Las intensas lluvias han sido las grandes protagonistas en los últimos días en gran parte de España, y también en Castilla-La Mancha, especialmente en Toledo. Lo último es que una gran balsa de agua obligó este martes a cortar el tráfico de la N-400 lo que provocó retenciones durante horas ya que la vía se encontraba inundada.
“Estamos haciendo una evaluación de lo que se ha producido, las causas y los efectos. El objetivo es intentar que en la medida de lo posible estás cosas no se vuelvan a producir”, explica Juan José Perez del Pino, concejal de Movilidad y Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Toledo.
Aunque la principal causa de esta balsa de agua se debe a las fuertes lluvias caídas en las últimas horas el consistorio estudia otras opciones para que no se vuelva a producir. “Estamos intentando hacer una evaluación de por qué se produjo y una vez que lo conozcamos, haremos otro estudio para saber qué hay que hacer para evitarlo”, explica el concejal.
Eso sí, a pesar de la intensidad de las lluvias no ha habido que lamentar ningún daño personal, porque tanto la Policía Local como la Guardia Civil actuaron desde el primer momento. “La primera medida fue cortar el tráfico, lo que provocó retenciones, aunque al resto de coches se les fue desviando hacia la A-42”, explica Antonio Sánchez Palencia, inspector jefe de la Policía Local. Una vez que comprobaron que los vehículos podían atravesar la balsa decidieron dejar pasar al resto aunque de forma muy lenta.
El barrio de Azucaica, el más afectado
Las fuertes lluvias de las últimas horas han afectado principalmente al barrio de Azucaica de Toledo donde todavía se están realizando labores de limpieza, y es que el agua ha entrado en algunas casas. En principio parece que se han visto afectadas unas diez viviendas.