El historiador y arqueólogo José Amador de los Ríos advertía en el año 1845 de que el Salón Rico, en el corazón del Corral de Don Diego de Toledo, se encontraba en estado de "abandono". Han tenido que pasar casi 180 años para que la ciudad recupere este espacio emblemático, declarado Bien de Interés Cultural, y se haya podido redescubrir en su interior una de las alhajas que atesora: cuatro escudos heráldicos situados en el arrocabe del artesonado.
Cuando el Consorcio de Toledo comenzó el proyecto de rehabilitación del Corral de Don Diego, que permitirá al Casco Histórico contar con un nuevo eje peatonal desde el entorno del Alcázar hasta la plaza Mayor, el Salón Rico llevaba décadas cerrado y encalado. El edificio, que formó parte de un espacio palaciego datado de entre los siglos XII y XIV, se sitúa en la misma época que el Taller del Moro o la Casa de Mesa.
Tras la recuperación de sus yeserías, el equipo de arqueólogos y restauradores que está trabajando en este edificio ha intervenido también en el artesonado para consolidar la cubierta y detener el deterioro que llevaba años lastrando la decoración de la policromía de la madera de esta cúpula realizada por artesanos toledanos.
Este miércoles mostraban a los medios de comunicación el resultado final y comenzaban la retirada del andamiaje instalado, desde el que hemos podido apreciar a diez metros de altura la actuación que ha vuelto a dar brillo a este patrimonio. Explicaba la actuación llevada a cabo el gerente del Consorcio de Toledo, Jesús Corroto, quien compareció junto a la alcaldesa, Milagros Tolón.
Batallas entre Castilla y Portugal y cuatro caballeros
En su intervención, Corroto ofreció algunos detalles de los cuatro escudos diferentes -repetidos en cada uno de los ocho paños del octógono del artesonado- que apenas se podían distinguir pero que ha sido posible interpretar gracias a técnicas de infrarrojos y el estudio heráldico que se ha hecho de los mismos. Esta actuación ha facilitado también establecer la cronología de esta cuba en 1385, en las batallas de Aljubarrota y Troncoso, cuando "Castilla intentaba conquistar Portugal", señaló el gerente del Consorcio.
Los deteriorados pigmentos aún han permitido apreciar lo suficiente los detalles para realizar la hipótesis de que los cuatro escudos se realizaron en honor a cuatro caballeros de Toledo del siglo XIV que mueren en diferentes batallas históricas. Uno de los escudos lo compondrían cinco cabezas de leones -de gules (rojo)-, otro tres fajas de gules -de oro-, otro más tendría seis palomas -de plata- y también hay uno con un castillo de sable aclarado del campo, según recogían los restauradores del proyecto.
El estudio que se ha realizado les ha permitido identificar en los cuatro caballeros a Juan Alfonso de Ajofrín, que murió en 1385 en Troncoso; Diego García de Toledo -dueño del Salón Rico y edificios anexos-, que murió en 1385 en Aljubarrota; Diego Gómez Barroso, que falleció en 1384 en Los Altoleiros, y Pedro Suárez de Toledo y Ayala, que murió en 1385 en Troncoso y que fue alcalde de Toledo.
Sería Mencía de Ayala, la mujer de Diego García de Toledo, hermana de otro y prima de los otros dos, quien encarga el conjunto del artesonado en el siglo XIV tal y como deja escrito en el testamento con el que dejaba las casas que había labrado (hacer, restaurar) a su hijo -fechado en 1396-.
Según explicó Corroto, ella quiso referenciar a los cuatro varones en este artesonado que, ubicado encima de los escudos, representa el cielo, siendo el mocárabe el centro del universo, rodeado de estrellas en policromados rojos y con pan de oro y plata. "Esta pequeña historia de amor hace que esta cuba tenga simbología no funeraria pero de estar realmente posicionada en la historia de la ciudad", manifestó al tiempo que destacó que debajo de las pechinas se han encontrado también escudos anteriores a los estudiados.
Toda esta labor y divulgación de parte de la historia toledana de la Edad Media ha sido posible gracias a los restauradores Miguel Ángel Bonache y Carolina Peña y el equipo que ha trabajado en el artesonado y que ha estado integrado por Eva Moreno, Canto González, Raúl Encinar, María Collar, Carlota Perla y Álvaro López, y el de las yeserías del edificio, recuperadas hace unos meses, por Laura Sacristán y Adrián Pueblas.
De Toledo a La Alhambra
Los artesanos que ejecutaron este espacio del Salón Rico, típico de la carpintería de armar española que según el arquitecto y carpintero Enrique Nuere habría nacido en Toledo, se habrían desplazado también a La Alhambra o al Real Alcázar de Sevilla para hacer este tipo de artesonado policromado, tal y como destacó el gerente del Consorcio.
Por su parte, el restaurador Miguel Ángel Bonache detalló que en la actuación de dicho artesonado "se han quitado reparaciones antiguas, repasos o intervenciones de mantenimiento pasadas, lo que nos permite verlo de manera original, tal y como sería a finales del siglo XIV”. Y es que, entrar en este inmueble es como hacerlo en una “caja mágica”, apuntó el experto.
Toda la intervención, añade, les ha ofrecido “el regalo” de poder conocer la técnica de ejecución original, con una estatigrafía clara y novedosa en la que aparece pan de plata y saber que aparte de la policromía al temple se utilizaba la técnica de la corla, que consiste en conseguir con la plata la sensación y apariencia de oro.
Oro es también para el Casco Histórico la apertura de este espacio patrimonial. "Hemos superado un reto importante que teníamos pendiente", señaló por su parte Milagros Tolón, quien indicó que la recuperación de este espacio "supone sumar un elemento más para visitar y para la autoestima de la ciudad".
Nuevo paso para recuperar el Corral de Don Diego y de su Salón Rico. Ya ha terminado la restauración de su impresionante artesonado. Lo hemos compartido con representantes de colectivos de la ciudad y en cuanto esté terminada la obra lo haremos con el conjunto de la ciudadanía. pic.twitter.com/EBcK9oAh0X
— ConsorcioToledo (@ConsorcioToledo) January 25, 2023
El proyecto del Corral de Don Diego, que cuenta con un presupuesto de unos dos millones de euros, continuará con la integración del solar adquirido por el Ayuntamiento por 265.000 euros y cedido al Consorcio en el número 3 del Corral de Don Diego, lo que permitirá la entrada directa al Salón Rico por esta vía. El objetivo es que la plaza de las Artes y todo lo que la rodea, incluidas las cinco viviendas que también se están rehabilitando, esté terminada "después del verano".