
Iñaki Romero Fernández de Larrea / Fotografía: Antonio Seguido
"Creemos que las decisiones de nuestro hábitat debemos tomarlas con la gente que vive en el mismo lugar. Hacemos un proceso participativo y luego, naturalmente, lo hacemos de un modo ecológico. Eso es algo que aunque parezca muy normal no se hacía hasta hace unos años". Así podría resumirse la filosofía de trabajo de Paisaje Transveral, una oficina de planificación y diseño urbano integral que busca mejorar la calidad de vida y reducir el impacto ambiental de las ciudades a través de procesos innovadores y participativos guiados por herramientas y metodologías propias.
El trabajo que comenzó a través de esta iniciativa de un grupo de jóvenes arquitectos en Madrid hace ya una década lo reflejan en el libro 'Escuchar y transformar la ciudad. Urbanismo colaborativo y participación ciudadana' (editado por Catarata), que ha lanzado este año su segunda edición y del que Iñaki Romero Fernández de Larrea, arquitecto urbanista y socio fundador de Paisaje Transversal, ofreció algunas claves en una charla en la Real Fundación de Toledo, donde contó con la introducción de la presidenta de esta entidad, Paloma Acuña.
De manera previa, en una entrevista con toledodiario.es, Romero explicó las ideas principales del trabajo interdisciplinar que lleva a cabo este equipo de nueve personas que basa su trabajo en tres escalas: el espacio público, la ciudad y sus barrios y el territorio. Desde el diseño de plazas y parques a proyectos de regeneración urbana de barrios o planes estratégicos o urbanísticos de ciudades, desarrollados todos ellos bajo los conceptos de "integralidad, participación ciudadana y escucha".


Iñaki Romero Fernández de Larrea durante la presentación que ofreció en la Real Fundación de Toledo / Fotografía: Antonio Seguido
En este sentido, señala que el libro es un resumen metodológico con casos de estudio que recoge también algunos de los más de cien proyectos que han desarrollado en diversas zonas del país, aunque sobre todo en la Comunidad de Madrid, el País Vasco o Catalunya. "Los proyectos han de ser integrales para que una ciudad funcione mejor. Esto significa que tienes que tener en cuenta todas las áreas de conocimiento que incluyen en ese lugar y con todas las escalas de intereses que hay, desde la ciudadanía al mundo económico o la administración pública. Hay que integrar a todo el mundo en ese proceso", recalca Romero.
Su trabajo parte de un análisis de la zona en la que van a actuar, un trabajo social pero también científico, con datos que reflejen la situación de la ciudad. "Hay que analizar profundamente la ciudad, escuchar a la gente y tener en cuenta los datos para poder transformarla. Es un poco la estructura conceptual detrás de este libro, que a la vez es un poco un manifiesto porque es nuestra manera de entender el mundo".

Iñaki Romero Fernández de Larrea durante la presentación que ofreció en la Real Fundación de Toledo / Fotografía: Antonio Seguido
Más allá de la arquitectura
Aunque el proyecto de Paisaje Transversal nació bajo el impulso de un equipo de arquitectos, todos ellos mantienen una visión multidisciplinar en el desarrollo de sus proyectos y alternan la coordinación de los mismo con un reparto horizontal de las responsabilidades. Entre ellas, debido a su filosofía, se encuentra la manera de comunicar los proyectos a los agentes que pueden verse afectados por ellos, como el que por ejemplo están desarrollando ahora en la plaza Mayor de Valencia.
"Cualquier profesión exige aprender de otras cosas. Nosotros ya trabajamos de un modo integral y nuestra experiencia como arquitectos no es tan importante, lo es más qué tenemos un conocimiento de cómo funciona la ciudad que es en sí una disciplina transdisciplinar", subraya Romero.
Respecto al proceso de participación, el arquitecto indica que hay que "usar muchos canales" para comunicar, hacer participar y escuchar a toda la sociedad a la que afecta el proyecto que quieren desarrollar. Redes sociales, entrevistas con asociaciones o entidades, talleres o incluso fiestas populares son algunas de las actividades que utilizan para dar recabar la información y demandas de todos los colectivos implicados. "Hay que hacerlo desde una empatía con la población. Es un trabajo que se hace de un modo más cercano y de intercambio", agrega.
"Toledo debería enfocarse más en la regeneración de barrios"
Aunque precisa que no conoce profundamente la ciudad, preguntado por el interés que podría tener Toledo en, al menos, consultar este tipo de metodología de cara a desarrollar el planeamiento urbanístico de la ciudad o los planes especiales que incluirá -como el de la Vega Baja-. Romero señala que lo sí conoce y cree que le hace falta a la capital regional es que su desarrollo urbanístico "debería enfocarse más en los barrios, en la regeneración de los barrios que se construyeron durante las décadas de los años 60, 70 u 80".

Iñaki Romero Fernández de Larrea durante la presentación que ofreció en la Real Fundación de Toledo / Fotografía: Antonio Seguido
"Están probablemente más degradados que el resto de la ciudad y requieren de una inversión. Esos barrios están habitados por gente y solo se pueden modificar si a esa gente se le consulta", manifiesta el arquitecto que, por otra, parte, resta importancia a la necesidad de contar con planes generales urbanísticos para llevar a cabo proyectos de regeneración urbana.
Estos planes -por ejemplo en Toledo el vigente Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1986 tras la anulación del de 2007- tomaron "fuerza e impulso -los planes urbanísticos-, generalmente, como herramienta para generar nuevo suelo y plusvalías económicas, por eso tuvieron tanta importancia. Ahora que vivimos en épocas de estancamiento demográfico no es tan importante", apunta Romero, que, sin embargo, también cree "debe de haber una figura de planeamiento que ordene la ciudad para evitar problemas más burocráticos y de gestión", aunque recalca que es algo que "al ciudadano medio le da igual y no tiene tanta importancia en su vida diaria".
Es "más urgente un plan especial para la zona antigua del Polígono" que el desarrollo del plan de ordenación municipal
"Lo que es importante es pensar qué es lo quiere ser la ciudad, para eso se puede hacer un plan estratégico, un plan con medidas pero sin que tenga una relación directa, a priori, con la ordenación urbanística, y que a medio plazo se vayan reflejando en ese plan general", considera Romero, que apuesta por más establecer planes especiales por barrios degradados o medidas paisajísticas al margen de planes generales de ordenacióni, que son documentos "muy estrictos y que están referidos a los usos y derechos del suelo".
En este sentido, apunta a que la "zona antigua del Polígono, con bloques abiertos de viviendas de ladrillo de los años 60 y 70, probablemente requieren de reforma, y eso puede ser un plan especial". "Seguramente es bastante más urgente que otros lugares. En Vega Baja no entro porque sé que hay muchos intereses. Es más coherente legalmente y sería más cómodo para quien hace la gestiones -integrarlo en un plan general-, sin duda, pero al final en la política se ha demostrado que se puede trabajar sin ese plan".