Fotografía: Plataforma 8M Toledo
No vamos a hablar de las causas de estas muertes porque ninguna de ellas tiene fundamento y la única causa es la desigualdad de género que alimenta el patriarcado en el que estamos sumergidas.
Sí que existen factores determinantes de esta escalada de violencia que hace que aumente el riego de que las mujeres la sufren acaben asesinadas.
Enero, julio y agosto son los meses en los que, desde el 2003 que se inició este tipo de estudios, se ha visto el aumento de casos de asesinatos de mujeres a manos de hombres con los que se ha mantenido una relación.
En el periodo estival hay mayor tiempo de convivencia de pareja debido a las vacaciones, las víctimas son sometidas por sus maltratadores a una violencia sostenida en el tiempo, que en algunos casos culmina con el asesinato de la mujer.
El aumento del desempleo masculino y las vacaciones laborales de la mujer trabajadora en la pareja, hacen que la frustración del hombre recaiga directamente en ella.
En épocas de crisis económicas a las mujeres les es más complicado romper el ciclo de violencia de género porque hay una situación de dependencia económica del hombre, que una vez más las retiene por este motivo.
Los desacuerdos con exparejas sobre el reparto en vacaciones de los menores a cargo hacen que las relaciones, ya rotas, sean mucho más tensas. En muchos casos no es un periodo de disfrute de los hijos lo que persigue el padre, sino obstaculizar la vida de la mujer. Para cuidar a los hijos ya tiene a la abuela, las tías o a la nueva pareja.
En 2013 se empiezan a contabilizar los niños asesinados por violencia vicaria y a día de hoy hemos alcanzado la mayor cifra de menores asesinados. 9 niñas y niños a los que han matado sus padres y las parejas o exparejas de sus madres con la única intención de hacer daño a estas mujeres. Se evidencia un cambio en la forma de actuar de los agresores machistas.
Coinciden en esta época también el aumento de casos de divorcio y separaciones, procesos que son complicados y traen consecuencias mortales a algunas mujeres inmersas en estos ellos. Igual que ocurre cuando la mujer comienza una nueva relación con otra persona.
Venimos observando desde hace un tiempo cómo influye en el aumento de casos la debilitación de la Atención Primaria para la detección y prevención de la violencia de género. Las mujeres acuden a los centros de salud por los problemas físicos que les genera la violencia de género como dolor crónico, hipertensión, etc… y que al no ser tratados con el tiempo que estas mujeres necesitan o a través de llamadas telefónicas se pierde la identificación de los casos de violencia.
¡Basta ya! A las mujeres y a nuestros hijos nos están matando hombres y el sistema patriarcal.
¡Basta ya! A las mujeres y a nuestros hijos nos están matando la ineficacia del sistema policial en la prevención del feminicidio.
¡Basta ya! A las mujeres y a nuestros hijos nos están matando las malas interpretaciones de los jueces.
¡Basta ya! A las mujeres y a nuestros hijos nos están matando los discursos negacionistas de la derecha y la extrema derecha, convirtiéndose en cómplices todos los que los apoyan y difunden.
Múltiples denuncias, mujeres incluidas en el sistema VIOGEN, etc.., explíquenos que más hace falta para que no las asesinen; para poder salvar a la siguiente mujer en riesgo… Piensen que en este preciso momento hay hombres pensado cómo asesinar a una mujer o a los hijos de ella.
Esto se terminará cuando la igualdad deje de ser una cuestión de fe, que unos se creen y otros no, y sea un objetivo común y prioritario y no una cuestión panfletaria de la que hablar en positivo para unos y en negativo para otros en épocas electorales. Y, sobre todo, cuando la educación en igualdad sea obligatoria desde las primeras etapas en todos los centros escolares e institutos.
