Todo comenzó como una manera de "dar atractivo" a la enseñanza de la química inorgánica. Así lo explica Adela Muñoz, catedrática de la Univesidad de Sevilla, protagonista de la segunda charla del ciclo 'Maridajes Cuánticos' de divulgación científica, organizado por Ciencia a la Carta. 'Arsénico por compasión' es la segunda charla del ciclo que, además, se enmarca dentro del primer festival de novela negra que se celebra en Toledo 'Mazapanoir'.
En búsqueda de hacer la tarea menos ardua, Muñoz se dedicó a recopilar información de las sustancias que a lo largo de la historia se han usado como venenos, sobre los elementos químicos e inorgánicos que los componen. "Con el tiempo se queda como un libro de historia más que venenos, pero que utiliza estas sustancias como hilo conductor", explica. Es esto lo que traerá a la charla, fundamentalmente de aquellos relacionados con la comida, como un guiño a los 'maridajes cuánticos'.
"Ya en Grecia estaba regulado el cultivo del acónito. En la cultura griega no era algo malo matarse, las personas mayores que se sentían deshonradas se suicidaban y esto se cultivaba especialmente en una isla y se regulaba. Ya entonces se conocían las plantas muy tóxicas". De hecho, en su obra 'Historia del veneno', explica cómo la ejecución de Sócrates se hizo con cicuta, la también llamada ' muerte dulce' al ser mucho menos "cruenta", pero también más cara. "Había que tratar la planta y fueron los discípulos los que se lo pagaron al filósofo".
En este caso, se habla de usos del veneno de antes del siglo IV antes de Cristo. "También encontramos el caso de los emperadores romanos, que hacían un uso muy liberal del veneno", explica la catedrática. El conocimiento de las plantas tóxicas ya existía en época romana, para olvidar o, también, para morir. "Desde el momento en que se escribe historia, hay registro de las sustancias venenosas y se tiene conocimiento de ellas. En Toledo, la química hablará de distintos casos famosos en los que se usaron compuestos inorgánicos.
Entre otros, señalará los usos que se han hecho de sustancias tan famosas como el arsénico, pero también de otras menos conocidas, como el mercurio. Este mineral tiene récord "más bajo" que el arsénico, pero "como envenenador ha tenido un gran comportamiento", y en la corte del heredero de la reina Isabel de Inglaterra se encuentra un caso "muy curioso": un envenenamiento suministrado por enema. Alan Turing, una persona "con inteligencia extraordinaria", también decidió poner fin a su vida con veneno: una manzana envenenada con arsénico.
El alio es otro de los elementos "desconocidos" que se tratarán en la charla; descubierto a finales del siglo XIX y es "protagonista" de los envenenamientos más famosos. Muñoz destaca el caso de Agatha Christie, escritora a la que considera que mejor trata el tema de los venenos debido a su experiencia como enfermera durante las dos guerras mundiales y también el uso de la cantarella, el veneno que supuestamente utilizaban los Borgia, si bien Adela tiene "sus dudas" del uso de esta sustancia.
El alio, resalta, se utiliza "mucho en la novela policiaca", aunque actualmente lo que quiere dejar claro Muñoz es que es "imposible" que un crimen salga impune a través del uso del veneno, puesto que gracias al uso de distintas sustancias químicas se pueden detectar sustancias pequeñísimas incluso en el pelo de la persona, meses después de su uso. "Pero en la literatura negra se usa bastante, porque es un asesino sigiloso que puede pasar desapercibido".