Un joven de 24 años que el pasado mes de octubre sufrió un accidente laboral al caer desde una escalera, mientras trabajaba en una gasolinera del Polígono industrial de Toledo, ha fallecido este lunes. El trabajador, que cayó desde una altura de dos metros, fue trasladado al Hospital Universitario de la ciudad con fractura en la muñeca y traumatismo craneoencefálico.
La Delegación Diocesana de Pastoral del Trabajo ha expresado en un comunicado su más sentido pésame y solidaridad a la familia y amigos del trabajador fallecido. "Nos duele profundamente este trágico suceso que vuelve a poner de manifiesto la alarmante cifra de muertes en el entorno laboral, superando las 800 registradas en el año 2022", ha lamentado.
La pérdida de este joven trabajador, apunta la delegación, "nos obliga a reflexionar sobre una sociedad que, lamentablemente, no ha logrado garantizar el derecho fundamental a la vida en los lugares de trabajo". Por ello, considera que es "imprescindible adoptar y promover una cultura preventiva que proteja la salud y la vida de todos los hombres y mujeres que se desempeñan laboralmente".
Asimismo, clama por "la inaceptable situación en la que se encuentran tantos trabajadores, víctimas de la precariedad laboral y la falta de medidas preventivas. La economía no puede ser un motor que ponga en riesgo la vida de quienes contribuyen con su esfuerzo al desarrollo".
"Es crucial reconocer que la salud y la seguridad laboral son responsabilidad conjunta de las administraciones, empresas y sindicatos, siendo los accidentes laborales el reflejo oculto de las condiciones de trabajo precarias, lo que denominamos 'la otra cara de la precariedad'", agrega la delegación.
Reiteran que, para la Iglesia, "la dignidad de la persona, la salud y la vida deben ser prioritarias en la organización del trabajo". "Un empleo que no vela por el bienestar de los trabajadores no puede considerarse como un trabajo digno. Los accidentes mortales, los graves o el aumento de enfermedades laborales son flagelos que aquejan al mundo laboral y exigen una respuesta urgente y comprometida", añaden en el comunicado.
Por todo ello, instan a acometer "un cambio profundo hacia una cultura que valore la vida", con "el compromiso por crear condiciones que la protejan en el entorno laboral" y "la defensa activa de los derechos de los trabajadores". Además, instan a llevar a cabo el "cumplimiento estricto de la Ley de Salud y Seguridad en el Trabajo y el fomento de una cultura preventiva para erradicar esta problemática social".
"Hacemos un llamamiento a la Iglesia en su conjunto y a la sociedad en general2para que no permanezcan indiferentes ante el dolor y la esperanza de nuestros hermanos del
mundo del trabajo", concluyen.