Las Dominicas de Santo Domingo el Real en Toledo abren las puertas de su convento de clausura este domingo para la organización de una visita cultural muy especial. Lejos de querer recaudar fondos para su congregación, las religiosas persiguen obtener los ingresos necesarios para la construcción de un pozo de agua potable en Kitwamba (Kenia), el lugar de nacimiento de 7 de las 12 monjas que actualmente residen en este complejo religioso.
“Los conventos se siguen dividiendo en una zona de clausura y otra semipública. Nuestra visita consistirá en recorrer esta última, es decir, su iglesia, coro y el jardín”, nos explica el historiador Felipe Vidales, encargado de la organización de la visita junto a Cota 667, grupo de investigadores e investigadores en Arqueología e Historia. “La novedad de esta ruta es que veremos el jardín, un espacio que no se suele enseñar”.
Sus organizadoras han querido diseñar una oferta diferente, especial, con un atractivo que llame la atención de todos los públicos, desde turistas, a población toledana, pasando tanto por personas religiosas como ateas. “Esta visita no tiene nada que ver con la religión, ni con el patrimonio, sino con las personas, con las mujeres”.
Vidales destaca cómo las monjas han pasado a ser en su mayoría extranjeras, en concreto, 8 de las 12 de Santo Domingo el Real. “Toledo vio fundar su primer convento hace casi mil años. Desde entonces más de dos decenas de congregaciones de mujeres han vivido durante siglos en la ciudad y hoy solo 9 conventos continúan habitados por poco más de 100 mujeres en total”, añade. “La velocidad con la que se están deshabitando es alucinante”
Una visita actual para un fenómeno histórico
Alejándose de su significado religioso, Vidales lo tiene claro: “la vida de los conventos tiene una trascendencia histórica”. Por ello, la visita de este domingo, 11 de julio, es una oportunidad única para conocer de cerca un fenómeno “que quizá desaparezca dentro de poco”.
Por el momento las congregaciones son el hogar de mujeres que han optado por la fe como medio de vida. “Queremos transmitir que los conventos son casas, no monumentos”. De hecho, tal y como explica Viales, “cuando lo llamamos así es porque pierde la función que tenía y se convierte en museo”.
“Las monjas son nuestras vecinas, unas vecinas muy poco visibles pero que ocupan históricamente gran parte del suelo de Toledo”, añade el historiador cuya ruta por Santo Domingo el Real pondrá en valor “la vida de unas mujeres que”, desde las sombras y el silencio “han formado parte de la ciudad y a diferencia del resto del patrimonio, de palacios o la propia Catedral, siguen siendo aquello para lo que fueron fundados”.
¿Y el feminismo?
Vidales pretende que este domingo el público que decida visitar a las monjas de Santo Domingo el Real rompa con los “prejuicios que solemos tener sobre sus modos de vida”.
“Desde un punto de vista histórico los conventos han sido el único espacio en el que las mujeres que huían de la violencia y el maltrato, o que querían formarse, podían refugiarse”, subraya el guía. “Los conventos han sido pequeñas islas en las que las mujeres podían escapar relativamente de la vigilancia, el control y la censura de los hombres”.
En la actualidad estos espacios de culto continúan siendo ejemplo de esa libertad y protección de antaño, al menos para las mujeres extranjeras. “Llegan dejando atrás un mundo que no tiene nada que ver con esto, en el que pasan hambre y pobreza y que abandonan convencidas desde esa visión espiritual del servicio a dios”.
Una vez en Toledo, añade Vidales, a este servicio religioso se suma el patrimonial. “Se dan cuenta de que hay que cuidar el convento y pasar penurias”. “Lo hacen con fe y esperanza y por ello en la visita veremos cómo preservan nuestro patrimonio pero luchando por mejorar sus lugares de origen desde aquí”.
El guía espera que el público pueda conocer más de cerca la historia de unas mujeres que, movidas por esa fe, “lo han dejado todo atrás para mantener una vida y un patrimonio local, el toledano”.
La crisis de la Iglesia afecta “doblemente a los conventos de mujeres”
Con afán religioso o sin él, la visita de Vidales nos adentrará en otra realidad por muchas conocida: “la gran crisis por la que pasa la Iglesia”. La falta de monjas es solo una de sus consecuencias pero va mucho más allá. “Está afectando doblemente a los conventos de mujeres porque los hombres dentro de la Iglesia tienen un sueldo, pueden tener muchas funciones, curas, capellanes… pero la única función de las mujeres en la Iglesia es la de monjas, es la clausura, la oración”.
El machismo vuelve a colarse en un sector más de nuestra historia presente. “Las mujeres que forman parte de la iglesia atraviesan una doble crisis a la que se suma que son extranjeras”.
Para poner su granito de arena, tanto Vidales como Cota 667 han organizado y promueven la visita cultural de este domingo de forma totalmente desinteresada. “Es el primer proyecto que hacemos juntos pero no será el último”, añade el historiador quien explica que el precio de las entradas, así como la compra de las denominadas “fila 0”, será gestionado directamente por las Dominicas.
“Ellas intervendrán al final de la visita para explicar el proyecto para el que recaudan los fondos y para que la gente les pierda el miedo”, subraya Vidales. “Ellas tienen que ser quienes cuenten cómo es su vida aquí y cómo era en sus países de origen”.
Según el historiador, quien también es toledano, esta visita es toda una oportunidad para conocer una realidad más del Casco Histórico de Toledo. “Además lo original de esta visita es que no buscamos recaudar fondos para el convento y la comunidad religiosa de aquí, sino para el origen de todo, para los pueblos que están abasteciendo de mujeres a estos conventos”.