
Niños, niñas y familiares en un parque de Santa Bárbara en la tarde del apagón eléctrico / Imagen: Fidel Manjavacas
A las 12.30 horas de este lunes, en el Museo Sefardí, se estaba inaugurando la renovada exposición permanente cuando se fue la luz. La directora del museo, Carmen Álvarez, mostraba a las autoridades presentes la sala principal y les explicaba el arduo trabajo que han desarrollado en los últimos años para llevarla a cabo. Primero se pensó en un corte puntual del propio museo; después se percataron de que también afectaba a zonas colindantes en la Judería y, en unos minutos, nos enterábamos de que era un apagón eléctrico que afectaba a casi toda España.
En el Casco Histórico, muchos turistas continuaron su visita por la ciudad incrédulos o incluso un tanto ajenos ante la situación que se estaba viviendo y que había dejado a oscuras viviendas, comercios, museos, administraciones, bancos, cajeros y todo tipo de inmuebles. A la par, con interrupciones, comenzaban las llamadas a familiares, seres queridos o compañeros de trabajo. En la redacción de este medio, que colabora con elDiario.es de Castilla-La Mancha, intentamos coordinarnos para conocer qué estaba pasando y poder informar de ello a la ciudadanía.
En el camino que va desde el parque del Tránsito a la plaza del Ayuntamiento, varios comerciantes comenzaban a juntarse en las puertas de sus locales inquietos con la situación. "Pensé que era cosa de segundos", comentaba María Ramos, que regenta un herbolario frente al Centro Cultural San Marcos, hasta que comenzó a ver movimiento de la policía. "Un cliente me ha dicho que el apagón era a nivel de toda España, pero he podido hablar con mi hijo. Está en el aeropuerto de Madrid y es un caos”.
"Un cliente mayor me ha dicho que no lo había visto en su vida. Esto no es normal", agregó María, una reflexión que se compartía en casi cada conversación conforme iban pasando los minutos y continuábamos sin suministro eléctrico. "Esto demuestra la fragilidad del mundo en que vivimos", apuntó por su parte en conversación con este medio el concejal de Planeamiento Urbanístico, Florentino Delgado, que salió del Ayuntamiento para encontrar cobertura y poder comunicarse.
La situación, recalcó Delgado, le recordaba a Orson Welles y la famosa adaptación radiofónica de 'La guerra de los mundos'. "Esto es un aviso real, es una señal de que no estamos preparados para afrontar cualquier cosa que nos pueda pasar", apuntó mientras un grupo de turistas escuchaba con atención a un guía que les ofrecía detalles sobre la Catedral. De ella salía su exdeán, el sacerdote Juan Miguel Ferrer, que señalaba que la misma seguía abierta al público, aunque por la tarde no se pudo celebrar la misa funeral por el papa Francisco, que se traslada al viernes 2 de mayo.
De camino a la plaza de Zocodover comenzaban a verse más situaciones de angustia en los establecimientos de restauración y otros comercios. Pequeñas tiendas de alimentación y bares de barrio salvaron a muchos turistas cuando se aproximaba la hora de comer y muchas cocinas no podían funcionar. No obstante, la mayoría de terrazas estaban abarrotadas y buena parte de residentes y visitantes compartían "cañas apocalípticas".
- Comercios a oscuras en el Casco Histórico tras el apagón / Foto: Toledodiario.es
- Comercios a oscuras en el Casco Histórico tras el apagón / Foto: Toledodiario.es
En gasolineras como la que se sitúa en el paseo de la Rosa comenzaban a formarse colas de vehículos intentando repostar. Agentes de la Policía Local o el propio concejal de Juventud y Festejos, José Vicente García-Toledano, intentaban despejar el atasco de vehículos que se había generado en un camino de tierra que atraviesa la Fuente del Moro y conecta con el Polígono. Su acceso está prohibido y en ocasiones lo usan ambulancias o vehículos de emergencia para llegar al hospital.
Se aproximaba la hora de salida de los centros educativos, donde muchos niños y niñas, aún conscientes de que la luz había dejado de funcionar, abandonaban los mismos casi como cualquier otro día. La responsabilidad que asumió la comunidad educativa en su conjunto en un momento así, también en los comedores escolares, no está lo suficientemente reconocida.
Parques y petanca en Santa Bárbara
Pasadas las 15.00 horas los parques comenzaron a llenarse de vida, más de lo habitual. Vecinos y vecinas de Santa Bárbara se reunían a lo largo del paseo de Don Vicente, entre ellos varios hombres que suelen jugar a la petanca en el terrizo que se sitúa frente al pabellón deportivo. "Ya habíamos quedado para jugar -en ese momento no funcionaba tampoco la conexión a Internet-. Vamos a echar una partida porque esto va sin luz", bromeaban mientras narraban cómo habían vivido el momento del apagón.
"Este problema nos viene bien para prepararnos. No estamos preparados para nada", reflexionaba uno de ellos. Sí estaban preparados, o al menos pudieron continuar ofreciendo servicio, bares como el Gurugu o el Oma en este barrio toledano. En el primero comió Sebastián con su mujer y su niña pequeña: "En casa tenemos vitrocerámica y sabía que aquí trabajan con butano así que hemos podido comer", comentaba con este medio.
- Eukarth, una de las trabajadores del Gurugu, en Santa Bárbara, tras el apagón eléctrico / Imagen: Fidel Manjavacas
- Terraza del bar Gurugu tras el apagón eléctrico / Imagen: Toledodiario.es
- Peluquería de Ana en el barrio de Santa Bárbara tras el apagón eléctrico / Imagen: Toledodiario.es
- Vecinos de Santa Bárbara jugando a la petanca tras el apagón eléctrico / Imagen: Toledodiario.es
- Un vecino de Santa Bárbara al salir del centro de salud tras el apagón eléctrico / Foto: Fidel Manjavacas
- Peluquería en Santa Bárbara conectada a un generador / Imagen: Toledodiario.es
Eukarth, una de las trabajadores de este establecimiento, señala que han hecho "todo lo posible" para atender a la clientela que casi ha llenado su terraza. "Ha venido muchísima gente y seguiremos hasta que podamos", apuntaba sobre las 16.00 horas. En la misma esquina, una peluquería continuaba prestando servicio hasta descargar la batería de las máquinas de cortar el pelo. Ana, la dueña, traslada que el apagón le pilló haciendo "una limpieza facial, que sí requiere de luz artificial". "Menos mal que estaba terminando".
También abrió sus puertas el centro de salud de Santa Bárbara. De él salía Christian, un vecino del barrio que trabaja como camarero y que acudió al mismo para tener una consulta con su médico de cabecera. "El ordenador no tenía Internet y me ha hecho este papel, como en el siglo XX, para poder tener los medicamentos en la farmacia", apuntaba con buen humor el joven, que lamentaba la situación que podría generarse en el bar en el que trabaja si la luz seguía sin volver.
En el área infantil del paseo de la Rosa que se ubica junto al bar El Muro, también con sus puertas abiertas, más familias y vecinos continuaban compartiendo la tarde que se estaba viviendo. José Manuel Gallego, chef de La Clandestina de las Tendillas y vecino de Santa Bárbara, relató también a este medio su preocupación por la situación del establecimiento en el que trabaja para la jornada de este martes. "Estamos con la incertidumbre de saber si podremos recibir todos los pedidos que hemos hecho hoy -el lunes-. Si no recuperamos la luz no podremos abrir".
Sí pudo abrir, y no cerró en ningún momento, el supermercado Family Cash del parque comercial Fusión del Polígono. Elena Álvarez, trabajadora del mismo, explicaba a este medio que este establecimiento "funcionaba como si no hubiese pasado nada" porque está conectado a un grupo electrógeno. "No nos hemos enterado de nada hasta que los clientes que entraban comentaban la situación que se estaba produciendo", relata sobre uno de los espacios que han vivido con cierta normalidad una inédita situación.