El ‘Estudio Informativo del proyecto de línea ferroviaria de alta velocidad Madrid-Extremadura. Tramo Madrid-Oropesa‘, actualmente en proceso de información pública y audiencia desde el pasado 3 de diciembre y por un período de 45 días hábiles, plantea cuatro alternativas para su trazado en este tramo que será el último que entre en funcionamiento, en el año 2030, y que recorre parte de la provincia de Toledo, con paradas en Talavera de la Reina y la propia capital castellanomanchega.
La intención del Ayuntamiento de Toledo, según se trasladó en la Comisión de Urbanismo celebrada esta semana con los distintos grupos municipales, es elaborar de manera conjunta las alegaciones que presenten a este estudio con el Gobierno regional, para lo que han concertado una reunión en la que diriman las preferencias de cada administración en el trayecto previsto en el tramo.
Así lo trasladó el vicealcalde, José Pablo Sabrido, en una comparecencia en la que explicó que, de entre las cuatro alternativas de trazado planteadas -en el tramo que afecta a Toledo (Madrid-Torrijos)-, por el momento no se decantan por ninguna de ellas aunque el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana parece haber "descartado la 4, pero no lo está definitivamente", y prefiere que se valoren "como más positivas la 2 y la 3".
En todo caso, “no optamos por ninguna, sino que el Ministerio prefiere que valoremos la segunda y la tercera en esta primera aproximación. El objetivo es que el AVE Madrid-Lisboa se ponga cuanto antes porque eso nos ubicara en el centro peninsular con los beneficios que ello podrá suponer”, agregaba el también concejal de Urbanismo sobre dicho el proyecto, del que precisó que, mientras se encuentra en información pública, las zonas afectadas en el mismo no son susceptibles de cambiar su clasificación urbanística.
Por su parte, el Ministerio ya avanzó que en la ciudad de Toledo se han seleccionado dos opciones que son funcionalmente “muy similares”, pero tienen un impacto visual “diferente”, una discurre en túnel y la otra en superficie. Se esperará al análisis de las alegaciones recibidas tras el proceso de información pública para proponer la solución óptima”.
Alternativas: túnel en el paseo de San Eugenio o un vial que rodee el Salto del Caballo
Pero, ¿qué diferencias hay entre las alternativas planteadas y cómo afectan a la ciudad de Toledo? La que está está descartada no pasaría por la actual estación de Toledo, ubicada en el paseo de la Rosa, "un requisito imprescindible". Y, de entre las otras tres, dos de ellas -la I.2 y la I.3, según se denominan en el estudio- llevan "prácticamente el mismo trazado, pero mientras que una va por el exterior sobre pivotes la otra iría de forma subterránea”.
"La 2 (cuyo trazado sobre la ciudad se ve en la imagen que encabeza esta información) afectaría a una longitud de 1.029 metros en suelo urbano y urbanizable y la otra a 1.462 metros. La diferencia fundamental es que en la alternativa 3 una parte va subterránea", apunta el vicealcalde sobre estas dos opciones que sí coinciden en su origen, la nueva estación que se construiría anexa a la actual, el viaducto en curva -de unos 700 metros- que sobrevolaría el río Tajo en el entorno de Safont y el puente de Azarquiel.
Este viaducto, según se indica en el estudio, sirve además de cruce de la avenida de Castilla La Mancha. Una vez superado el río Tajo y la mencionada avenida, el trazado discurre en túnel bajo la ciudad de Toledo, en primera instancia bajo el parque del Crucero para posteriormente discurrir bajo el paseo de San Eugenio. Después se encaminaría a cielo abierto hasta el cruce de la autovía TO-20, salvando después distintos barrancos mediante pérgolas en las inmediaciones de la urbanización de Valparaiso. Después del paso de la urbanización, el trazado discurre en recta cruzando por debajo de la carretera CM-40 para después hacer lo propio bajo la autovía A-40.
Por su parte, la alternativa 3, también desde la nueva estación que se plantea construir frente a la actual y una vez superado el río Tajo con el viaducto que figura también en la anterior propuesta, discurre en paralelo al vial que separa el estadio del Salto del Caballo del complejo polideportivo Javier Lozano, vial situado fuera de la trama residencial de la ciudad.
En esta zona la nueva plataforma ferroviaria discurre a cielo abierto confinada entre muros. A la salida de esta zona deportiva la nueva Línea de Alta Velocidad (LAV) gira a la izquierda cruzando a distinto nivel (viaducto) la carretera de Mocejón, vial de acceso a Toledo desde el enlace del Salto del Caballo. Este viaducto se prolonga hasta cruzar el arroyo del Aserradero y a continuación se cruzaría también a cielo abierto las avenidas de Madrid y de París.
En todo caso, ambas alternativas de trazado buscan la dirección de Torrijos, luego Talavera de la Reina y finalmente Oropesa, pasándolas todas por el norte y con estaciones nuevas también próximas a las actuales. Según plantea el Ministerio, de Toledo a Talavera de la Reina el tráfico sería exclusivo para viajeros, ya que el transporte de mercancías se plantea entre Talavera y Madrid con trazados alternativos, mientras que de Talavera a Extremadura el tráfico sería mixto.
Nueva estación acristalada en Toledo
Para el paso de la nueva línea por Toledo, se utilizará el origen de la misma desde el entorno de la actual estación, aunque construyendo una nueva. Para ello, el Ministerio plantea la disponibilidad de terrenos protegidos, dado que la actuación exige un desarrollo longitudinal que pueda disponer la estación sin incurrir en afecciones graves a edificios y suelo urbano existente.
Así, la propuesta es que se pueda acceder a la nueva estación desde el edificio actual, "manteniéndolo como imagen de una tipología constructiva de estación de tren de principios de siglo, y como imagen de edificio integrado en la ciudad". Las vías y andenes de la nueva línea se localizan en paralelo al actual trazado del AVE entre Madrid y Toledo a su llegada a la capital regional.
El nuevo vestíbulo de la estación es de planta cuadrada, en 1997,27 m2 de superficie, y de dos alturas. Se trata de un amplio vestíbulo acristalado en dos alturas. En la parte inferior del edificio, bajo la estructura que soporta las vías de alta velocidad, se sitúan los despachos, atención al cliente, venta de billetes, sala de circulación, cafetería, y conectada al actual edificio a través de rampas y un paso inferior.
Al nuevo vestíbulo se accedería por dos escaleras mecánicas de subida y otras dos de bajada y una escalera fija, y sendos ascensores, situados junto a las escaleras. La planta primera sería la planta de acceso a los andenes desde donde se podría coger un tren directo a Lisboa. En este sentido, cabe destacar que el recorrido completo previsto y que conectaría las ciudades de Madrid y Lisboa mediante alta velocidad tendría un recorrido de 715 kilómetros, con una duración del viaje de 4 horas y 45 minutos. Un tramo que, desde Madrid, cruzaría Toledo-Talavera-Oropesa-Extremadura y no estaría completo hasta el año 2030.