecto para la redacción del nuevo POM, Ralero asegura que, aunque todavía no ha finalizado, ya se ha convertido en “un reconocimiento” a la ciudadanía que verá como la nueva ciudad de Toledo “no se ha construido desde un despacho, si no con los sueños de la gente''.
“Proyecto de ciudad”
Sumarse a la construcción del POM supone participar en un “proyecto de ciudad” en el que se incluirán “esas otras maneras de estar y habitar”. “Todas las opiniones son igual de importantes y de necesarias, tengas más conocimiento o menos, porque tu experiencia vital, donde resides, por donde transitas, con quien te relacionas, donde compras… esa información es la que interesa, aparte del conocimiento técnico”.
Entre las singularidades de este proceso participativo, Ralero destaca que “tiene en cuenta cómo la gente sueña su ciudad, por lo que al final la ciudadanía habrá participado en la construcción de un nuevo modelo de ciudad, lo cual también es muy emocionante”.
“La ciudadanía no tiene que dar por hecho que no va a servir”, subrayan desde IntermediAcción, haciendo referencia al desapego político actual y a la tendencia del uso de las redes sociales para expresar opiniones, críticas o ideas. “Hacer denuncias ciudadanas en la red está bien, sobre todo cuando no hay más remedio porque no hay una escucha abierta, pero en las redes tiramos mucha energía a la basura porque no se puede opinar dando un clic o poniendo un comentario”.
Dado los actuales procesos participativos abiertos, en Toledo opinar pasa por hacerlo a través de estos canales. “No nos sirve de nada que la gente haga su guerra por su cuenta en redes si no se aprovechan los procesos de participación existentes”.
“Ahora mismo tenemos una manera de participar por lo que animo a la gente a que se meta dentro del proceso… todo lo que tengas que decir, si tu vas por tu cuenta no sirve para nada y la cosa es que pueda servir”, añade.
Según Ralero, tanto las críticas como el debate son esenciales en todo proceso participativo. “Las críticas que pueda hacer la ciudadanía hay que tomarlas como algo bueno, son necesarias”, mientras que el debate es el corazón de la participación. “Lo más importante es que nos escuchemos y dialoguemos sobre lo que nos importa a todas ya que la gente viene para defender el interés general, su ciudad, no por interés particular, y esto es oro”.
Por ello desde IntermediAcción apuestan por que todo este diálogo sea presencial. “Si yo me limito a votar una cosa estoy reforzando la idea del individualismo, de lo que yo quiero que se haga”. De esta forma, las consultas ciudadanas o los presupuestos participativos se convertirían en un “complemento” a la escucha, la relación y la cercanía entre todas las personas que habitan la ciudad y que se suman al proceso participativo. “Así es como se crea cultura participativa con procesos sostenibles en los que me relaciono con los demás, con quienes me gustan y los que no”.
Tal y como afirma Ralero, quienes participan en estos foros y encuentros, “quien viene a escuchar, se va de otra forma, con un enfoque más global de las cosas”. Sin embargo, la antropóloga es consciente de que en Toledo “tenemos mucho trabajo para acostumbrarnos a escuchar a los demás”.
Otra de las asignaturas pendientes sería “hacer más pedagogía sobre lo que es un proceso de participación”, dando a conocer cómo participar, la importancia de todas las opiniones así como su aplicación, tal y como se hará en el POM que incluirá un apartado en el que se especificará quién ha propuesto cada aspecto.
Tras opinar, escuchar: “La verdadera democracia está en la escucha”
Ralero es consciente de las dificultades de ayuntamientos e instituciones para llevar a término lo decidido por la ciudadanía. Sin embargo, esto es clave para dar legitimidad a la política y sus acciones.
“Los resultados de todo el proceso deben ser asumidos porque se están aportando miradas muy interesantes y estamos observando la ciudad desde muy diversos ángulos: vivienda, urbanismo, discapacidad, y cuanta más diversidad haya en el proceso más calidad va a tener y va a ser reflejo de la sociedad que somos: una sociedad diversa”, explica.
De ahí, que el futuro de las democracias actuales pase por convertir procesos participativos como el del POM o el cultural en la forma de gobernar de cualquier área. “Desde IntermediAcción demandamos que esta participación no sea una cuestión puntual, sino sostenible en el tiempo y que suponga un cambio en el modelo de gobernanza”.
“Esperamos que esto sea una nueva manera de trabajar y la co-gobernanza se termine imponiendo como la forma de funcionar en la ciudad”, subraya Ralero quien considera que “no hay mayor legitimación” para un Ayuntamiento que la participación.
Independientemente de la cantidad de procesos abiertos, la coordinadora asegura que “estamos en un momento histórico” para la participación y la democracia. “Europa ya está planteando que todos los proyectos europeos pasen por procesos de participación”, una tendencia que terminará impregnando tanto a las grandes instituciones como a las pequeñas localidades ya que "la verdadera democracia está en la escucha".