"Ser profesor, no es llegar clase, dar la lección e irse por la puerta". Es una de las reflexiones de Abel Toledano González, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) que opta al premio Educa Abanca en la categoría Universidad, un galardón que se entregará en febrero de 2020 en Santiago de Compostela (La Coruña) y que reconoce la labor de los mejores docentes de centros públicos y privados.
Nominado por sus alumnas, Toledano desarrolla su labor en la Facultad de Ciencias de la Salud de Talavera de la Reina y pertenece al grupo de investigación de Psicología Cognitiva Aplicada. "El premio ya lo he recibido, saber que a tus alumnos les gusta como das la clase y tener su implicación creo que ya es premio", señala en esta entrevista sobre los Premios Educa Abanca a los que le han propuesto sus estudiantes.
Estos galardones buscan reconocer públicamente la labor de los profesores que "viven y disfrutan su trabajo, educan para la vida a su alumnado y se involucran al máximo en todo el proceso educativo, tanto dentro como fuera del aula", según apuntaba la UCLM.
Toledano, natural de Málaga, señala en esta entrevista algunas de las claves que aplica a su trabajo docente en Talavera de la Reina, donde actualmente es profesor de dos asignaturas del Grado de Terapia Ocupacional.
Pregunta: ¿Cómo ha recibido esta iniciativa propuesta por sus propios estudiantes?
Respuesta: Para mí ha sido toda una sorpresa, no esperas que todo el trabajo que haces, del que mucho no se ve, sea tan recompensado y valorado por ellos. El premio ya lo he recibido. Ser nominado ya es un reconocimiento importante por parte de mis alumnos en el trabajo diario. Me da igual ganar o no ganar, sinceramente, para mí ya es satisfactorio llegar a esta parte. Saber que ellos votan por ti, te quieren, les gusta como das la clase y cuentas con su implicación. Creo que ya es premio suficiente.
¿Hace cuánto tiempo que es profesor de la UCLM y qué asignaturas imparte en la Facultad de Ciencias de la Salud?
Llevo dos años en Talavera e imparto docencia en el Grado de Terapia Ocupacional. Una de las asignaturas, en el primer curso, es 'Análisis del funcionamiento ocupacional', en la que tratamos de analizar las actividades que hacemos en el día a día. Por ejemplo en que cómo coges un vaso, la postura que mantienes para agarrarlo, cómo lo recibes con respecto al espacio... todo lo que conlleva una actividad para cuando trabajamos con personas con algún tipo de discapacidad podamos detectar dónde existe el problema y cómo actuar sobre él.
La otra asignatura en la que imparto clases, en segundo curso, es 'Actividades de la vida diaria y autonomía personal'. Ambas están íntimamente relacionadas y en esta trabajamos por ejemplo sobre los problemas que puede tener una persona en su alimentación, higiene, movilidad o, por ejemplo, para vestirse. Abordamos cómo trabajar esta actividad tanto con niños, adultos o personas mayores, y tengan o no algún tipo de discapacidad. Adaptamos las actividades para que puedan desarrollarse su día a día con la mayor normalidad posible.
Supongo que los contenidos de esta materia son muy útiles también en su labor como docente. No todos las personas aprenden de la misma manera.
Efectivamente. Tienes que adaptarte también a cómo ellos trabajan, a la capacidad de aprendizaje, de atención y concentración que tienen. Todos somos distintos. Intentamos hacer que la asignatura sea divertida y se aprenda haciendo muchas prácticas.
No es llegar, dar la lección magistral e irme por la puerta. Eso es lo que se ha hecho durante muchísimo tiempo y es lo que menos quiero y lo que menos me gusta. Opto por otro tipo de aprendizaje y enseñanza que es más práctico, en el que el alumnado viva esta experiencia y puedan interiorizarlo.
No es llegar, dar la lección magistral e irme por la puerta. Eso es lo que se ha hecho durante muchísimo tiempo y es lo que menos quiero"
¿Qué cualidades cree que son necesarias para ser un buen profesor y empatizar con el alumnado?
Creo que lo más importante es la cercanía y ser accesible a ellos, es decir, que no haya ciertas barreras como por ejemplo que no puedas atenderles y les remitas que a te envíen un correo electrónico. La cercanía es la clave para que el alumnado se sienta cómodo y a gusto en clase, para que quiera venir a clase porque se sienta también reconocido y quiera participar más aún. Ellos se dan cuenta también del potencial que tienen y de que pueden dar más de sí cuanto más participan. Eso también potencia su capacidad de aprendizaje y sus ganas de comerse los libros y hacer prácticas.
A veces pongo prácticas extra fuera del horario de clase y se llenan. No espero que venga tanta gente y alguna vez me ha sorprendido el 'overbooking' -apunta el profesor entre risas-. Esto también te hace ver que tienen interés, que quieren aprender y que te quieren. Es una recompensa y es muy satisfactorio.
¿Qué ejemplos puede darnos de ese tipo de clases prácticas?
Hacemos prácticas o actividades muy lúdicas, en las que el alumnado pueda sentirse recompensado. Trabajamos muchos ámbitos como los que comentábamos -alimentación, vestidos o la movilidad de una persona- mediante juegos similares al Trivial, Pasapalabra o través de yincanas en la facultad en las que ellos tienen que poner en práctica todo aquello que han aprendido.
También les motivan los trabajos en los que por ejemplo tengan que hacer búsquedas científicas o aprender patologías a través de entrevistas con pacientes. Todo lo que sea relacionarse con el entorno de estas personas y con el universitario es la clave del mejor aprendizaje que se puede tener.
También influye en este aprendizaje la forma de ser de cada profesor.
Claro. A mí me gusta la cercanía. No me gusta dar la clase magistral e irme por la puerta; eso no me llena. Me gusta que cooperen, que usen las nuevas tecnologías y que sepan sacarles partido para bien, no para hacer otras cosas que no son motivantes. Quizá también la edad favorece la cercanía, algunos de ellos son mayores que yo. Se puede aprender mucho, no solo ellos de mí sino yo también de ellos.
¿El profesor puede ser amigo de sus estudiantes?
Creo que sí, siempre y cuando se respeten esos límites, que no se sobrepase el respeto. Se puede tener una relación de amistad y llevarse bien. Con mis alumnos me paro en los pasillos, charlamos, hay cierto ambiente distendido que facilita muchísimo la cercanía hacia ellos.
¿Considera que el papel del docente no está reconocido cómo se merece en la sociedad?
Creo que sí. Es una faceta que no se está muy valorada. Siempre existe eso de que he suspendido porque el profesor me tiene manía y hay también que ser autocrítico y pensar que puede ser tu culpa y no del profesor.
En la universidad sí se encuentra más valorado, se supone que quien va allí a estudiar es porque quiere. A nivel de Primaria o Secundaria sí es un poco más crudo por el tema de la obligatoriedad, pero en la universidad creo que es más sencillo por el tipo de alumno que tenemos.