Los detectores de la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (Red SWEMN) que opera en el Complejo Astronómico de La Hita en La Villa de Don Fadrique (Toledo) grabó una "espectacular y lenta bola de fuego" que cruzaba el cielo nocturno, como consecuencia de la reentrada en la atmósfera terrestre a gran velocidad de un satélite artificial.
Estos detectores trabajan en el marco del Proyecto SMART, que se coordina desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) con el objetivo de monitorizar continuamente el cielo para registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar, ha informado el complejo toledano en nota de prensa.
Estos mismos detectores también tienen la capacidad de detectar la reentrada en la atmósfera de satélites artificiales y de diversos tipos de chatarra espacial. La bola de fuego generada por la reentrada del satélite también ha sido grabada por los detectores que este mismo proyecto de investigación tiene instalados en los observatorios de Calar Alto (Almería), La Sagra (Granada), Sevilla y Sierra Nevada (Granada).
Este fenómeno ha sido analizado por el investigador responsable del Proyecto SMART, el astrofísico José María Madiedo del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). Este análisis preliminar, en el que se han incluido también los datos proporcionados por algunos de los testigos, ha permitido determinar que el satélite que originó la bola de fuego entró en la atmósfera terrestre a una velocidad de unos 27.000 kilómetros por hora.
Se trataría de un satélite Starlink que la compañía SpaceX puso en órbita el 24 de enero de 2021 con el fin de proporcionar comunicaciones de Internet. El satélite tenía una masa de unos 260 kilos.
El brusco rozamiento con la atmósfera a esta enorme velocidad hizo que el objeto se volviese incandescente, generándose así una bola de fuego que se inició a una altitud de unos 100 kilómetros sobre un punto situado al norte de Marruecos, casi en la frontera con Argelia. Desde allí avanzó en dirección noroeste. A lo largo de su trayectoria el satélite fue fragmentándose, por lo que pudieron verse varias bolas de fuego avanzando en paralelo al volverse incandescentes cada uno de estos fragmentos.
Según la información de la que se dispone en estos momentos, la bola de fuego habría atravesado toda la Península y finalmente habría cruzado Asturias, finalizando su trayectoria sobre el mar Cantábrico. Por tanto, cualquier posible fragmento del satélite que hubiese sobrevivido a su brusco paso a través de la atmósfera terrestre habría caído al mar. No obstante, este caso está aún en estudio por si nuevas informaciones pudiesen servir para obtener más datos sobre el evento.