En la búsqueda de indicios de vida en Marte, un nuevo estudio propone centrarse en entornos terrestres dinámicos y similares en los que pueden analizarse los cambios a lo largo de muchos años.
Se trata de una investigación llevada a cabo desde la Universidad de Cornell (Ithaca-Estados Unidos) por el científico visitante de astronomía Alberto González Fairén. El objeto de estudio: un entorno toledano, la laguna extremadamente salada de Tirez, cerca de Villacañas, que había experimentado periodos secos y húmedos alternados a lo largo de dos décadas antes de alcanzar la desecación total en 2015.
El estudio se centró en analizar las sucesiones ecológicas a lo largo de la desecación de la laguna como análogo temporal astrobiológico de la transición húmedo-seco en Marte primitivo.
Las principales conclusiones: si existió vida en Marte cuando el planeta tenía agua líquida en su superficie, su desecación no habría implicado necesariamente que la vida desapareciera para siempre. Además, los lípidos --como los ácidos grasos o sus derivados-- tienen una mayor resistencia a la degradación y deberían ser objetivos preferentes en la búsqueda de vida en un mundo sin agua.
Una investigación de más de 20 años
Al analizar Marte, el grupo de investigación de González se centró especialmente en los lugares que contenían lagunas de agua antes de secarse durante los periodos Noachiano (hace unos 4.000 millones de años) y Hesperiano (hace entre 3.700 y 3.000 millones de años). Siguieron de cerca la desecación gradual de Tirez a lo largo de 25 años, aprovechándola para comprender mejor la evolución de las comunidades microbianas en pequeñas lagunas desecadas.
Se recogieron y analizaron muestras de Tirez en 2002, durante las primeras fases de desecación, y de nuevo en 2021, cuando la laguna estaba completamente seca.
"Llegamos a la conclusión de que cualquier posible ecosistema primitivo en Marte probablemente colapsó cuando desapareció el agua líquida", explicó González en un comunicado, "pero el entorno cambiante habría desencadenado sucesiones ecológicas globales, con microorganismos hipotéticos que evolucionaron estrategias similares a las de los microorganismos que viven en Tirez ahora, adaptados para prosperar en una actividad de agua muy baja en los sedimentos desecados."
El grupo seguirá estudiando Tirez, avanzó el científico quien añadía que cualquier cambio en su estado con respecto al contenido de agua sería de interés. "Sería especialmente interesante si la actual década seca en el centro de España experimentara algún alivio y pudiéramos asistir al menos a una recuperación parcial del nivel freático", dijo. "Eso nos permitiría ampliar aún más nuestro concepto del análogo temporal astrobiológico para Marte, porque la desecación de Marte fue un proceso escalonado".
"Analizar la respuesta de la microbiota en Tirez a la presencia de agua líquida de nuevo, después de años de desecación completa, proporcionaría nuevas perspectivas para comprender la evolución de posibles ecosistemas antiguos en Marte", señaló González.
El estudio se publica en la revista Nature Scientific Reports.