Jurado popular pero a puerta cerrada. Así será finalmente el juicio contra D.D.M, acusado de cometer un asesinato machista en la Puebla de Almoradiel el 21 de enero de 2020.
La primera sesión del juicio se ha celebrado este lunes, 7 de noviembre, en la Audiencia Provincial de Toledo y, aunque estaba previsto que fuera público, minutos antes de comenzar el juez, Pedro Javier Belda, ha decidido que fuera a puerta cerrada. Su objetivo: proteger la imagen e identidad de la menor que declarará como testigo. Y es que el acusado asesinó a su expareja delante de la hija de ambos, que entonces tenía 14 años.
La defensa de D.D.M. ha entendido que el juicio debía celebrarse a puerta cerrada no solo por la presencia de los menores en la sala sino porque algunas de las declaraciones reflejarían sus nombres y las circunstancias de los hechos acaecidos.
Ante esto, Belda ha manifestado que "ningún derecho es absoluto", por lo que ha considerado que es superior el derecho a los intereses de los menores que el derecho a tener un proceso público.
El juez ha citado los artículos 22 y 25 de la ley 4/2015 de Protección de la Seguridad Ciudadana y los artículos 681 y 682 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para justificar su decisión, alegando que en las citadas normas recogen medidas de protección de las víctimas, máxime si son menores que deban intervenir en el proceso, incluyendo no solo la protección de su imagen sino ante cualquier información que revele la identidad de menores o sus familias.
Por su parte, tanto la Fiscalía como la acusación particular habían pedido que el proceso se celebrase a puerta abierta, opinando que, al ser este un juicio con jurado "en el que el pueblo participa en la administración de justicia", el proceso debía ser público excepto en los momentos en que tuvieran que declarar menores.