La localidad toledana de Oropesa aspira a disponer de un aeródromo privado que, de momento, tendrá que esperar, a pesar de estar ya construido. Tras la evaluación de impacto ambiental practicada, el Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) cree “necesario el sometimiento al procedimiento de evaluación ambiental ordinaria del proyecto Aeródromo Llanos de Tienda” ya que sostiene que “no se puede descartar que el proyecto vaya a producir efectos adversos significativos sobre el medio ambiente”.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba este sábado una Resolución de la Dirección General de Biodiversidad y Calidad Ambiental, por la que se formula informe de impacto ambiental de sometimiento a evaluación de impacto ambiental ordinaria del proyecto ‘Llanos de Tienda’, dejando abierta la puerta a que el promotor, Carlos Sánchez Real, pueda interponer recurso por la vía administrativa o judicial.
Se trata de una infraestructura privada en la que está previsto desarrollar actividades recreativas de uso privado como vuelos turísticos y aviación general, uso de medios aéreos para la aplicación de tratamientos fitosanitarios y el uso de medios de extinción de incendios, escuela para pilotos de aeronaves ultraligeras y aviación general y mantenimiento de aeronaves.
El aeródromo está dotado de una pista de vuelo de medio kilómetro, una plataforma de estacionamiento de aeronaves y un hangar que se utilizará de albergue y mantenimiento de las aeronaves de 3.600 m2 de superficie con una altura de 7 metros, que se encuentra inscrito en una plataforma rectangular de 100.000 m2.
La actividad del campo de vuelos se desarrollaría durante todo el año, con un número de operaciones estimadas de 700 vuelos anuales, en un aeródromo “de uso restringido” ubicado a menos de un kilómetro de Pueblo Nuevo de Miramontes , a 12 kilómetros de Villanueva de la Vera y a ocho de Las Ventas de San Julián.
Las ‘pegas’ ambientales al proyecto
Fue el 10 de julio de 2018 cuando la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Fomento, solicitaba a la Dirección General de Biodiversidad y Calidad Ambiental del Ministerio de Transición Ecológica la evaluación ambiental simplificada del proyecto que no ha pasado la criba inicial.
Se considera que “la documentación aportada por el promotor carece de los contenidos suficientes para evaluar con el adecuado nivel de detalle los impactos negativos del proyecto sobre la biodiversidad” y aludea en particular a la avifauna “puesto que carece de estudios de campo, análisis de zonas de campeo, alimentación y cría de las distintas especies de avifauna, identificación de focos de atracción, análisis de zonas de conflicto con aves en el espacio aéreo (altitudes y trayectorias de vuelo), etc”
También afea al promotor que no se incluya un análisis de la vegetación ni de los hábitats presentes en el aeródromo y sus alrededores para solventar posibles impactos sobre la vegetación y hábitats de interés comunitario.
Fue la Asociación Ardeidas la que a través de un informe ya puso ‘pegas’ ambientales al proyecto de un aeródromo que se encuentra integrado en la IBA (área importante para la conservación de aves) ‘Embalses de Rosarito y Navalcán-La Iglesuela (valle del Tiétar)’ con presencia del águila imperial ibérica y del buitre negro.
El MITECO ha considerado algunas de las alegaciones de Ardeidas y de la Junta de Extremadura y considera que el promotor “no ha tenido en cuenta en la documentación ambiental la afección a objetivos de conservación de estos espacios” y destaca la presencia en el área de actuación de águila imperial ibérica, que está catalogada como especie en peligro de extinción junto a la cigüeña negra catalogada como vulnerable.
También subraya que el documento ambiental no ha tenido en cuenta la presencia en las proximidades de la zona de proyecto de notables poblaciones de aves acuáticas y otras especies afines. Por otro lado se indica que en el área circundante existe una población invernante de grulla común, con una población estimada de 17.879 individuos, que los buitres leonados frecuentan el espacio con una población flotante de unos 100 ejemplares, lo mismo que las cigüeñas blancas que cuentan con un censo de nidos en el área de unas 55 parejas reproductoras con una población anual global estimada de 160 ejemplares.
Además, en los robles de la finca ‘El Dehesón del Roble’, a unos 1,5 km del aeródromo, se encuentran dormideros invernales de milano real, que alcanzan los 123 ejemplares según censo Ardeidas de 2017.
También se indica la presencia de dormidero comunal de cormorán de 75 individuos, según censo de 2014. En relación con las especies de garcillas bueyeras, garzas reales, garcetas comunes y grandes y espátulas, según censo de 2016, existen dormideros comunales en la zona de hasta 350 aves. Finalmente, a unos tres kilómetros, existen colonias reproductoras de milano real y negro, así como la presencia reproductora de águila culebrera, calzada, cigüeña negra, azor, gavilán y alcotán entre otras especies.
Por otro lado, la Consejería de Sanidad castellano-manchega apunta que se deben adoptar “medidas para evitar vertidos al terreno, que puedan causar contaminación del suelo o aguas subterráneas” y alude específicamente a la fosa séptica y al almacén de combustible.
Hay una cuestión más que destaca el MITECO en su Resolución: “Se trata de un aeródromo ya construido en el que no se pretenden realizar nuevas obras. Sin embargo, no constan en el documento ambiental las fechas de ejecución de las obras ni las autorizaciones obtenidas para ello”.