Cuando Junko Hajiwara, conocida por su nombre artístico 'La Yunko', llegó a España en el año 2002 no imaginaba que haría historia en el flamenco español. Pero lo hizo. En 2024 se convirtió en la primera ganadora no española del trofeo Desplante Femenino en el famoso certamen Cante de las Minas. Desde entonces su carrera no ha vuelto a ser la misma. Es un punto de antes y después para su vida como artista, bailaora y eterna estudiante del milenario arte.
Llega a Toledo como parte de la 15ª edición del Festival flamenco 'Ciudad de Toledo' con motivo del Corpus Christi y actuará junto a junto a Cancanilla de Málaga y Segundo Falcón al cante y Paco Jarana a la guitarra, y 'El pelao' a las palmas. "Solo he estado como turista, hace muchos años con una prima de Japón", recuerda. Ahora lo hará como protagonista de un evento que cobra cada año más fuerza.
"Estoy muy agradecida y tengo muchas ganas, porque no he bailado nunca aquí. Me han enviado la foto del lugar y estoy muy emocionada", resalta, en relación a la plaza entre la Catedral y el Ayuntamiento toledano. Además, agradece poder actuar con artistas "muy grandes y admirables" como Cancanilla de Málaga y Segundo Falcón. "Todo esto es una felicidad muy grande", explica a este medio.

Al erigirse como ganadora de Desplante Femenino en Cante de las Minas -la primera ganadora no española en la sección de baile-, su vida cambió. "Ha sido algo bastante importante, que me ha cambiado mucho. Yo trabajaba profesionalmente antes del concurso, pero esto ha sido un antes y un después, una experiencia muy importante. Se me ha abierto la puerta a muchos otros campos de trabajo, no solo en España, sino también en el extranjero", recalca.
Llegó a España hace más de 20 años por amor al baile. Llegó a Sevilla y se quedó en Sevilla, aunque "a veces" vuelve a Japón. "Pero es solo de visita, yo vivo en Sevilla". Todo ha cambiado desde el momento en que pisó por primera vez el país. "Entonces no funcionaba casi nada de internet, tenía que buscar las clases de flamenco por la calle, igual que con el piso, tenía que ir a la universidad a ver al tablón. La forma de vivir ha cambiado mucho durante los últimos 20 años. Tampoco había tantos extranjeros", recuerda.
"A lo mejor para algunos españoles podía ser raro que yo fuese extranjera u oriental, y eso al principio me chocaba, pero se ha ido suavizando", recalca la bailaora. No solo la percepción de las personas extranjeras ha cambiado, insiste, sino también la situación económica y social del país, tras diversas crisis y una pandemia. "He podido ver muchísimas cosas en España". Lo que no ha cambiado ha sido su amor por el baile.
Esta percepción de su trabajo como bailaora suscitó también algo de polémica al entregarle el certamen del Desplante Femenino, cuando recibió algunos abucheos en la entrega del premio. "Sí que hubo gente que abucheaba y eso salió en toda la prensa internacional, es cierto. Lo que no salió es que hubo también mucha gente aplaudiendo, apoyándome y felicitándome. Hubo mucho más que solo un abucheo. Hay de todo, sobre todo apoyo", recuerda Junko.
Es ese apoyo el que le ha dado "muchísima fuerza" para seguir. "Pudo ser un momento difícil, muy complicado. Pero como he recibido tantos mensajes con mucho amor, mucho cariño, entonces lo sentí como una fuerza para seguir adelante", asegura.
"Cuando escucho cante y guitarra, yo no siento de dónde soy"
A fin de cuentas, recalca, el baile no tiene nada que ver con el origen. "Yo soy japonesa, pero cuando escucho cante y guitarra, yo no siento de dónde soy, no pienso de dónde vengo. Soy humana y de ahí sale mi baile. Lo que siento, lo hago como lo hace cualquier persona del mundo", destaca.
'La Yunko' conoció el flamenco en Japón. "No tenía ninguna información. Estudiaba alguna coreografía, alguna técnica en Japón, pero realmente no conocía nada del flamenco, ni del español, ni de la cultura de Andalucía ni nada. Tenía mucha curiosidad y aprendía técnicamente, pero no conocía nada", explica. Y así fue como sus ganas de aprender la trajeron hasta España. "No pensaba en ser bailaora, simplemente tenía mucha curiosidad. Quería profundizar en el baile, en la cultura", asevera.
Fue gracias a sus profesoras, entre ellas Carmen Ledesma, que recibió sus primeras oportunidades de bailar. "Así fue como empecé a hacerlo de forma pública, poco a poco. Conseguí trabajos en alguna peña flamenca y empecé a caminar como bailaora", recalca. No era su intención, insiste, lo que realmente quería era vivir la cultura del arte que amaba. "El flamenco es parte de mi vida. Conocerlo me cambió la vida", concluye.