Estos días se celebran las fiestas del Polígono, actualmente el barrio más poblado de la ciudad tras haber pasado en apenas cinco décadas de ser un inmenso solar a una de las zonas con más vida de Toledo. Entre los hombres y mujeres que forman parte de su historia y que impulsaron el crecimiento de este barrio está José Manuel Duarte, conocido como el Sangre, quien llegó a la capital regional con apenas 19 años.
Natural de Casanueva, una pedanía del municipio granadino de Pinos Puente, Duarte obtuvo el título de Maestría Industrial, la FP de entonces, que le sirvió a la postre para recalar en Standard Eléctrica. Pero antes de llegar a Toledo, a la espera de que le llamaran tras haberse examinado, se marchó a Ibiza con su hermana para ganarse la vida que no quería tener arrancando garbanzos.
Al poco de aterrizar en la isla tuvo un encontronazo con "un pelanas" al que pidió trabajo de mantenimiento, pues de lo que sabía era de electricidad, fontanería o mecánica. "Me dijo que no necesitaban a nadie... Fue la primera vez en mi vida que abrí el párpado y empecé a catalogar a la clase obrera", explica en una entrevista con este medio en la que empieza narrando como se gestó su llegada a la capital castellanomanchega.
Allí, probó suerte como camarero tras no tenerla en su sector. Sin embargo, el mismo día que empezaba a trabajar en un restaurante, recibió una llamada de su madre, quien le dijo que consiguiera dinero y se fuera a Toledo. Se había ganado un empleo en la Standard, donde llegó en agosto de 1973 y se mantuvo hasta el cierre de la fábrica, en el año 2006. En ese intervalo tuvo un parón de dos años para hacer la mili, un período en el que viajó de Ferrol a Miami con el Dédalo.
Un Polígono por hacer
Cuando llegó al Polígono, recuerda que tan solo había construidas varias calles como Río Cedena, Puente Seca o Valdespina, con las primeras viviendas del barrio. No había colegio, ni biblioteca, ni centro de salud ni ninguno de los servicios que lucharon para hacer del Polígono el barrio que es hoy y que se narra también en el documental 'La Standard. La construcción de un barrio'.
En su primer día en la Standard preguntó, como es normal, qué tenía que hacer. "Cuando venga el jefe te lo dirá", le trasladaron. Pasó una semana y se presentó "el señor Mayorala". Le cuestionó por dónde empezar y "se empezó a reír a carcajadas". "Llamó a los compañeros para decirles que el andaluz que llevaba una semana ya quería empezar a trabajar. Ese día marcó mi destino en Standard", recuerda Duarte, que pasó sus primeras noches en Toledo en el As de Espadas, donde le llevaron agentes de la Guardia Civil que le ayudaron en su llegada a la ciudad.
Inicios de su vida política y social
"Tuve un error, que es pegarme a la izquierda. Si me hubiera pegado a la derecha hubiera sido un jefazo", dice con guasa sobre su paso por Standard, donde comenzó a tejer relaciones con quienes impulsaron el sindicato de CCOO en Toledo y posteriormente el PCE, al que se afilió en 1977.
Así nació su implicación social y política en este barrio de Toledo, una de las ciudades elegida por el Gobierno del dictador Francisco Franco para descongestionar la industrialización de Madrid y que ha cambiado la historia de la ciudad.
Duarte participó también de manera muy activa en la asociación vecinal El Tajo, que dio la batalla para lograr los servicios necesarios para poder tener una vida digna en el Polígono. Fue un tiempo de luchas, de manifestaciones y de esfuerzos. Pero también de fiestas, como las que impulsaron para traer años después a reconocidísimos cantantes y grupos.
Para él, la asociación, la primera de Castilla-La Mancha, con Ángel Dorado como presidente, fue "lo más importante que se inventó" para el desarrollo de Toledo. "Las asociaciones de vecinos comenzaron la lucha en las periferias de las grandes ciudades, en barrios como Vallecas, San Blas, Entrevías... en ellas estaban también los curas obreros. Estaban todas las luchas habidas y por haber", relata Duarte.
¿Por qué el Sangre?
Cuenta Duarte que estaba jugando al fútbol en el equipo que montaron en el barrio, al igual que hicieron con otros deportes. Un pariente suyo que jugaba de delantero estaba "con un poco de resaca y fallaba mucho ese día". "Al equipo contra el que jugábamos era para ganarle y empatamos a uno. Entonces me cabreé y le dije: ¡Pero primo, échale más sangre!". Al entrar a los vestuarios, encontró a los compañeros recriminando a su primo el partido: "le preguntaron que por qué estaba tan fallón y el dijo que le había puesto nervioso su primo 'el sangre'".
Demandas ciudadanas
Tras su jubilación, Duarte continúa con su lucha por mejorar la ciudad desde distintos ámbitos. Y es que lo lleva, como dice su apodo toledano, en la sangre. Sus detalladas demandas vecinales, en las que reclama actuaciones de todo tipo para el barrio, son de las publicaciones que más remueve el grupo de Facebook en el que se trasladan distintas peticiones al Consistorio.
"Este Ayuntamiento va a lo que va saliendo. Hay quien ha dicho que me va a declarar persona 'non grata'", bromea Duarte. No obstante, da cumplida cuenta de las peticiones que se atienden para mejorar un barrio del que ya es parte de su historia.