Cuerpos de combatientes amontonados en el paseo del Tránsito o en el cráter que provocó una de las minas que lanzaron contra el Alcázar y que no llegó a impactar en el monumento. Son algunas de las estremecedoras imágenes que se conservan de la represión franquista en Toledo y que muestran "una ciudad sumida en el caos" apenas unos meses después del inicio de la Guerra Civil.
Estas y otras fotografías, censuradas en su momento, se pueden ver en el hilo de casi 30 'tuits' con los que el historiador Carlos Vega, autor del blog histórico-fotográfico sobre Toledo y su provincia durante la Guerra Civil (Toledo GCE), resumió los días finales del asedio al Alcázar, entre el 26 y el 29 de septiembre de 1936.
La instantánea con la que da inicio a este hilo es la de tres observadores que comprueban desde las ruinas del Alcázar las explosiones lejanas que se están produciendo en las cercanías de la carretera de Madrid. En esos momentos, las fuerzas sublevadas estaban ocupando el municipio de Bargas, antes de hacer lo propio en la capital castellanomanchega con las tropas del general Varela.
26 a 29 de septiembre de 1936. Desde las ruinas del #Alcázar los observadores comprueban que las explosiones lejanas provienen de las cercanías de la carretera de Madrid. Las fuerzas sublevadas están ocupando el pueblo de #Bargas. pic.twitter.com/WPjeA6RZxV
— Toledo GCE (@Toledo_GCE) September 29, 2022
Se trata de un episodio del que "hay un gran desconocimiento", según Vega, que está realizando su tesis doctoral en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) sobre la documentación fotográfica durante el asedio del Alcázar de Toledo. "Lo que hicieron dentro -las fuerzas sublevadas- fue aguantar 70 días pero para la propagando vino perfecto. Franco dio un tirón enorme", señala sobre esta etapa que el autor.
Popularmente se dice que durante esos días en Toledo "corrían ríos de sangre". "Al ver las fotografías entiendes la expresión", apunta Vega, que documenta su hilo de Twitter gracias a la multitud de imágenes y documentos que ha consultado en distintas hemerotecas como la Biblioteca Nacional de España, el Archivo Municipal de Toledo, el Centro Documental de la Memoria Histórica, el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York o la Biblioteca Nacional de Francia.
Muchos toledanos y toledanas abandonaron la ciudad por miedo a represalias, pues durante los primeros días de la entrada de tropas franquistas a la ciudad se produjeron innumerables fusilamientos. Los cuerpos de las víctimas que se observan en el cráter permanecieron allí varios días, así como los de otros represaliados en Zocodover, tal y como recogieron distintos periodistas por medio de imágenes que en esos momentos "no podían publicarse en prensa".
Documentación gráfica de la guerra en Toledo
Durante su labor investigadora, Vega ha descubierto el trabajo de varios reporteros gráficos menos conocidos que Robert Capa y Gerda Taro y que también retrataron algunos de los acontecimientos que se vivieron aquellos fatídicos días. Uno de los que más le sorprendió, señala, fue Luis Ramón Marín, quien luego fue represaliado y no pudo continuar su trabajo tras la guerra.
También menciona a otro "totalmente desconocido" como Eduard Foertsch, un alemán afincado en España que entró al Alcázar cuando terminó el asedio y retrató a todos los defensores que había en su interior. " "No se sabía nada de él y al año pasado estuve investigando y publiqué varios artículos. Fue torero en los años 20, acabó siendo periodista y en la guerra hizo buenísimas fotografías", señala.
En el documentado hilo de Twitter, Vega relata curiosos detalles y anécdotas de estos últimos días del asedio y de la retirada de tropas republicanas. "La desesperación y el caos reinó en muchos puntos donde se abandonaron vehículos y armamento. Desde las alturas del Alcázar se dispara a los que se retiran por -el puente de- Alcántara. Muchos optan por tirarse al río para cruzar a la otra orilla, pero se ahogaban por las fuertes corrientes", explica en uno de los 'tuits' con los que narra este episodio.
"Los últimos focos de resistencia republicana estaban en el Palacio Arzobispal, la residencia de Maristas y el Seminario, que acabó incendiándose con varios milicianos en el interior", detalla Vega, que indica que en las primeras de la ocupación de Toledo por parte de la tropas sublevadas se prohibió la entrada a la prensa.
Sin embargo, al general Varela le acompañaban varios reporteros, como el mencionado Foertsch y otros como el fotógrafo riojano Miguel Marín Chivite, sobre quien hace unos días se publicó un artículo en el blog Toledo Olvidado en el que se recopilan varias de las imágenes que tomó tras el final del asedio del Alcázar.
"No todo fue cómo se contó"
El trabajo que ha llevado a cabo Vega en los últimos años le ha servido también para reafirmar que no todo lo que sucedió durante esos días en Toledo "fue como se contó". "Se ve un poco la desorganización tremenda de los republicanos al principio o el descontrol de grupos de milicianos que están saqueando casas e iglesias, o matando gente en los parques", señala el investigador.
Una documentación que recoge en el blog Toledo GCE desde el año 2013 y que creó con la intención de recopilar "imágenes menos conocidas" y explicar su contexto a través de toda la información que consulta en "partes oficiales de guerra de republicanos o diarios personales de combatientes". "Es dar un poco esa importancia a autores y reporteros gráficos españoles y extranjeros que pasaron por Toledo, que no caigan en el olvido como ha pasado con varios", agrega.
En definitiva, se trata de una parte de la historia que todavía genera polémica, como se pudo ver el pasado mes de septiembre en Toledo, donde unos celebraban distintos actos organizados por la Hermandad de la Virgen del Alcázar -creada durante el asedio al monumento- y otros se manifestaban para pedir que se retiren los restos de los “golpistas” Jaime Milans del Bosch y José Moscardó del Alcázar de Toledo.