
Claudio Pérez Flores, vecino de Montearagón (Toledo), falleció en Gusen, el campo de concentración nazi adyacente a Mauthausen / Imagen cedida por Julián González Fraile
La familia de Claudio Pérez Flores, natural de Montearagón (Toledo), creyó durante muchos años que él había muerto durante la guerra civil española. Resultó que no era así. Su vida terminó lejos de su pueblo natal, en un campo de concentración nazi.
Lo supo muchos años después su sobrino-nieto, el historiador especializado en la guerra civil, hoy ya jubilado, Julián González Fraile. “Durante la pandemia me interesé por su historia. Toda la vida habían dicho que murió en la guerra. Yo tenía mucha relación con su mujer y con su hijo y pasaba temporadas con ellos en España y en Francia. Nunca se hablaba del tío Claudio”. Fue capturado por la Gestapo y asesinado en el campo de concentración de Gusen, en Austria.
La Amical de Mauthausen fue fundada en 1962 en Barcelona y nació en la clandestinidad, durante la dictadura franquista, de la mano de supervivientes de los campos de concentración nazis y de sus familias, para defender sus derechos y conservar la memoria de miles de españoles deportados y que, en muchos casos, supuso su muerte.
Hasta su legalización, en los años 70 del siglo XX, la misión de esta asociación pasó por localizar supervivientes y familiares de las víctimas, asesorarles sobre las indemnizaciones que ofrecía Alemania, organizar viajes a Mauthausen y, en la medida de lo posible, llevar a cabo actividades divulgativas.
Hoy la integran familiares, amigos y algunos de los supervivientes. Su labor continúa en una España diferente, con una ley de memoria que recoge los derechos de las personas represaliadas, aunque en buena medida sigue sin aplicarse.
Una de sus actividades pasa por elaborar bases de datos sobre quienes pasaron por los campos de concentración. En el caso de Castilla-La Mancha, relata Julián González, “ya teníamos listados con nombres, apellidos y lugar de procedencia y de fallecimiento pero hemos encontrado muchos errores y lo hemos completado buscando en registros civiles y archivos de España, Alemania, Francia o Austria”.

Camisa que perteneció a Bautista Muñoz Aznar, de Talavera de la Reina, uno de los deportados a campos de concentración nazis tras la guerra civil / Foto cedida a Julián González por Mayu Muñoz
Datos sobre casi 900 personas deportadas
Hasta la fecha han podido documentar datos de 858 personas castellanomanchegos deportados. El 63% fallecieron durante su cautiverio. Un 36% (309) fueron liberados. Además, hay diez desaparecidos de los que no se conoce su paradero.
Del total, hay 297 que eran de Toledo, la inmensa mayoría. Otros 173 fueron evacuados a la fuerza de la provincia de Albacete, 162 de Ciudad Real, 129 de Guadalajara, 93 de Cuenca y hay cuatro personas de las que está pendiente de confirmar su provincia de origen.
Se sabe que casi todos, 757, estuvieron en Mauthausen, el campo de concentración austriaco de que el próximo mes de mayo conmemorará 80 años de su liberación, en un acto en el que está previsto que participe el Gobierno de España. De allí lograron salir 237 castellanomanchegos.
Junto al coordinador de la base de datos Julián González Fraile, han participado Xulio García Bilbao, documentalista, que se ha centrado en la provincia de Guadalajara y Luis Calvillo González, enlace de la Amical en Alemania para este trabajo, experto en archivos y documentación, que ha buscado información sobre los deportados del resto de las provincias de Castilla-La Mancha. “Será una base de datos abierta porque creemos que puede ser completada todavía con más información e incluso corregir datos erróneos. Hemos intentado contactar con todas las familias”.
Tanto la delegación de la Amical de Mauthausen en Castilla-La Mancha, como su web y la base de datos se presentarán el próximo 5 de mayo en la Biblioteca regional, que tiene su sede en el Alcázar de Toledo. Es el mismo edificio donde permanecen enterrados con honores varios altos cargos franquistas, como los generales golpistas Moscardó y Milans del Bosch.