Una muñeca vestida como la 'Virgen de Dolores' en andas, con una lágrima pintada, pequeños capirotes para niños y niñas y un 'Nazareno' fabricado con goma eva. Así comienzan las vacaciones de Semana Santa en el Colegio Divina Pastora, un centro concertado de Toledo. Lo hacen así en los últimos 25 años.
El objetivo lo resume la directora del centro educativo, Sagrario Labrador: educar e inculcar la religión católica en niños y niñas desde la etapa de Educación Infantil. Este viernes 'de dolores', en los preliminares de la Semana Santa, los escolares inician su descanso, pero antes, la lluvia dio una tregua para que una peculiar procesión realizase un pequeño recorrido desde el centro escolar, en pleno Casco Histórico de Toledo, hasta la Catedral Primada.
Nada tenía que envidiar a las procesiones que ya comenzaron en la ciudad. Tráfico cortado, policía local vigilando, y fotógrafos y turistas que se encontraron con un espectáculo que no se ve en sus países de origen. "No es común ver niños con sombreritos puntiagudos", comentaba una pareja de holandeses entre risas, que atónitos veían como la plaza del Ayuntamiento se llenaba de las clases del colegio.
Decenas de padres y espectadores esperaban a los pequeños, desde educación infantil, en su particular desfile de procesión acompañados por un tambor y una pequeña banda de música, así como chicas con mantillas y un final con saeta. Los turistas y los conductores que tuvieron que desviarse antes de tiempo -los problemas con los cortes de tráfico son una tónica generalizada entre los vecinos y vecinas del Casco Histórico en esta época-, parecían ser los únicos asombrados o molestos con el desfile.
Entre el público toledano presente sólo había palabras de ánimo, emoción y se llegó a escuchar algún "¡guapa!" al pasar la muñeca que representa a la Virgen de Dolores. Los comentarios jocosos, "de aquí, al convento", eran una excepción entre los asistentes al peculiar evento para empezar el período festivo. Padres y abuelos emocionados eran la tónica del evento, muy breve y que acabó con el estudiantado en la plaza del Ayuntamiento.
Los pequeños capirotes de colores que lucen niños y niñas en la comitiva no son exclusivos de este centro toledano, sino que se replican en varios colegios. Tienen su propia versión de la Semana Santa. Una manera de "manifestar sus creencias" hacia el exterior. "Manifiestan lo que sienten, el sentimiento de la Virgen de Dolores, su tradición, su fe y sus creencias", asegura la directora, aunque tengan la corta edad de cuatro, cinco o seis años. "No es obligatorio ser católico para estar en este colegio, pero el colegio sí lo imparte y hay que respetarlo", afirma con rotundidad.
En el caso del centro 'Divina Pastora', todo empezó como una procesión interna, dentro del colegio, una representación de lo que ocurre fuera de las paredes de las aulas. "Una representación igual que en Navidad con el nacimiento de Jesús, pues en Semana Santa representamos su muerte y su resurrección. Damos sentido a la importancia de la Semana Santa que no es que Jesús muera, lo importante es la Resurrección", explica.
En otros colegios de la región ya se han celebrado procesiones similares. Es el caso del Colegio Nuestra Señora del Prado en Ciudad Real, a la que asistió incluso el alcalde de la ciudad, Francisco Cañizares. Participó alumnado de educación infantil, acompañado de compañeros y compañeros de la ESO.
"Como si de un milagro se tratara, la lluvia dio un respiro en la mañana del viernes de Dolores para que casi cuatrocientos alumnos del colegio Nuestra Señora del Prado desfilaran este viernes por las calles del barrio de los Ángeles", relataban desde el centro. Un recorrido "plagado de emoción, devoción y fe", que funciona de "antesala" para la procesión del Domingo de Ramos.
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Cita textual - Como si de un milagro se tratara, la lluvia dio un respiro en la mañana del viernes de Dolores para que casi cuatrocientos alumnos del colegio Nuestra Señora del Prado desfilaran este viernes -
De vuelta en Toledo, Sagrario Labrador insiste en la idea de dar "sentido cristiano" a la Semana Santa. Adoctrinar es el objetivo. "Eso es lo que inculcamos a los niños. Lo hacemos de forma plástica, porque así se manifiesta tu sentimiento la exterior y se le da valor a la cultura popular".
Se da la circunstancia de que muchos de los padres y madres del centro son cofrades y participan activamente en las procesiones de la Semana Santa toledana, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional; incluso, uno de los docentes del centro es representante de las cofradías y también participa en la iniciativa escolar. "Esto es un colegio católico, está dentro de nuestro currículum", incide Labrador.
En su opinión, para los niños es una experiencia "fenomenal", nos cuenta. "Hablamos con nuestras maestras, y nos dicen 'les cuentas un cuento y están atentos, pero cuando les hablas de la Semana Santa, se les salen los ojos de las órbitas'", afirma la directora. En la capilla del centro, una muñeca, un estandarte con su imagen y el Nazareno, entre otros objetos, esperarán una nueva Semana Santa para cumplir su función.