El Consorcio de la Ciudad de Toledo ha hallado nuevos restos arqueológicos que sitúan el complejo termal de Toledo como uno de los más importantes de la España Romana. La institución ha confirmado su hipótesis sobre el valor del conjunto termal romano de la ciudad de la plaza Amador de los Ríos y su entorno.
Lo ha hecho gracias a una excavación desarrollada en los últimos meses en el semisótano de un edificio residencial en la calle Navarro Ledesma número 2 que ha ofrecido hallazgos como piscinas romanas de agua fría, lo que sería el frigidarium, conducciones de abastecimiento, galerías de servicio, una basa de columna y restos de mármol decorativo de las termas romanas imperiales de Toledo.
Durante los trabajos han aparecido hasta tres niveles arquitectónicos, con dos o tres pisos de construcciones, llegando a excavar hasta a seis metros de profundidad en una superficie superior a 100 metros cuadrados.
Una 'ciudad' bajo las termas imperiales para los trabajadores
“Es algo muy llamativo, toda vez que lo habitual es que aparezca un solo nivel constructivo”, explican desde el organismo, y responde a que en el complejo termal había un nivel subterráneo de galerías de servicio. Una suerte de ‘ciudad’ debajo de las termas, por donde discurrían los trabajadores sin ser vistos, para alimentar los hornos, limpiarlos o alimentar las piscinas de agua.
Y es que, un complejo de tales dimensiones necesitaba una ciudad por debajo con esas galerías por donde también discurrían las instalaciones de agua, de abastecimiento y de alcantarillado, para la limpieza, el saneamiento y la evacuación.
Los niveles constructivos hallados son tan sólidos que aguantaban construcciones de varios metros por encima y que se han quedado enterrados con el paso de los siglos, indican los responsables de la excavación.
Los estudios desarrollados durante los últimos meses confirman que las termas romanas imperiales representan un edificio monumental altoimperial romano.
Los primeros indicios se encontraron en un edificio anexo
Ya en los trabajos realizados en el edificio anexo, el oratorio de San Felipe Neri, aparecieron indicios de lo que sería el frigidarium (baños fríos), algo que se confirma con la actual excavación.
También se han hallado con claridad restos estructurales de estas piscinas y de las galerías de servicio del conjunto termal, como continuación a las que aparecieron hace años en otra vivienda particular de la zona ubicada junto a la calle Navarro Ledesma y la plaza Amador de los Ríos.
Uno de los hallazgos de mayor relevancia tiene que ver con una basa de columna romana. La columna clásica está formada por tres elementos: basa, fuste y capitel. Por lo tanto, la basa correspondería con la base o parte inferior de la misma.
Las excavaciones también han ofrecido evidencias de materiales cerámicos y de mármol romanos altoimperiales de gran valor y otros detalles constructivos que se irán ampliando al continuar con la intervención.
Estas hipótesis, que en la actualidad se confirman, ya aparecieron reflejadas en el monográfico número 7 del Consorcio de la Ciudad de Toledo titulado 'Las termas imperiales de Toletum' publicado el pasado 2019 que ofrecía un recorrido por las excavaciones y hallazgos realizados entre 2004 y 2018.
Por este motivo, el Consorcio impulsó y lideró la actual intervención dado que el inmueble objeto del proyecto se encuentra dentro de un ámbito donde se ubican importantes restos romanos vinculados a un uso hidráulico, donde la institución ha realizado importantes trabajos de investigación, conservación, recuperación y puesta en valor.
La actuación contempla la excavación arqueológica del semisótano pero también la restauración de las fachadas y las cubiertas del edificio residencial. Una obra adjudicada a la empresa Proiescon S.L., cuyos trabajos arqueológicos están desarrollando los arqueólogos Carmelo Fernández Calvo y Santiago Moreno, con la dirección facultativa del arquitecto José Antonio Rosado Artalejo y Óscar Caselles.
“Toda la plaza Amador de los Ríos y su entorno pone en evidencia que Toledo tuvo un papel muy importante en la España Romana”, señala Carmelo Fernández Calvo. “Aunque no fue una capital como Córdoba, Tarragona o Mérida, los restos aparecidos la sitúan como una de las ciudades más importantes del centro de España”, destaca.