Ya es Navidad en Toledo. Después de casi dos meses viéndolas instaladas por las calles de la ciudad, los toledanos ya pueden contemplar en todo su esplendor las luces que iluminarán la ciudad durante estas fechas.
Ha sido en la tarde de este viernes cuando la plaza de Zocodover ha acogido el acto de encendido de la Navidad, destacando la iluminación de la ya tradicional bola de Navidad que presidirá durante las próximas la popular plaza toledana.
El alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, ha dado la bienvenida a este periodo, si bien ha reconocido que esta vez las fiestas llegan antes de lo habitual: “Aunque sé que es muy temprano, quiero desearles una feliz Navidad y un feliz año nuevo”.
Este acto para inaugurar el alumbrado navideño ha contado con gran seguimiento por parte de los toledanos, que han llenado la plaza de Zocodover de tal forma que agentes de la Policía Local reconocían a Toledodiario que estaban “colapsados”.
Entre las novedades lumínicas que presenta Toledo esta Navidad se encuentra un nuevo espectáculo cada media hora en el puente de Alcántara; otro "renovado" en la bola de Zocodover; nueva iluminación en el barrio de Azucaica con un oso navideño enorme que ya luce en su plaza principal.
En total, la iluminación navideña de este año supondrá para el Ayuntamiento un desembolso de 360.000 euros, 30.000 más que el año pasado. También aumenta el presupuesto destinado este año a las actividades que organizará el Ayuntamiento de la ciudad en estas fechas, si bien todavía no se ha hecho público el programa oficial.
El Gobierno municipal asegura que de esta forma se refuerza el atractivo turístico de una ciudad copada ya a diario por los turistas. Así que la decisión ha sido la gota que ha colmado el vaso para algunos vecinos y vecinas y comerciantes del Casco Histórico.
“Las calles se vuelven peligrosas”
Cansados de la saturación que presenta de forma habitual el Casco Histórico toledano, incrementada durante fechas señaladas como la Navidad, decenas de vecinos de este barrio se han concentrado este viernes en la plaza de las Cuatro Calles, a escasos metros del acto oficial que ha inaugurado la iluminación.
Con pancartas en mano en las que se podía leer “Queremos descanso, no molestias”, “No somos decorado, somos vecindario” o “Turismo sí, pero no así”, han salido a protestar contra una situación que consideran “insostenible”.
Carmen, una de las vecinas concentradas, explica a Toledodiario que la propuesta de Toledo para esta Navidad es “la gota que ha colmado el vaso”. Denuncian el colapso de la arteria que va desde Zocodover al Ayuntamiento, situación que genera situaciones de riesgo.
“Las calles se vuelven peligrosas. La calle Hombre de Palo que se estrecha mucho, se convierte en una zona peligrosa donde la gente se llega a agobiar”, añade Carmen. Los vecinos aseguran que el problema no es se da solo en Navidad. Denuncian que el problema es constante y se incrementa por la constante celebración de actividades como carreras o procesiones.
También advierten de la dificultad que supone para los servicios de emergencia. “Con tanta gente, si pasa algo, una ambulancia no puede acceder. El año pasado hubo una emergencia en la zona de San Justo y tardó media vida en poder llegar a atender a esa persona. Al final no hubo solución”.
“El problema es que constantemente al Casco se le satura”, resume otra vecina, mientras que otra sentencia que este barrio se está convirtiendo en “un parque temático”.
“Toledo no necesita este paripé para que suba el turista”
De forma paralela a esta protesta vecinal, los comerciantes de la zona también han organizado una queja conjunta, esta vez, en forma de apagón. Y es que, mientras en Zocodover tenía lugar el encendido de las luces navideñas, ellos y ellas han apagado sus escaparates durante dos minutos.
Varias comerciantes toledanas, que desean permanecer en el anonimato, han trasladado a Toledodiario sus quejas sobre la instauración “del sentido único” y las aglomeraciones en la calle Hombre de Palo, que conecta la plaza de las Cuatro Calles con la catedral de Toledo y la plaza del Ayuntamiento.
Como consecuencia de esas acumulaciones, “la gente no se para en nuestros comercios, porque si se paran, la persona que viene detrás les empuja. Parece que van en procesión”, matizan.
Las comerciantes, que llevan hasta dos décadas con sus tiendas en el Casco Histórico, coinciden en que no es necesario programar nada especial para atraer turismo a la ciudad. “Toledo se vende por sí solo, y quien viene a visitarlo y quiere comprar o llevarse un recuerdo, lo va hacer. No necesita este paripé para que suba el turista”.
Otra reivindicación que plantean es que los mercadillos navideños no están pensados para los ciudadanos de Toledo y que existe una “competencia desleal”. “Primero porque no son navideños. No venden panderetas, zambombas, no hay belenes. Son centros comerciales en el Casco. Venden churros carísimos y otros productos de alimentación y encima son siempre los mismos”.
Explican que “los del mercadillo de Zocodover son de gente de Toledo, pero siempre son los mismos y no salen a concurso público. Y luego los de la plaza del Ayuntamiento no son ni siquiera de Castilla-La Mancha”. Denuncian precios desorbitados, donde cobran “cinco euros por un churro” y que dejan a estos vendedores un beneficio muy alto “con el que pueden vivir casi todo el año”.
Otra de las quejas de una de las comerciantes es que no existe “igualdad” en lo que se refiere a la iluminación navideña. Asegura que su calle, que discurre por la parte trasera de la catedral y que con el sentido único es la que utilizan los transeúntes para volver del mercadillo de la plaza del Ayuntamiento hasta la plaza de Zocodover, no tiene decoración navideña. “Qué pasa, ¿que en la calle donde se ubica mi tienda vive el Grinch?”, se pregunta la artesana.
Asegura también que ella desde unos años cuando se produce el encendido navideño cierra su tienda. “No me merece la pena, porque pasa mucha gente y nadie entra. Es muy frustrante”, incide.
Una de las soluciones que estas comerciantes plantean es diversificar y “descongestionar” el Casco Histórico, llevando la Navidad a otras zonas de la ciudad. “Pueden hacerlo perfectamente en La Peraleda o en cualquier barrio de Toledo, si lo decoran bonito y tal, porque otros barrios también se merecen tener la Navidad cerca, y que así no tengan que subir, o que el propio turista conozca otras zonas. Todos los comerciantes tenemos derecho a vender nuestros productos”.
Al alcalde le resultan "curiosas" las protestas
Preguntado por estas protestas vecinales y de comerciantes, el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, ha reconocido que “hay complicaciones, y que todavía siguen siendo más los inconvenientes que las ventajas” de vivir en el Casco Histórico.
No obstante, ha afirmado que le resulta “curioso” que “nunca se hayan hecho movilizaciones” y sí se hagan cuando desde su equipo de gobierno se están tomando medidas como “la ordenanza de turismo, la retirada de tarjetas de la ORA residentes fraudulentas, o la ordenanza que limita las viviendas de uso turístico”.











