El Museo de los Concilios y de la Cultura Visigoda, filial del Museo de Santa Cruz, va a exponer de manera temporal desde este martes, 15 de febrero, varios de los objetos más importantes localizados en una de las parcelas del yacimiento arqueológico de Vega Baja en Toledo.
Aunque ya desde el siglo XVI se tiene constancia de la localización de restos arqueológicos en la zona conocida como Vega Baja, en Toledo, no es hasta los comienzos del XXI que se lleva a cabo un trabajo metódico de excavaciones en la zona, expone la Asociación de Amigos del Museo de Santa Cruz ¡Vivo!, colectivo colaborador de esta exposición.
Fruto de las intervenciones llevadas a cabo por el equipo de arqueólogos dirigidos por la profesora Yolanda Peña Cervantes y Javier Gómez Rojo en el año 2006 en la parcela conocida como R3, se puede datar la utilización continuada de este terreno desde el siglo I d.C. hasta la época emiral, al comienzo de la ocupación musulmana, en el siglo VIII d.C. Posteriormente, la zona es dedicada a labores agrícolas, sin gran importancia arqueológica, teniendo constancia de una noria y dos silos de época moderna, hacia el siglo XVI.
En esta R3, las sucesivas fases de ocupación tardorromana, visigoda y musulmana pasan por un uso residual como vertedero, área de extracción de áridos y su posterior urbanización como parte del complejo periurbano visigodo, en una zona próxima a edificios singulares, como podría ser la basílica de San Pedro el Verde. Así, se ha constatado la existencia de una calle empedrada que discurre en el sentido este-oeste y muros correspondientes a edificaciones de época visigoda.
Quizás los objetos más importantes localizados en la dicha parcela R3, que ocupa una extensión de 2.800 metros cuadrados, son, no obstante, los correspondientes al período altoimperial o tardorromano, en la segunda mitad del siglo I d.C., entre los que se pueden citar una lucerna prácticamente entera, en cuya base se observa perfectamente el sello de su fabricante (MIRO), un 'acus crinalis' o alfiler para el pelo al que le falta la parte puntiaguda, que representa a una Venus saliendo del baño y acariciándose los cabellos, así como otros fragmentos correspondientes a piezas cerámicas de uso cotidiano más o menos completas. Ya del siglo VIII d.C., de época emiral, se han localizado ollas o cuencos con decoración exterior.
Una actividad que, para concluir, contará con la colaboración de Yolanda Peña Cervantes que presentará en una conferencia su experiencia personal y los resultados del trabajo de las excavaciones llevadas a cabo en 2006, actividad de la que se informarán próximamente. Igualmente, se ha contado con la colaboración del conservador Miguel Ángel Bonache, experto en arqueología, para la reconstrucción de algunas de las piezas.