
Imagen de la placa instalada y del patio 31 del cementerio de Toledo tras la actuación para dignificarlo / Julio López Espeso
Dice Pedro Pastor en su poema hecho canción titulado ‘Los olvidados’ que para que hoy podamos hablar a nuestros hijos de sus abuelos, y de todos los abuelos, no debemos olvidar a quienes lucharon por la democracia de la República frente a la barbarie golpista del fascismo.
El 20 de noviembre se celebra el 50 aniversario de la muerte de un sanguinario dictador, Francisco Franco, que durante 40 años reprimió a sindicalistas, comunistas, socialistas, mujeres, personas del colectivo LGTBI y todo aquel que persiguiera sueños de libertad cultural, educativa, de igualdad... Persiguió a quienes tuvieran sueños en color y no en el blanco y negro del NO-DO.
Sin embargo, en Toledo mantenemos un Gobierno que sigue prefiriendo hacer hijos predilectos de la ciudad a los alféreces de la Academia de Infantería, a la vez que olvida que fue construida por mano de obra esclava, que lo era por pensar diferente de Franco, y que no tiene todavía el reconocimiento que debería tener si quisieran cumplir con lo que dice la Ley de Memoria Democrática.
El Ayuntamiento de Toledo, casi en pleno, porque este concejal no lo va a hacer, rendirá pleitesía al VIII Centenario de la construcción de la Catedral Primada, símbolo material de una Iglesia Católica que fue colaboracionista con ese régimen sanguinario y que miró para otro lado cuando se daba un golpe de Estado contra el régimen democrático legítimo de la II República. Sin embargo, este Gobierno local olvida los principales desvelos de sus compatriotas que son el acceso a la vivienda y a un empleo digno que garanticen una vida emancipada.
Seguiremos sin poder hablar a nuestros hijos de sus abuelos, mientras en este Ayuntamiento los concejales de Empleo y de Vivienda, uno de Vox y otro del PP, prefieran presentar propuestas aprobadas por 24 concejales, excepto por este, para rendir homenaje de Estado a dos reyes visigodos que están enterrados con mucha dignidad en los muros de la catedral, olvidando que su obligación es garantizar un futuro cierto a la juventud de Toledo.
Seguimos anclados en aquel 20 de noviembre de 1975 si olvidamos reivindicar que salgan los restos de los dos golpistas enterrados en el edificio del Alcázar de Toledo y que fueron responsables de cientos de fusilamientos de compatriotas cuyos restos hoy siguen enterrados sin dignidad en tres patios del cementerio municipal.
Vamos a seguir reivindicando 50 años después, 18.250 días después de la muerte del dictador, que los Ayuntamientos tienen que sentar sus bases del futuro en su memoria.
Porque fueron, somos; porque somos, serán.
Artículo de Txema Fernández, portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Toledo






