'La esperanza o el cuerpo' (Editorial Gato Encerrado, 2019) es el título del último poemario de Javier Manzano Fijó, un viaje a la conciencia personal y colectiva de este autor nacido en Madrid en 1975 pero que ha pasado casi toda su vida en Toledo. Chico de barrio, es editor de medios de comunicación, consultor y poeta. Sus dos últimas obras publicadas han sido el ensayo ‘Casco Histórico de Toledo. Construir la convivencia’ (ed.), en 2018, y el libro de poemas ‘Un ideal incompleto’, en 2017. Con su libro ‘Ira ya no es Moscú’ resultó finalista del XIX Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe.
Como la caja de un mago, donde todo puede pasar. Así son los versos que componen el nuevo poemario de Javier Manzano Fijó y próximo lanzamiento de la Editorial Gato Encerrado, que presentará la tarde de este jueves, 26 de septiembre, en la Biblioteca regional, junto a la periodista Alicia Avilés Pozo y el escritor Federico de Arce, quien define al autor toledano como el “poeta que guarda silencio en los significados”.
En sus páginas, el poeta afronta una intimidad que traspasa las barreras del ensimismamiento. Lo convierte así en un lugar para relacionarse con el mundo, en un viaje que también sobrepasa el dogma, lo sectario, lo impuesto. Su poesía supone para él una forma de “analizar los conflictos de este mundo", donde afirma que la belleza, da igual donde sea, es capaz de nacer en cualquier parte.
¿Qué sinopsis se puede hacer a los lectores de este nuevo poemario?
No es posible hacer una sinopsis. Se habla de temas muy muy diferentes. Cada poema habla de algo diferente. Muchas veces no tienen relación unos poemas con otros. Diría que lean el libro porque está muy bien, se lo van a pasar bien y seguramente les diga algo de las cosas que yo entiendo que son importantes en la vida.
El hilo conductor del libro es el título, 'La esperanza o el cuerpo'. Está construido en torno a una serie de dilemas y el primero es ese. Lo planteo como un dilema aunque en realidad yo tengo claro que lo importante es el cuerpo. Podría haber dicho también 'la esperanza es el cuerpo' porque en realidad la esperanza es algo muy etéreo y el cuerpo es, sin embargo, muy real. Nos tenemos que dedicar a cuidar el cuerpo, a dedicarnos a las cosas importantes materiales que afectan al cuerpo.
¿Sin cuerpo no hay esperanza?
Yo creo que sí. En realidad es un juego en el que intento plantear que los diferentes planos de la realidad que muchas veces separamos, que sobre todo quieren que los separemos, están profundamente relacionados. El amor está muy relacionado con la economía, con la política o con la cultura. Todas estas cosas tienen una relación profunda y prefiero verlo así. La poesía me permite abordar los asuntos muy despacio, fijándome mucho y analizando cosas en apariencia muy pequeñas pero que al final tienen detrás la carga de la realidad y del mundo.
Resulta curioso que en este trabajo que presentas, que viene después de tu penúltimo poemario 'Un ideal incompleto', hables ya de 'un ideal completo, falso' en el primer poema. ¿Qué tiene de continuidad esta obra con las anteriores?
Es un guiño al anterior poemario. Ese verso lo que deja traslucir es mi animadversión al dogma, algo que también me marca en la vida y en mi relación con las ideas. Intento que mi vida sea un reflejo de mis ideas pero lo que no me gustan son versiones sectarias y dogmáticas que nos hacen pensar mal y que eso que pensemos nos impida entender lo que pasa y relacionarnos con los demás.
Vivimos con la gran tapadera del capitalismo encima, y más dogmático que eso no hay nada. Muchas de las cosas que podemos hacer tienen que ver con un contexto social o histórico que nos marca y nos acota, una realidad de la que podemos escapar bastante menos de lo que nos pensamos. Es una propuesta anticapitalista que prefiero contarla en positivo, no como 'anti', sino hablar del poder de los afectos, de los demás, del amor, o el poder político que nos supone juntarnos con otros para construir un mundo que no sea la mierda en la que al final estamos convirtiendo al planeta.
¿Cuánto de realidad y cuánto de ficción tiene tu poesía?
Esto es literatura. Yo diría que todo es ficción mientras no se demuestre lo contrario. Es verdad que muchas de las cosas de las que se hablan tienen mucho que ver con mi realidad cercana pero hablar de mí mismo me aburre mucho, prefiero hablar de otras cosas más interesantes. Aunque sí que es verdad que al final los poemas no dejan de ser momentos en los que haces balance de lo que ves, de lo que te pasa, de tu intimidad.
Intento aunarlo todo porque creo que tiene mucha relación. No somos átomos a los que les pasan cosas. Muchas veces, el éxito o el fracaso tienen que ver con nosotros y también con lo que está fuera, con donde has nacido o quienes son tus padres. Esto que además es pura ideología neoliberal, que el éxito depende de ti, pues yo creo que depende de ti o no. La inmensa mayoría de los que tienen éxito es porque sus padres tuvieron éxito, aunque claro que hay gente que se escapa de ahí.
Este discurso de que el éxito o el fracaso dependen de ti, o el emprendimiento, son todas las metáforas que van construyendo nuestro mundo. Creo que lo haga uno mismo influye muchísimo pero hay otros factores que no solo dependen de lo que hagas tú. Se ve muy bien en los extremos, entre ser hijo de Donald Trump y nacer en un poblado chabolista en Madrid hay diferencia. Entre eso, hay todo un abanico de posibilidades. El punto de partida es muy importante para ver donde acabas llegando en la carrera, unos empiezan en menos dos y otros comienzan en más cien.
¿Por qué no titulas tus poemas?
Si los titulas posiblemente estés marcando la visión sobre el poema, le dices al lector de lo que hablas. Prefiero dejarlo abierto y hacerlo así porque en realidad es una conversación. Creo que así fluye más. Poner títulos supone un corte a la lectura.
Otra de las peculiaridades del libro es que cuenta con un epílogo, en este caso de Federico de Arce. ¿Por qué has introducido esta novedad que no es muy común en los libros de poesía? ¿Por qué Federico de Arce?
Creíamos que podía darle un toque de originalidad. En este juego de interpretaciones y contraprestaciones esta es la primera interpretación de la obra, la que pone Federico de Arce. Es verdad que él y yo tenemos muchos referentes comunes y acierta en muchas cosas. Es un gran conocedor de la literatura y tiene muchísima capacidad crítica. Me alegro por tener ese pequeño lujo cerrando el libro.
El libro lo cierra Federico de Arce y se abre con una dedicación especial a Dorinda Espiño. ¿Quién es ella y por qué la dedicatoria? ¿Qué influencia ha tenido en la poesía que ahora reflejas?
Es mi abuela gallega. Se lo dedico porque es mi abuela y porque de ella aprendí una cosa que a mí siempre me ha influido mucho. Ella vivía en una aldea gallega y se dedicaba a cuidar vacas y a trabajar el campo. Era capaz de tener siempre una sonrisa, ser profundamente inteligente, simpática, era muy guapa. Esa imagen a mí me ha servido mucho: uno puede estar donde sea pero la belleza es capaz de nacer en cualquier parte. Eso es una cosa que a mí me ha influido mucho, es una lección moral y estética al mismo tiempo. Es una imagen recurrente en mi vida, ver a mi abuela con su sonrisa entre mierda de vaca.
Se puede estar donde sea en el mundo pero la belleza es capaz de nacer en cualquier parte"
Evidentemente es una persona que en mi infancia y en mi juventud me influyó mucho, a pesar de que ella vivía a 700 kilómetros y nos veíamos en vacaciones. Supongo que la influencia también viene por mi madre. Siento que gran parte de lo que soy lo debo a las lecciones que me ha ido dando gente a la que quiero y que he tenido a alrededor, y una de ellas es mi abuela.
Muchas veces se busca la trascendencia en la vida eterna. Los que no creemos en Dios buscamos la trascendencia en los afectos, en los pequeños recuerdos. Que aparezca su nombre ahí me hace pensar que su memoria sigue, por eso se lo he dedicado a ella. Es una cuestión personal y estética. A mí me gusta hablar del atractivo moral, del de mi abuela Dorinda o del de otras personas. La atracción es una cuestión física o estética pero también hay una parte moral. Si no, es una belleza vacua. Detrás de ella tiene que haber algo más.
Y qué mejor vehículo que hablar de ello a través de la poesía.
Bueno, creo que la poesía es un vehículo más, no sé si habrá vehículos mejores o peores. También es el que yo manejo. Es verdad que a la poesía siempre se le ha dado un áurea que no tienen otros productos culturales.
En la búsqueda de esa mirada constructiva y positiva tocas también temas como la depresión o el suicidio.
Aunque me considero una persona muy optimista y trabajo cada día por que mi mundo sea alegre y divertido, hay muchos poemas que son bastante tristes y jodidos. Igual es que la rendición de cuentas la hago ahí y plasmar eso me permite salir fuera y dejarlo ahí.
Uno de los poemas, el número 21 del libro, empieza así: 'Los dueños de la verosimilitud han instalado láminas de cristal para que el tiempo pase y nos arrojemos contra él'. ¿Cuál es esa trampa impuesta a la sociedad?
Vivimos en un marco del que no podemos salir, o nos da esa sensación. Tiene que ver con que vivimos en un mundo cada vez más pequeño y cerrado, vivimos ensimismados dentro de burbujas transparentes. Tenemos que romper con esas burbujas y dedicarnos a cuestiones más útiles, en lo personal y en lo social. Es de lo que habla ese poema, o una parte del poema.
Vivimos ensimismados dentro de burbujas transparentes. Tenemos que romperlas y dedicarnos a cuestiones más útiles"
¿En qué momento crees que se encuentra la poesía toledana?
No hablaría de poesía toledana sino de poetas que hay en Toledo por una casualidad. Toledo es una ciudad muy activa culturalmente, hay muchísima vida, y en lo referido a la poesía especialmente. Aquí vive gente maravillosa como Olvido García Valdés, Miguel Casado, Federico de Arce o Félix Chacón, la lista es amplia dentro de lo que es la poesía, que no deja de ser algo en teoría minoritario aunque tiene también mucho sentido para buscar mayorías. Lo que da la poesía es lo que permite luego llegar a la gente, el dominio del lenguaje, el uso de metáforas o la palabra. La poesía es una herramienta de marketing maravillosa. Otra cosa es si usas esa capacidad para hacer eslóganes o para otra cosa.
Toledo es una ciudad muy activa culturalmente, hay muchísima vida, y en lo referido a la poesía especialmente"
Es la primera vez que publicas con la editorial toledana Gato Encerrado. ¿Por qué esta editorial?
Hablaron conmigo y como sé que hacen muy bien las cosas les dije que sí. Es una editorial pequeña pero prestigiosa. La edición es muy cuidada y me alegra que haya una editorial que haga las cosas así y que hayan decidido publicar un libro mío.