Son numerosos los bloques de viviendas y comercios del Paseo de la Rosa, situado en el barrio de Santa Bárbara de Toledo, que conviven, prácticamente pared con pared, con la ladera de la montaña en cuya cima se sitúa el Hospital Provincial o el Castillo de San Servando.
Concretamente, apenas un metro de distancia separa las viviendas del Paseo de la Rosa número 12 de este talud, que el pasado 17 de diciembre sufrió un desprendimiento de tierra y rocas que dejó soterradas varias ventanas del edificio. “Tuvieron que acudir los bomberos y lo comunicamos al Ayuntamiento”, explica Jose María, uno de los residentes afectados.
La comunidad de vecinos solicitó al Consistorio que llevara a cabo los trabajos necesarios para evitar nuevos desprendimientos. Y es que, tal y como puede verse a simple vista, se trata de un terreno que podría considerarse un precipicio, sobre todo visto desde arriba. Con una altura de más de 15 metros, tiene numerosos escarpes rocosos, árboles y demás vegetación, todo ello sujetado por una malla. Este elemento de contención cedió hace ya cuatro meses y todavía no se ha reparado, a pesar de tener numerosos boquetes y sostener varios kilos de piedras a lo largo de su paso por este bloque de más de una treintena de viviendas.
“Este Ayuntamiento no es responsable de los desprendimientos producidos en Paseo de la Rosa, 12, por lo que no es su competencia hacerse cargo del aseguramiento de dicho talud, ni del pago de la limpieza de tierras… En cualquier caso, se le insta a ejecutar las actuaciones que sean necesarias para su estabilidad y evitar daños a terceros”. Así fue la respuesta del Consistorio toledano a la solicitud de la comunidad de vecinos que, tras el suceso, sufragó los gastos de retirada de los escombros.
“Sin embargo, después hicimos una consulta a Patrimonio y se vio que es de propiedad municipal, les volvimos a mandar un escrito comunicándoselo y nos dicen que hemos usurpado su terreno, ósea que reconocen que es territorio municipal”, añade José María. “El Ayuntamiento está haciendo trabajos similares en estos momentos y no está por la labor de arreglar un talud cuyos desprendimientos ponen en peligro a personas y a viviendas habitadas”, destaca este vecino. José María hace referencia a las labores de contención que se están llevando a cabo prácticamente en el mismo terreno montañoso a apenas unos metros de su vivienda, en el entorno del puente de Alcántara.
Santiago es otro de los vecinos afectados y afirma que se sienten “muy abandonados por parte del Ayuntamiento ya que tras reconocer que el monte es suyo no han hecho nada”. “Para nosotros es una suerte que no llueva pero si mañana llueve y esto empieza a caer… lo que se lía va a ser muy fuerte”.
“Pedimos la licencia de obras hace más de un mes, no han contestado y mientras esto sigue así”
“Esto lo tenemos que solucionar como sea, poner una valla nueva, instalar una malla en condiciones, hacer desbroce y limpieza de la vegetación y de los árboles”, añade Santiago. “Pedimos la licencia de obras hace más de un mes, no han contestado y mientras esto sigue así”.
Por su parte, la presidenta de esta comunidad de vecinos, Rosario, asegura que se encuentran ante un problema de seguridad que no pueden solucionar. “Estamos con las manos atadas porque no podemos arreglarlo ya que es suelo público pero al mismo tiempo el Ayuntamiento no hace nada. ¿Entonces qué hacemos? ¿Esperar a que se caiga?”, se pregunta. “Lo primero sería mantener la seguridad de los ciudadanos y luego pedir responsabilidades en el caso de que se haya usurpado terreno”.
“Hay que evitar que pase una desgracia para empezar a arreglar esto”, añade Josefa, otra de las residentes en este bloque y cuya vivienda no se encuentra en la zona afectada por el desprendimiento. “Entiendo que tengan miedo, aunque nosotros no seamos directamente afectados… Yo estaría preocupada”.
“Estamos trabajando en dar la mejor solución posible al tema”
Tal y como explica Rosario, “las persianas estaban bajadas cuando ocurrió el derrumbe”. “Pero imagínate que están subidas y la gente está en casa si vuelve a pasar”. Además de los gastos de retirada de escombros, los perjudicados han tenido que hacerse cargo del arreglo de las persianas. “No fueron unas piedrecitas”, destaca José María quien reside en esta vivienda desde hace 20 años y asegura que nunca antes se había producido algo igual. “Había caído algo de tierra pero se limpiaba y ya está”.
“Le mandé a la señora alcaldesa un e-mail contándole la angustia que estamos viviendo y no me ha contestado”, asegura José María quien mantiene que el “Ayuntamiento se está lavando las manos”. Preguntado por este medio, el Consistorio se limita a asegurar que están en “contacto directo con la comunidad de propietarios a través del servicio de Obras”. “Estamos trabajando en dar la mejor solución posible al tema”.
Sin embargo, declinan detallar las soluciones que barajan o los plazos de actuación para llevarlas a cabo. El Ayuntamiento ya aprobó un paquete de acciones para evitar desprendimientos del terreno en esta misma vía, pero entre los número 32 y 38 del Paseo de la Rosa.
Según relata José María, en el bloque colindante al suyo “se vino toda la montaña abajo y estuvieron 4 o 5 años de pleitos, las viviendas se quedaron hasta sin gas porque aplastó las tuberías”, una situación que quieren evitar cuanto antes.
Según destacan desde la comunidad de vecinos, arreglar el talud costaría unos 20 mil euros. “Pedimos presupuesto porque estamos dispuestos a asumir el coste por quedarnos tranquilos”, asegura este vecino. “Pedimos la licencia de obra para hacer los arreglos nosotros, cubriendo los gastos nosotros, pero ahora no nos dan la licencia”.
“Queremos arreglar esto cuanto antes para que no pase más, ni nada pero, pero el Ayuntamiento reconoce que el terreno es suyo y debería ser responsabilidad”, critica.