El guayule es un cultivo emergente que se ha adaptado "muy bien" en la localidad toledana de Santa Cruz de la Zarza. Tras ocho años de experimentación con esta planta semiarbustiva, de la que salen caucho y látex, puede ser realidad en los campos de la Mancha a partir de 2026 con las primeras plantaciones.
La idea de un agricultor inquieto Ángel Jesús García con la colaboración de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), el Instituto Técnico Agronómico de Albacete (ITAP) y la empresa finlandesa Nokian Tyres pusieron en marcha los primeros campos experimentales de guayule, un cultivo prácticamente desconocido en Europa.
“Al ser de origen desértico, el guayule tiene un encaje muy interesante en nuestra región en gran parte de España e incluso del sur de Europa”, asegura este visionario porque considera necesario explorar nuevas posibilidades para la agricultura ya que más allá del debate del cambio climático “están pasando cosas y necesitamos poder cultivar y guayule es una alternativa agronómica para los campos de nuestra zona”.
El cultivo del guayule se remonta a la primera y segunda guerra mundial, cuando se produce una demanda muy elevada de caucho. Al ser originario del norte de México, pasa al sur de EEUU y allí sí que expone una gran superficie para producir, una vez superadas las contiendas y como el petróleo es más competitivo y las demandas menores, pues baja la producción de guayule. Actualmente, el productor es EEUU con empresa Bridgestone quienes mantiene producción para neumáticos y en México en diferentes escalas.
La primera plantación se hace en 2017 y junto a ella se pone en marcha un gran proyecto de investigación con un consorcio formado por la UCLM, el ITAP y la empresa Agroservicios Guayule de la cual Ángel Jesús García es CEO y “así hemos ido formando parte de varios proyectos de investigación para ir avanzando en las aplicaciones de esta planta”.
“No queríamos ofrecer humo. Ofrecer una alternativa real requiere de una cantidad indeterminada de años en los cuales debíamos valorar todo: implantación, riego, secano, variedades, aprovechamientos, tipos de suelo y un largo etcétera que, sin saber dónde estaba el final, nos atrevimos a poner en valor la investigación y esta alternativa que necesita el campo manchego”, asegura, y esto les hizo lanzarse con “con pocos medios pero con mucha ilusión hasta llegar a hoy donde tenemos varios campos de ensayos, con investigaciones abiertas y otras que tenemos cerradas, puesto que han pasado ocho años desde esos inicios”.
Todo ello le permite afirmar que “el guayule se ha adaptado muy bien, estos años nos avalan para poder decir que prácticamente preparados para dar el salto a expandirnos a agricultores y a otras zonas siempre bien asesorados y controlados, porque es un manejo que los agricultores no han realizado y que hay que acompañar para poder ir dotando de experiencia a los agricultores que vayan empezando”, adelanta a eldiario.es.
De momento todo está centralizado en Santa Cruz de la Zarza, es ahí donde están los siete campos experimentales y una plantación agro-piloto. “Hay ya una lista grande de interesados de la región y de otras comunidades, lógicamente el epicentro es Castilla-La Mancha, y como buen manchego quiero que esa expansión sea marcando bien el centro de la Mancha porque debemos querernos más”, asegura.
Estos primeros agricultores podrían estar empezando a cultivar por sí mismos en 2026, el próximo año, y al mismo tiempo ubicar una planta industrial de aprovechamiento piloto para la transformación del guayule para los distintos usos. “Tenemos bien avanzados los desarrollos de aprovechamientos. Este era un proyecto agroindustrial, porque los usos estaban demostrados pero había que demostrarlos aquí y luego había que desarrollar y en ese sentido estamos en verdaderos avances para ir creciendo con plantas de aprovechamiento para determinados puntos de la región en sus diferentes modalidades”.
Método de cultivo
El cultivo del guayule, según esté experto, podría asimilarse al de las aromáticas. “Plantamos y tenemos una plantación para diez años, más el año de plantación; el cultivo se corta y va a volver a brotar, es parecido a la lavanda aunque la planta no tiene la misma morfología, tiene un tallo algo más grueso. Con lo cual tenemos ventaja, ya que hacemos un esfuerzo al principio pero luego hemos establecido diez años, aunque creemos que en Castilla-La Mancha, que se cuida muy bien el campo, se podrá ir prorrogando, estoy plenamente convencido de que llegaremos a los 15 años con lo cual será mejor el aprovechamiento”.
Según los ensayos que se han hecho en Santa Cruz, el comportamiento del cultivo es distinto según sea en secano o en regadío, aunque tiene una necesidad hídrica muy baja, “con poquita agua ya nos da rentabilidad. En regadío recogemos a partir del siguiente año todos los años, y en secano a partir del segundo año cada dos años, aunque también vamos a depender de como venga el año”, asegura. Esto supone que apenas tiene años de espera antes de recoger la primera cosecha, lo que mejora la rentabilidad del cultivo.
También es un cultivo sostenible porque no se utilizan productos fitosanitarios pues no le afecta ninguna plaga, desprende una serie de aromas, terpenos insecticidas, que ahuyentan a las plagas y las malas hierbas las combaten de manera mecánica para mantener en cultivo en agricultura ecológica.
Ángel Jesús Sánchez apunta que actualmente la rentabilidad está asegurada. “Si empezamos por el caucho, los dos proveedores de este producto son Brasil y el sudeste asiático, pero el árbol del caucho en Asía está siendo atacado por un hongo y hay ciertos riesgos de problemas en la oferta de caucho”.
En lo que se refiere al látex, el que proviene del guayule tiene la ventaja de que es hipoalergénica característica muy importante para la fabricación de guantes o preservativos, ya que el guayule tiene poca cantidad de la proteína que produce la alergia en contraposición al látex que procede del árbol.
Por todo ello, García considera que la producción de guayule tiene un montón de años por delante en los que todo lo que se produzca está cubierto por la demanda del mercado.
Su encaje en la PAC
De momento este cultivo no está contemplado en la PAC. Hace algunas semanas la viceconsejera de la PAC y las políticas agroambientales de Castilla-La Mancha, Gracia Canales Duque, junto a la secretaria general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Ana Rodríguez, visitaban estos proyectos y aquí se abordaba esta cuestión.
“Hasta ahora no se contemplaba el guayule porque no existía, luego se ha podido contemplar como aromáticas pero lo importante es que aparezca como guayule. Llevamos varios años trabajando con la Consejería de Agricultura y a partir de este año puede estar en las agroambientales. Nuestro objetivo superior es que aparezca en todas las líneas de la PAC”, asegura Ángel Jesús García.
Apunta también como una “buena alternativa en las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), que a veces no puedes poner viñedo y este cultivo se adapta, ya que puede recogerlo en primavera o en otoño”, señala.
Durante la visita de la viceconsejera, ella misma destacaban la importancia de cultivos como el guayule, “que requiere poca agua, tolera suelos pobres y reduce el uso de insumos químicos, por lo que tiene buenas producciones. Además, en el caso de este cultivo emergente destaca la posibilidad que ofrece de producir una amplia gama de compuestos de alto valor añadido”, y apuntaba su potencial de expansión en los próximos años en Castilla-La Mancha.