“Si algo pretendemos es no crecer desorbitadamente y no hacerlo -crecer demográficamente- sin haberlo investigado. Uno de los objetivos es que nadie que quiera vivir en la ciudad no pueda no hacerlo”. Esta sería una de las premisas que, según el concejal de Urbanismo y Vivienda, Teo García, se plantea el Ayuntamiento de Toledo con la elaboración del primer Plan de Vivienda y Rehabilitación de la ciudad de Toledo.
Se trata de un documento que se está elaborando al compás de la Ley de Vivienda estatal y la futura normativa regional en este ámbito. Para llevarla a cabo, una de las prioridades del equipo de Gobierno local es contar con “datos reales” de la evolución demográfica de Toledo y la situación de sus viviendas en los últimos años, así como el contexto supramunicipal -los núcleos urbanos circundantes a la capital regional-.
“La mejor piedra de toque es tener estudios realizados, no se puede planificar sin tener una base científica”, recalcó el edil durante la presentación del informe sobre la vivienda en Toledo que realizó este miércoles el arquitecto Tomás Marín Rubio, en la Mesa Municipal de la Vivienda celebrada en el Centro Social del Polígono.
Unos estudios que servirán para concretar políticas en materia de vivienda que, como recalca también el concejal de Servicios Sociales, Javier Mateo, tendrán muy en cuenta una perspectiva social que permita el acceso “en las mejores condiciones, no solo con obra nueva, sino con alquileres y medidas que eviten la infravivienda en la ciudad y que rehabiliten las viviendas existentes”.
El 46% de los trabajadores de Toledo viven fuera de la ciudad
En este sentido, una de los datos que muestra este informe es el número de viviendas vacías que hay en el Casco Histórico de Toledo: 1.600 viviendas -de las que unas 250 están “en ruinas”- que van a tener “una actuación preferente en el plan” para ser rehabilitadas y que de esta manera, puedan suponer una oportunidad residencial a los casi 23.000 trabajadores que vienen cada día a la capital regional y que viven en otros municipios cercanos a Toledo como Bargas, Argés, Olías del Rey, Nambroca o Cobisa, entre otros.
Así, otra de las ideas de este plan local pionero en materia de vivienda es hacer de la capital regional “una ciudad atractiva” para que “nadie que quiera vivir en Toledo no pueda no hacerlo”. No obstante, en este aspecto el equipo de Gobierno toledano también tiene en cuenta la repercusión que tiene en los servicios públicos que presta la ciudad tanto a los toledanos como a las trabajadores que acuden cada día a ella.
“Es una cuestión que tenemos que tener en cuenta sí o sí. A la hora de proyectar Toledo hay que tener en cuenta la realidad supramunicipal, por eso hace falta tener los datos más realistas que podamos”, subrayó Javi Mateo al tiempo que destacó la intención de “huir y obviar las barbaridades y atrocidades que se cometieron en materia urbanística” años atrás. “Aparte de los estudios, los datos y de no tener a promotores soplándonos la oreja -contando con la labor de la Empresa Municipal de Suelo y Vivienda (EMV)-, corresponde tomar las decisiones adecuadas pensando en los vecinos de Toledo y no en los intereses que puedan tener otros” como promotores de vivienda o constructoras.
Toda una seria de intenciones que tienen como punto central “colmatar la ciudad y los espacios urbanos vacíos” que hay entra los barrios toledanos. “Toda la parte central se ha dispersado, hay que volver a pensar en centralidad”, resaltó Teo García sobre otra de las cifras recogidas en el informe que indican cómo la ciudad ha ido creciendo en su periferia (Polígono, Azucaica, el norte de Valparaíso) y perdiendo población en zonas más céntricas como Reconquista o Palomarejos.