En tiempos de división, enfrentamiento y discursos violentos, destacan las iniciativas que apuestan por visibilizar y difundir aquello que nos une, incluso si los puntos de unión se encuentran en el patrimonio histórico y en el turismo. Y es que, a diferencia de muchas corrientes ideológicas que apuestan por recuperar aquellos fragmentos de la historia que abogan por la superioridad de unos frente a otros, también hay iniciativas que apuestan por lo contrario.
Es el caso de la ruta organizada por Aicha Fernández y Felipe Vidales. Arqueóloga e historiador se han unido en una nueva apuesta por recuperar y visibilizar el Toledo andalusí, pero con grandes diferencias con respecto a la amplia oferta de rutas turísticas que se pueden encontrar en Toledo.
El de estos toledanos es un recorrido por el patrimonio musulmán que aún pervive en la ciudad. “No es una ruta histórica como tal, la idea es que sea una visión mucho más allá: incluimos monumentos y paradas donde explicamos los vestigios de la época, pero también un toque espiritual”, detalla Fernández en una entrevista con este diario.
Vidales se encargará de contar la parte histórica de cada parada, mientras que la arqueóloga aportará los detalles más personales “para darle vida al monumento”. “Yo soy musulmana conversa por lo que en las paradas explicaré cómo los musulmanes vivían su día a día, yo tengo esa misma creencia y puedo explicar cómo se rezaba dentro de la mezquita, o dentro del ayuno”, una tradición musulmana ligada a la festividad de Ramadán, fecha que enmarca estas nuevas rutas ya que comenzó el pasado 2 de abril y finaliza el próximo 1 de mayo.
“Aprovechando que es Ramadán hemos incluido en la ruta un final de gastronomía en el que explicaré cómo se hacía antes el ayuno y cómo se hace ahora”, añade la arqueóloga. El recorrido de esta novedosa ruta finaliza en la torre del puente de San Martín donde el público disfrutará de esa parte gastronómica. “Lo harán con un iftar, la palabra árabe con la que se hace referencia a la ruptura del ayuno en Ramadán, en el que incluimos comida oriental, sobre todo marroquí”.
Historia, patrimonio, tradiciones y gastronomía se unen con el objetivo de que “la gente al acabar la ruta conozca en profundidad el pasado de la ciudad y cómo los musulmanes vivimos ahora para poder reivindicar nuestra identidad”. Y es que, tal y como recuerda Fernández, “tenemos ese legado tangible que existe y que en ningún caso debemos olvidarlo, si no usarlo a nuestro favor. Como musulmanes toledanos, españoles, también tenemos puntos de referencia y una historia por la que todos sentirnos orgullosos”.
Una ruta “para crear lazos de convivencia”
La ruta diseñada por estos toledanos surge de la necesidad de la arqueóloga de hacer “actividades para los musulmanes en Ramadán, pensando en los nuevos ya que como conversa se lo que es estar en un ambiente no musulmán y pasar el Ramadán solo”.
“Al principio pensé en una ruta para musulmanes, pero cuando comencé a darle forma me di cuenta que podía ser una buena opción en Toledo para dar visibilidad a la comunidad musulmana, muchas veces desligada del resto de la sociedad”, por lo que una simple ruta histórica se convirtió en un “bonito espacio para crear lazos de convivencia”, tal y como ya ha podido comprobar. Fernández y Vidales organizaron tres rutas, los días 2, 8 y 9 de abril, sin embargo dada la afluencia de público decidieron ampliarlas con una nueva cita el próximo 30 de abril.
“Ha tenido una muy buena acogida tanto por parte de la comunidad musulmana como de no musulmanes”, asegura su creadora. “Creo que lo que ha llamado la atención del público es la combinación de la ruta turística con esa parte del iftar en un monumento histórico porque rutas hay muchas, restaurantes también, pero la peculiaridad de esta ruta es una fusión de todo eso, que hasta ahora no se había visto en Toledo”.
Además, la arqueóloga destaca el interés del público por “la historia andalusí y ese pasado de Toledo” pero también por el lado más espiritual del Islam. “Esta parte tiene un atractivo para los musulmanes y en el caso de los no musulmanes es un espacio para resolver las dudas más comunes que tiene la gente”.
Según Fernández, todavía prevalecen demasiados estereotipos sobre la población árabe en general y sobre la religión musulmana en particular. “Abundan las preguntas por lo que he creído importante aprovechar la fiesta de Ramadán para compartir y conocer desde el respeto”.
La arqueóloga destaca que esta ruta “es una oportunidad para conocer directamente a los musulmanes porque muchas veces hay prejuicios que para nada son la realidad”.
Población toledana, turca, valenciana, andaluza, así como ateos, evangelistas y musulmanes, han sido algunos de los perfiles de quienes ya han aprovechado la oportunidad ofrecida por Fernández y Vidales para conocer de cerca una tradición y un legado histórico común que rompe con esos prejuicios.
Pero, ¿qué queda de Tulaytula en el Toledo actual?
“El legado andalusí prevalece allá donde vayas, cada monumento tiene algún tipo de detalle que te recuerda a esa época lo que pasa es que nos hemos esforzado mucho en ocultarlo”, asegura Fernández.
La arqueóloga recuerda que hay rutas tradicionales que clasifican muchas iglesias como monumento cristiano y, sin embargo, “la base de la torre es un minarete”. Tal y como ocurre en la Catedral de Toledo: “es un monumento referente para el turismo pero muy poca gente conoce que en la base de la catedral estaba la gran mezquita y permanece el aljibe de aquella época. De hecho, en las celebraciones de la Virgen de agosto se saca agua de estos aljibes”.
“La gente no sabe que dentro hay esta estructura islámica”, lamenta la toledana quien señala que la estructura de la ciudad “no ha cambiado” sigue siendo andalusí. “La propia estructura de las calles y sus nombres se mantienen de aquella época algo que pasa en muy pocas ciudades del país”.
Por ello, tanto Fernández como Vidales consideran que su ruta es una “experiencia inolvidable”. “Realmente creo que es un evento pionero, esta iniciativa como tal no se ha ofrecido antes”.
Según la toledana nos encontramos ante “una oportunidad única para que nos conozcamos y nos reconozcamos aceptando nuestro pasado y nuestro presente”. De hecho, “no va a dejar indiferente a nadie, musulmanes o no musulmanes, y por eso es inolvidable: a cada una de las personas que vengan les puede impactar en un sentido o en otro”.