El PP en el Ayuntamiento de Toledo repite obsesivamente que se han perdonado 70 millones a la empresa que gestiona el agua, TAGUS, como si fuese una decisión caprichosa que nada tuviera que ver con su propia gestión en el pasado. Por eso hay que recordar que en 1995 el PP decidió privatizar el agua y para ello realizó una adjudicación a Aguas de Toledo que fue recurrida por partidos políticos y asociaciones ciudadanas y que un Tribunal declaró nula. Según reza la sentencia se produjo indefensión al haberse limitado el período de información pública del pliego a tan solo 8 días, cuando un Servicio básico y público de esta envergadura requeriría, al menos, de un mes. Con Aguas de Toledo se tuvo que firmar un convenio de liquidación que implicó un pago desde el Ayuntamiento de 24,4 millones de euros.
En 2005 se comenzó a hacer un nuevo concurso exprés para arreglar el desaguisado, porque en 10 años de juicios en los que el PP estuvo gobernando el Ayuntamiento no se planteó que podía perder. Durante el procedimiento del concurso el economista municipal y el interventor se llevaron las manos a la cabeza y advirtieron, vistas las cuentas, sobre la posibilidad de que el adjudicatario reclamase un equilibrio de la concesión en un futuro no lejano si el proceso seguía adelante.
El PP en el gobierno, siguió adelante en solitario y el canon resultante de la adjudicación de este segundo concurso chapucero en 2006 se usó para pagar la indemnización a la concesionaria anterior y para asfaltados y gastos corrientes. Es decir, el Partido Popular no utilizó el dinero del agua para invertir en agua, sino para arreglar sus desastres. Aquellos 36 millones de euros que entregó TAGUS como canon son en realidad un “préstamo” al Ayuntamiento del que la empresa viene cobrándose los intereses hasta que en 2031 acabe la concesión. Nadie regala nada y una empresa privada, menos. Así las cosas, en 2009 empiezan a pedir un equilibrio económico de la concesión, porque no les salen las cuentas, dicen que se factura menos agua de la que se había previsto. El PP ya no está en el gobierno, pero tampoco sale pidiendo perdón por el desastre.
El restablecimiento del equilibrio económico financiero llegó con una decisión de la Junta de Gobierno en junio de 2014. Y en un pleno al mes siguiente donde IU pide rechazar el equilibrio, el Partido Popular se abstiene. Podría haber votado a favor con IU y rechazar el acuerdo adoptado, pero lo validó. Ese acuerdo en el que se suben las tarifas y se perdonan los 70 millones de inversiones comprometidas no fue rechazado por el PP, fueron cómplices. Pero ¿Cómo no van a colaborar si sabían el desastre que habían hecho?
Y años después de aquella chapucera concesión apenas hay personal destinado al contrato; ni control sistemático de la concesionaria. Hay obligación de la concesionaria de presentar informes de gestión trimestrales de las redes de abastecimiento y saneamiento que nadie les ha pedido nunca. Hace años que no se presenta un plan cuatrienal de inversiones y jamás nadie les ha pedido un Plan Director global tanto de la red de abastecimiento como de la red de saneamiento que den idea del total de inversiones necesarias para poder priorizar y temporalizar adecuadamente en los planes cuatrienales.
A pesar de la falta de control del Ayuntamiento de Toledo sobre la ejecución del contrato el Acuerdo para el restablecimiento del Equilibrio Económico Financiero fue aprobado por el PSOE de Emiliano García-Page, que entonces gobernaba en minoría, obligando a la ciudad a hacer un esfuerzo inversor adicional para acondicionar las infraestructuras totales, de alrededor de 70 millones de euros.
Desde que asumimos esta responsabilidad en 2015 nuestra preocupación ha sido conocer el contrato y controlar su ejecución con el máximo rigor. Ahora tenemos un primer Plan Director de Abastecimiento y otro de Saneamiento que consultamos con las asociaciones, con los partidos políticos y con la ciudadanía. Trabajamos conforme a un Plan cuatrienal de inversiones que está en permanente estudio porque, a pesar de la insuficiencia de personal especializado de que disponemos, es imprescindible que el Ayuntamiento garantice que la priorización de las inversiones es la adecuada. Disponemos de información trimestral de la gestión del abastecimiento y del saneamiento donde se ve, entre otras cuestiones, la planificación de la limpieza y los puntos conflictivos que existen en los colectores y en las instalaciones de saneamiento.
Porque no se trata solo de las tuberías, sino que tenemos dos presas, una potabilizadora, casi 500 kilómetros de tuberías y 300 kilómetros de colectores, depósitos de distribución y bombeos de reimpulsión, válvulas de corte y regulación, bombeos e impulsiones de residuales, etc… El Ayuntamiento de Toledo tiene un sistema de abastecimiento “en alta”, por el que damos agua también a otras poblaciones, y “en baja”, por el que nos encargamos de la distribución a las viviendas de los toledanos. El sistema abastece a una población de más de 120.000 habitantes.
Se ha hecho el levantamiento topográfico de toda la red de saneamiento, lo que nos permite tener una idea más clara de por qué se producen determinados problemas en la red y buscar la mejor manera de solucionarlos. Se ha mejorado en la transparencia en la factura, explicando los conceptos para que la gente entienda qué paga, y en la propia gestión que, a través de una app o de la oficina electrónica, permite a la ciudadanía tener controladas sus facturas y por tanto sus consumos y que incluso facilita la posibilidad de comunicar incidencias. Y en un futuro próximo también permitirá que los cortes de suministro que afecten a los usuarios les sean comunicados por mensajería móvil. Una web concentra toda la información sobre el sistema de abastecimiento y saneamiento, calidad del agua, gestión de usuarios, noticias, campañas, se comunican las incidencias…
Venimos dando información puntual en las averías más relevantes y, en aquellas que afectan a mucha gente y se prevé una duración elevada, se ponen puntos de agua adicionales, cosa que no se había hecho nunca. Cabe mencionar que las averías, dependiendo de los materiales de fabricación de las tuberías, se suelen producir por cambios bruscos de temperatura y por exceso o defecto de demanda de caudales diurnos y nocturnos que hacen que varíe la presión de trabajo, no sólo por obsolescencia de los materiales, por lo que muchas veces no son predecibles.
Por primera vez se hacen campañas específicas para mejorar la gestión, como la de prevención en el uso de las toallitas húmedas. Ya no se corta el suministro de agua a nadie porque tenemos un protocolo que pasa por una verificación de los Servicios sociales que impide el corte a aquellas personas que no pueden pagar el agua.
Queda mucho camino por recorrer, entre otras cuestiones recuperar la gestión directa del Servicio, a lo que no renunciamos cuando sea viable, pero con los mimbres que hay y las realidades en las que nos encontramos, creemos que se está trabajando bien y en la dirección adecuada.