Iniciada la tramitación del cuarto ciclo de planificación en la cuenca del Tajo - y del resto de las demarcaciones españolas de los ríos-, que dirá cómo gestionar el agua disponible ante la creciente presión de las demandas, tres expertos reflexionan sobre el estado crítico del río y sobre la aplicación de las medidas previstas en la vigente planificación, que deberá ejecutarse hasta 2027.
Apenas habíamos terminado de celebrar la llegada del nuevo año, cuando la Comisión Central de Explotación del Trasvase Tajo-Segura autorizaba un nuevo envío de agua de 81 hm³ desde los embalses de Entrepeñas y Buendía para los meses de enero, febrero y marzo.
El agua de la cabecera del Tajo se va al Segura a través del histórico acueducto, mientras que por el tramo medio del río siguen circulando, en 2025, poca agua y de mala calidad. Lo que queda para el curso natural del río más largo de la península ibérica, nunca es suficiente. Aunque los efectos del cambio climático agudizan una crisis de escasez hídrica - en 40 años, el río Tajo ha perdido casi la mitad de su agua en la cabecera- nada parece estar cambiando, y si lo hace, es muy lentamente.
En diciembre salía a información pública la documentación inicial del próximo plan quinquenal de planificación hidrológica que dice cómo hay que repartir el agua disponible en esta y en otras cuencas.
El medioambiental es su objetivo prioritario, pero “puede ser una copia y pega del anterior plan de cuenca que ya era bastante deficitario”. Lo dice el ambientalista Miguel Ángel Sánchez, tras un primer vistazo a los documentos publicados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Democráfico. “Las administraciones hasta ahora no tienen en cuenta los verdaderos problemas de río y la planificación sigue supeditada a los usos actuales del Tajo”, afirma.
Insiste en que, para él, “un plan de cuenca que no considera la mala calidad del agua del río y su pésima situación en Aranjuez y Toledo, es un plan que nace muerto. No considerar la presión del trasvase, que se lleva el 70 o el 80 por ciento del agua de la cabecera del río, no tiene sentido”.
Con una larga experiencia en este campo, Miguel Ángel Sánchez ha encabezado durante años la Plataforma en Defensa de los Ríos Tajo y Alberche y es representante en la Comisión del Trasvase Tajo-Segura de la mancomunidad de municipios limítrofes de los embalses de Entrepeñas y Buendía en las provincias de Guadalajara y Cuenca, respectivamente. Dice que el Tajo “es un río muerto, una cloaca a su paso por Toledo” y que, para el plan de cuenca 2028-2033, “los métodos son los mismos y van en la dirección de los anteriores”.
Una esperanza: la nueva directiva europea de aguas residuales urbanas
Comparte el diagnóstico, pero se muestra algo más optimista Nuria Hernández-Mora, miembro de la Junta Directiva de la Fundación Nueva Cultura del Agua. Esta investigadora, con más de 25 años de experiencia, alberga esperanzas sobre la necesaria aplicación de la nueva directiva revisada de la Unión Europea sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas. “Tiene mayores exigencias para todos los municipios que vierten a la cuenca del Tajo y por tanto para la Comunidad de Madrid, que deberían incorporarse al Plan Hidrológico de de este río. Es un reto muy importante para España, que está condenada por el incumplimiento de la Directiva de Aguas en su versión anterior”.
Por eso explica que, en el programa de medidas que se incluya en el nuevo Plan Hidrológico 2028-2033, la expectativa está en “más ambición y credibilidad” que permitan “avances importantes en materia de depuración”.
Esta doctora en Geografía considera que un régimen de caudales ambicioso desde 2028 y en toda la cuenca, debería ser el primer reto de la nueva planificación, “porque, aunque no son los caudales que quisiéramos, solo así se puede recuperar la dinámica fluvial del río”.
Recuerda que los colectivos de la Red Ciudadana del Tajo/ Tejo, conformada por colectivos de España y Portugal, han vuelto a demandar ante el Tribunal Supremo a la Confederación Hidrográfica del Tajo y al Gobierno de España por incumplir las sentencias y posponer hasta 2027 la aplicación efectiva de los caudales ecológicos en esta cuenca.
El Alto Tribunal ha ido tumbando, uno a uno, los recursos de distintas comunidades autónomas que reclamaban no ya posponer la aplicación de estos caudales ecológicos, sino eliminarla del plan hidrológico. El último caso ha sido el rechazo al recurso interpuesto por la Junta de Andalucía.
Ahora esperan que el Supremo avale también agilizar que el río tenga más agua y de mejor calidad, en particular en su curso medio (el centro de España), sin tener que esperar al 1 de enero de 2027. “Esperamos otra sentencia que también nos dará la razón porque lo único que exigimos es el cumplimiento de la legalidad”.
Sin disimular su enfado, Miguel Ángel Sánchez recuerda los cinco pronunciamientos anteriores del Tribunal Supremo que obligan a fijar caudales ecológicos “pero no en el año 2027 como se ha hecho”. “En el 2027 acumularemos casi 20 años de retraso”.
“Somos los tontos útiles del proceso de planificación”
La participación pública en la planificación hidrológica también se cuestiona. Sánchez la considera una farsa. “Es mentira y lo único que pretende es mantener el estatus actual. Madrid se ahorra muchísimo dinero sin depurar y nosotros somos las comparsas con las que luego justifican en Europa que ha habido participación pública. Las alegaciones que hemos presentado en años anteriores las han tirado directamente a la basura. Nunca las han considerado”.
Madrid se ahorra muchísimo dinero sin depurar y nosotros somos las comparsas con las que luego justifican en Europa que ha habido participación pública. Las alegaciones que hemos presentado en años anteriores las han tirado directamente a la basura"
“Yo creo que lo mejor sería hacer un plante y decir hasta aquí hemos llegado”. Subraya el esfuerzo que hay que hacer para entender 30.000 folios “y al final estamos en unos planes de cuenca que se resuelven en una mesa camilla entre gobiernos autonómicos y las grandes empresas que tienen intereses económicos en el propio río. Somos los tontos útiles en el proceso de planificación”.
Con las reglas de explotación del trasvase sin modificar - algo que ya debería haberse producido- los caudales ecológicos sin implementar y una nueva planificación en puertas, el mundo académico sigue trabajando los datos que explican la pésima situación del río más largo de la península ibérica, pero “es desesperante” dice Beatriz Larraz, directora de la Cátedra del Tajo-UCLM-Soliss, creada en en seno de la Universidad de Castilla-La Mancha.
“La Directiva Marco del Agua pone por delante de otros usos el buen estado ecológico de todas las masas de agua y de no ser así, no deberíamos siquiera repartir nada. Sin embargo, la Confederación Hidrográfica del Tajo le da la vuelta a ese orden de prioridades”. Enfatiza que en la norma los objetivos ambientales van delante incluso del abastecimiento, que es solo un 10%, y luego está el regadío. “Si hay problemas de abastecimiento nunca puedes regar. Detrás van industria y usos recreativos”
Beatriz Larraz se refiere a todos los recursos que interpusieron distintos gobiernos de las comunidades autónomas que se benefician del agua del trasvase -también el madrileño Canal de Isabel II-, la Diputación de Alicante y el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo Segura (SCRATS) contra el Plan Hidrológico vigente y cómo todos ellos han utilizado argumentos económicos y no jurídicos. “Todos sus informes y cálculos están basados en lo que van a dejar de ganar si se recorta el agua del trasvase por la subida de los caudales ecológicos”. Y añade que jurídicamente “saben que lo tienen perdido porque solo hay una prioridad que aparece en todas las leyes europeas y españolas, y es la de la cuenca cedente”
Hasta hoy, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha ido desestimado todos esos recursos interpuestos contra el incremento de los caudales ecológicos, que según las previsiones del Plan Hidrológico vigente deberán llevar, a su paso por Aranjuez, 8,65 metros cúbicos por segundo en el año 2027.
La creciente transformación de secano en regadío va en contra de la lógica del cambio climático y se va a acabar viendo en el Plan Hidrológico del Tajo"
Sobre el crecimiento del número de hectáreas de regadío y los metros cúbicos que se asignan, las demandas presentes y futuras y cómo satisfacerlas reflexiona Larraz. Considera un “error” intentar hacer “otro Levante” en Castilla- La Mancha “porque la creciente transformación de secano en regadío va en contra de la lógica del cambio climático y se va a acabar viendo en este plan”.
En la revisión que propone la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), se menciona el sexto y último informe publicado hasta ahora por el IPCC, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, correspondiente a 2023. El aumento de las temperaturas que pone de manifiesto y “sus esperables consecuencias”, afirma el organismo de cuenca en su memoria, “dificultará el cumplimiento de los objetivos de la planificación hidrológica, y será probablemente determinante en la próxima revisión del plan hidrológico”.
La contaminación de las masas de agua no mejora
Los años pasan y se suceden los planes de medidas por parte de la CHT, pero la calidad de las aguas del Tajo no mejora ni se acaban las prórrogas, dice Miguel Ángel Sánchez, que describe un panorama de contaminantes ligados a la agricultura en Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina. “Presentan grandes concentraciones de varios miles de veces lo que debería ser”. Pero la agricultura, asegura, “sigue funcionando sin ningún tipo de control”, aunque salva “alguna mejora experimentada aguas abajo hacia Talavera”.
Repasa el mal estado en el tramo Bolarque-Castrejón y la eutrofización en Extremadura del embalse de Alcántara, a las puertas del Parque Nacional de Monfragüe.
Sobre las causas de la contaminación de las masas de agua subterráneas en este río, Nuria Hernández-Mora lamenta que no se incida sobre las presiones que generan el mal estado de los acuíferos y afirma que “existe una reticencia enorme de las comunidades autónomas” a declarar las Áreas Vulnerables por Nitratos en las zonas con aguas subterráneas en riesgo de contaminación. “Cuando las declaran -afirma- no establecen planes de medidas ni dotan guardería de vigilancia para hacerlas cumplir”. Recuerda que España ha sido multada por la contaminación de sus aguas con restos de la agricultura y la ganadería, provocando exceso de nitratos.
Aunque los tres critican la gestión de la cuenca del Tajo en la forma y en el fondo, e incluso Miguel Ángel Sánchez dice que “la ilusión se ha ido dilapidando”, Nuria Hernández-Mora rechaza mostrarse pesimista “porque la directiva marco europea creó expectativas con objetivos difícilmente realizables” y explica que es una herramienta de gestión adaptativa.
“Son ciclos de seis años con unos programas de seguimiento rigurosos. Supuso para España un cambio muy fuerte que ha logrado frenar el deterioro. Antes solo se planificaba para satisfacer demandas y ahora hemos conseguido tener un marco legal que nos permite valorar cada nueva actuación”, detalla.
Se refiere al marco normativo que, apunta, “nos ha permitido en la cuenca del Tajo poder ir al Tribunal Supremo y conseguir las sentencias que han obligado a la administración a establecer caudales ecológicos y que va a obligar a revisar las reglas de explotación del trasvase, porque por primera vez el estado del río va a tener que ser tenido en cuenta”.