Toledo no es solo su Casco Histórica. Es una ciudad con muchos de sus barrios dispersos, sin cohesionar, a lo largo de casi veinte kilómetros. Sí está más conectado con el barrio antiguo, río Tajo de por medio, Santa Bárbara, o como también podría haberse denominado: "el barrio de la Rosa".
Inspirado por la serie televisiva 'Cuéntame cómo pasó', Amadeo Fernández Aragón, quien nació en este barrio en 1960 y vivió en él hasta que se marchó a Canadá con casi 30 años, ha publicado un libro -'Lecciones de vivir: Memorias del barrio de Santa Bárbara' (Editorial Ledoria)- en el que resume más de un siglo de historia de este "carismático" distrito toledano.
El año en que llegó al mundo, frente a la iglesia que se ubicaba en la que luego se denominó calle Virgen de Begoña, fue "un año crucial para el barrio, un antes y un después". En concreto, se remonta al 17 de julio, fecha "clave" en la que se produjo una manifestación promovida por el párroco Luis Rodríguez Oliver, con la que se reclamaba la transformación del barrio.
"No había agua corriente ni electricidad. Las calles no tenían nombre y tampoco el propio barrio. Dos años más tarde llegó el alcantarillado", señala Fernández, quien nació cuatro días después de la que se conoce como la Huelga de los Cántaros, una protesta motivada por la inauguración de varias casitas bajas promovidas por el Ayuntamiento cerca del antiguo centro de salud.
El barrio que más creció en habitantes el último año
Así comenzaría la lucha que impulsaron para denunciar el "menosprecio" por parte de las autoridades de un barrio en el que actualmente "hay de todo" y que, según las estadísticas del padrón municipal, fue el que más creció de toda la ciudad entre 2022 y 2023 al sumar 259 habitantes y contabilizar así un total de 8.246 residentes.
En una entrevista con Toledodiario.es antes de presentar en el Centro Cívico de Santa Bárbara este libro -este viernes, 4 de octubre, a las 19.30 horas-, Fernández detalla qué le motivó a recopilar información sobre los orígenes del barrio y a detallar su evolución lo largo de las últimas décadas.
Se trata de un trabajo que divide en dos partes: una en la que se remonta hasta los orígenes del barrio, que ubica en la época romana, y otra que abarca prácticamente todo el siglo XX y que llega hasta la actualidad, gracias al testimonio de decenas de vecinos y vecinas que han colaborado con Fernández relatando sus vivencias.
"Para mí, el origen del barrio no es la estación de ferrocarril, es el agua. En la zona de Cabrahigos, los romanos hicieron unas termas con un tamaño que, según el ingeniero romano Vitruvio, acorde a una población grande", apunta el autor, que hace mención también a otras épocas, como el siglo XVI, hasta que llega a 1919, cuando se construye la que es la actual estación de ferrocarril.
Desde esa fecha, describe la historia más significativa de cada década hasta llegar a los años 60, cuando comienza a contarla "en primera persona", al igual que Carlitos -Carlos Alcántara- en la reconocida serie de Televisión Española. Precisamente, Fernández también participó en un programa de esta cadena -'Españoles por el mundo'- dando a conocer Quebec, ciudad en la que reside y donde regentó una tienda medieval en la que vendió "miles de espadas toledanas".
No es historiador, y "no había escrito nada" en su vida, pero sí tenía el entusiasmo y la inspiración de recopilar en un libro los orígenes y el devenir del barrio que le vio crecer. "Yo me fui de Santa Bárbara pero Santa Bárbara nunca se fue de mí", asevera Fernández, quien traslada su agradecimiento a todos los hombres y mujeres de Santa Bárbara que le han acompañado en esta aventura.
"Un rompecabezas" que se planteó "eliminar" en los 60
Una peripecia resultó también construir "un barrio encima de una cantera". "Para hacer las cass tenían que picar las piedras. No había planes urbanísticos y cada uno hacía sus casas donde quería. Era un rompecabezas. Desde los años 60, cuando el centro del barrio era el paseo de la Rosa, empieza a cambiar y a crecer por arriba", detalla el autor.
No obstante, anterior a este impulso urbanístico, otro de los momentos clave para el barrio fue el inicio de la construcción de la Academia de Infantería, en la que trabajaron miles de presos del franquismo., que en muchos casos también se convirtieron junto a sus familias en residentes del barrio.
"La estructura de Santa Bárbara se hizo con tres barriadas: una al lado de San Servando, el barrio de San Blas que se destruyó para construir la Academia; otra con un proyecto para construir 450 viviendas frente al colegio Ángel del Alcázar que se quedó en 12 que todavía están ahí, y la tercera fue Cabrahigos", explica Fernández.
Sería a partir de los 70 cuando comienza la gran transformación del barrio, que vio cómo las habituales casitas bajas, "con patio trasero en el que se criaba a los animales", comienzan a convertirse en bloques de pisos, "desde la calle Arroyo hasta el paseo de Don Vicente". Un cambio que permitió sumar miles de habitantes en un barrio para el que se llegó a "considerar su eliminación" cuando "comenzó a planificarse la construcción del Polígono industrial".
No obstante, la historia de este barrio continuó creciendo. Para Fernández, en Santa Bárbara "nunca ha habido diferencia de clases, ni discriminación de ningún tipo". "Nos conocemos todos", apunta mientras nombra a algunas de las vecinas como Angelita, la cual ha conocido cuando comenzó a escribir el libro y participa con uno de los más de 40 textos que se incluyen de residentes en el mismo.
Respecto al origen del nombre del barrio, el autor apunta que proviene de "la antigua iglesia, que era una ermita dedicada a Santa Bárbara". "Se podría haber llamado muy fácilmente el barrio de la Rosa. En el instituto había una ermita dedicada a la Virgen de la Rosa. Desde el actual centro de salud hasta el centro comercial -Fusión- estaba la mejor huerta de Toledo, la huerta de la Rosa, más el paseo. Todo se llamaba de la Rosa".