La Junta de Gobierno de la Diputación de Toledo ha aprobado la firma de un convenio con el Ayuntamiento de Los Navalucillos para la creación y desarrollo de la Ruta Literaria 'Valhondo', en la pedanía de Robledo del Buey.
La presidenta de la institución, Concepción Cedillo, y el alcalde de Los Navalucillos, José Ángel Pérez Yepes, han suscrito el acuerdo para poner en marcha esa ruta literaria, basada en el último libro de la trilogía 'La Raya del Infinito', del toledano Rafael Cabanillas, que aborda la realidad de la España vaciada, oculta y silenciosa, de la que forman parte 'Quercus', 'Enjambre', y la mencionada 'Valhondo'.
Por ello, desde el Ayuntamiento jareño y de la mano de su alcalde, se propuso a la Diputación de Toledo apoyar económicamente esta ruta de senderismo, de 6 kilómetros de recorrido, que empieza y acaba en Robledo del Buey, que quiere recorrer los lugares que aparecen en la novela y que transcurren en su mayoría por los lugares del entorno de Robledo del Buey, una pedanía de Los Navalucillos.
Según informa la institución provincial, el equipo de Gobierno de la Diputación aceptó la propuesta porque supondrá revitalizar la zona, generar sinergias adecuadas e impulsar la economía local, gracias a los muchos lectores de la novela 'Valhondo', que dará nombre a la ruta propuesta y animará a los viajeros a conocer el pueblo y la comarca.
Aprovechará el Ayuntamiento de Los Navalucillos para dar a conocer los numerosos recursos naturales y paisajísticos con que cuenta su término municipal y el municipio de Robledo del Buey, utilizando el recorrido literario de la novela para profundizar en la realidad de la España rural, así como divulgar y dar a conocer los atractivos de una parte de la provincia, tan reconocida como son Los Montes de Toledo y las Tierras de Talavera.
La colaboración entre la Diputación y Los Navalucillos permitirá diseñar y poner a disposición del público en general la ruta de senderismo 'Valhondo', para revivir la trama de una historia que narra las vicisitudes de un joven maestro de 20 años que es destinado al pueblo del mismo nombre, una pequeña aldea escondida en lo más profundo de la sierra, pudiendo quienes recorran la ruta identificar los escenarios que aparecen en la novela y que con tanta maestría y detalle ha descrito Rafael Cabanillas.