
Espacio del yacimiento arqueológico de Vega Baja tras la actuación realizada / Foto: Fidel Manjavacas
En las pasadas elecciones municipales fueron reiteradas las declaraciones de la candidata de Vox a la alcaldía, Inés Cañizares, en defensa de los valores patrimoniales de la Vega Baja y La Peraleda. En un medio de comunicación, del 11 de mayo de 2023, se expresaba en los siguientes términos: "La grandeza de Toledo no se entiende sin su historia, lo que nos obliga a ser extremadamente responsables con la preservación, cuidado y puesta en valor de patrimonio histórico” (…) Y ello “implica el cumplimiento de los mandatos derivados de la declaración de Ciudad Patrimonio de la Humanidad”, y la elaboración de un “Plan Especial de Protección de Vega Baja”. Y claro está, con esas declaraciones, no nos cabe la menor duda de que la entonces candidata a la alcaldía y actual vicealcaldesa es buena conocedora de todo lo que supone la Vega Baja y La Peraleda desde el punto de vista patrimonial, paisajístico y medioambiental.
Tampoco dudamos del conocimiento que la vicealcaldesa tiene de todos los condicionantes para la actividad urbanística en la Vega Baja que derivan de las Instrucciones de la Dirección General de Bellas Artes de 1968 y de las obligaciones que comporta la inclusión de Toledo en la lista de Bienes Patrimonio de la Humanidad. Tampoco ignorará la importancia y el papel urbanístico de los conos visuales de protección de la ciudad histórica definidos en el PECH de 1997. Por eso no puede resultar más sorprendente para la opinión pública y alarmante para los amantes del patrimonio el giro de 180º dado por ella y, supuestamente, por el partido que representa respecto a la conservación de los valores patrimoniales de Toledo de los que se declaraba defensora. A estas alturas, nadie ignora la importancia de los paisajes protegidos de nuestra ciudad, incluso para el turismo. Esos paisajes son la primera carta de presentación de Toledo y por lo que nuestra ciudad es conocida en el mundo, por unos paisajes todavía próximos a los que pintó El Greco y otros grandes maestros de la pintura: Beruete, Zuloaga, Diego Rivera, Benjamín Palencia…, y la Vega Baja es uno de ellos. Luego, por lo pronto, no todo es arqueología, no todos son los restos que nos hablan del pasado, sino también el paisaje y el medioambiente.
En las informaciones aparecidas en prensa el día 13 de febrero de 2024, el concejal de urbanismo, de Vox, Florentino Delgado, nos sorprende a todos con la afirmación referente a los restos arqueológicos “queremos ponerlos en valor, a disposición de la ciudadanía, para que se pueda edificar en esa zona”. Es decir, de primar los valores arqueológicos, de que lo más importante sean los restos que nos hablan de nuestro pasado, como anteriormente ha manteniendo en público este partido, ahora se les pasa a un plano secundario: “a ponerlos en valor (…) para que se pueda edificar en esa zona”. Lo principal es edificar en esa zona, pero no sabemos con qué criterios, en función de qué necesidades poblacionales, de qué suelo hablamos, lo que sí estamos ciertos es de que se trata de una zona con 4 BIC, por cierto sin zonas de protección, que se solapan porque en la práctica toda la Vega Baja es zona arqueológica, con bienes ya desaparecidos debajo de las edificaciones existentes en San Pedro el Verde y en el barrio de Santa Teresa ¿Se estará hablando de nuevo de las previsiones constructivas en Vega Baja de la Modificación Puntual 28 del vigente Plan General de 1986, que creíamos superadas? Es decir, ¿se tratará de las 300 viviendas previstas en el Circo Romano y de las 98 en el Cristo de la Vega? Muchas en multifamiliares de 5 plantas sobre rasante más ático retranqueado. Porque, claro está, descartamos las célebres 3.000 viviendas sobre el “Yacimiento arqueológico ampliación Vega Baja”, eliminadas por la anterior corporación por imperativo legal. ¿Se estará pensando en la parcela del antiguo camping del Circo romano?
Realmente no nos podemos sentir más sorprendidos desde la plataforma 'Toledo, Sociedad, Patrimonio y Cultura' (TSPyC)' por ese giro de 180 º de la vicealcaldesa y del concejal de urbanismo de VOX respecto a sus declaraciones anteriores sobre la Vega Baja. Tampoco entendemos el olvido repentino del “Plan Especial de Protección para la Vega Baja”, para toda ella, que es obligatorio legalmente, que la corporación anterior encargo a los arquitectos Busquets y Ezquiaga y del que tras la elaboración de un borrador nunca se supo más. Y por cierto, tampoco conocemos las respuestas del Ayuntamiento a las peticiones del Parlamento Europeo, con apoyo del grupo de Vox en Bruselas, de remitirle los estudios de georradar de toda la Vega Baja y el Plan Especial de Vega Baja. Todo eso es resultado, como es conocido de la opinión pública, de la petición de protección de los bienes patrimoniales, paisajísticos y medioambientales de la plataforma TSPyC a la Comisión de Cultura del Parlamento europeo y de su comparecencia en sesión pública en dos ocasiones ante esa Comisión.
Tampoco podemos entender que el Grupo Municipal de Vox en el Ayuntamiento haya encargado a arqueólogos, no sabemos a cuáles, un informe que delimite la localización de los restos arqueológicos en Vega Baja. ¿Y qué hacemos mientras tanto con los estudios arqueológicos que ya existen? ¿Y con el último y más reciente estudio de georradar, aún pendiente de envío a Bruselas? ¿Acaso es que no gustan las pruebas manifiestas de que los restos arqueológicos se extienden por la mayor parte de la Vega Baja, ampliamente fuera de los límites de los actuales BIC? ¿Es que no satisfacen con vistas a ciertos intereses económicos? Y aparte de eso, ¿qué hacemos con las obligaciones de gestión y de protección de paisaje que marca la UNESCO para la “Property Area” y la “Buffer Zone” de la Ciudad Patrimonio de la Humanidad?¿Y qué decir de las contradicciones del grupo de VOX toledano con los apoyos recibidos del mismo grupo en el Parlamento europeo, en Bruselas, a la petición de la plataforma TSPyC de protección de los valores patrimoniales, paisajísticos y medioambientales de la Vega Baja y de la Peraleda, conscientes los representantes europeos de VOX de que todos esos valores son parte del acervo de la cultura común europea.
El cambio de actitud del grupo municipal de Vox ante los valores patrimoniales, paisajísticos y medioambientales de la ciudad es una exclusiva responsabilidad de ese partido, que es muy libre de marcar sus estrategias políticas y de manejarlas en función de expectativas electorales propias. Indudablemente, la ciudadanía observa esos cambios y los acepta con todo respeto, como no podría ser de otro modo, pero en el tema de la Vega Baja, lo hace con sorpresa e indudablemente desde la reserva de su libertad de voto y de influencia política que le da su oportunidad de pronto ejercicio al derecho al voto en las cercanas elecciones al Parlamento Europeo. También estamos seguros de que ese partido entenderá y aceptará con idéntico respeto las acciones de los ciudadanos en defensa de esos valores patrimoniales, y más cuando son puestos en peligro, utilizando los mecanismos legales existentes para ello y los canales de opinión y difusión de ideas que el estado de derecho proporciona, como lo viene demostrando la plataforma Toledo, Sociedad, Patrimonio y Cultura desde su fundación en 2018, sin más anhelo que la conservación de los valores patrimoniales, paisajísticos y medioambientales de su ciudad. Y sin más fuerza que la confianza y el apoyo que le confieren todos los ciudadanos que ven amenazados valores patrimoniales y medioambientales colectivos, que son de todos, que han sido recibidos de generaciones anteriores, y de los que se consideran depositarios y con la responsabilidad de trasmitirlos a las generaciones que vienen detrás. Todo eso es perfectamente posible con recurso a las garantías de conservación que proporcionan la legislación nacional e internacional.
Antonio Zárate Martín, representantes de la Plataforma 'Toledo, Sociedad, Patrimonio y Cultura'